Los indicadores divulgados por la organización Transparencia Internacional identifican altos índices de corrupción en la mayor parte del planeta: según se observa en su reporte Índice de Percepción de la Corrupción, recientemente publicado, más de dos tercios del globo se encuentran enmarcados en las categorías entre 0 – 50 puntos (colores naranja oscuro y rojo), siendo cero el nivel de mayor corrupción y 100 el de menor corrupción. América Latina no es la excepción.
El estudio fue llevado a cabo por Transparencia Internacional a partir de su vínculo con ONGs regionales y nacionales, y para su realización fueron interrogadas 114 mil personas a lo largo de 177 países. Las preguntas giraron en torno a sus puntos de vista y experiencias en temas que revelan los niveles de estructuración y transparencia en las instituciones más relevantes de los Estados: los Partidos Políticos; los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; y la Policía, entre otros.
“El Indice de Percepción de Corrupción 2013 sirve como un recordatorio de que el abuso de poder, los negocios secretos y los sobornos continúan asolando sociedades alrededor del mundo”, afirmó Transparencia acerca de su estudio. A nivel global, el índice permitió catalogar a países como Dinamarca y Nueva Zelanda como los más limpios (91/100), mientras que Corea del Norte, Afganistán y Somalia obtuvieron los puntajes más bajos (08/100).
En América Latina, Uruguay es el Estado con la mejor calificación, posicionándose en el décimo noveno lugar y estableciéndose como el líder de la región en términos de transparencia. Chile lo secunda, ubicándose en el puesto 22, a pesar de haber disminuido su calificación de 72 a 71 puntos.
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Excluyendo estos dos países, los Estados latinoamericanos se encuentran dentro del grupo con menor transparencia. Problemas como el desgaste y la falta de gestión institucional, el crimen y la violencia organizada, la ausencia de niveles de seguridad y equidad, representan grandes desafíos para la región. Hoy por hoy, estas condiciones pueden ser consideradas similares a aquellas de países sumidos en otro tipo de conflictos, e incluso guerras.
En este marco, Venezuela se posiciona como el país con menor transparencia dentro de la región, y a nivel global, comparte el mismo puesto que Camboya y Eritrea.
En relación a las instituciones más afectadas por los niveles de corrupción, se encuentran presentes en la opinión de los latinoamericanos los Partidos Políticos, el Poder Legislativo y Judicial y la Policía. Entre estas instituciones destaca sin lugar a dudas la primera, la cual en la mayoría de los países latinoamericanos analizados fueron percibidos como la más corrupta.
En la última década, América Latina se ha caracterizado por ser una región asolada por altos niveles de corrupción; y a pesar de todas las regulaciones aceptadas por los Estados para luchar contra este problema, la percepción de corrupción no disminuye ni demuestra ser un indicador en descenso.
Como sostiene el columnista de PanAm Post, Carlos Sabino, en su último artículo, a menos que se limite el accionar el Estado y, sobre todo, la sociedad decida condenar y controlar la corrupción, seguiremos confiando en soluciones legislativas que, si bien correctas en lo formal, fallan en la práctica.