Trabajar en un mundo cada vez más competitivo, implica que el valor más requerido por los empleadores será la calidad del producto y el nivel de productividad que pueda generar cualquiera de sus empleados.
Esto se enmarca en un contexto de libre competencia donde el mercado tiene la cualidad de regularse solo o con intervención mínima del Estado. Cada vez que esto ocurre, la libertad para innovar, crear y desarrollar ideas revolucionarias, se traduce en avance, crecimiento y mejora de calidad de vida para quienes reciben la influencia de dichos avances.
En este marco, los generadores de bienes y servicios (Las personas, ya sea organizadas en empresas grandes y pequeñas o de manera natural) competirán por generar mayor productividad y quedarse con los mejores productores.
.La socióloga Helia Henríquez, las sociólogas Ana Cárdenas Tomazic y Teresita Selamé (2005), aportan a la visión con las siguientes afirmaciones:
“el empleo ha adoptado distintas modalidades, en que las relaciones entre las partes son múltiples y se regulan mediante acuerdos de muy diferente naturaleza y contenidos”p5
Es decir, la productividad del ser es tan compleja como el ser mismo, por lo tanto la flexibilidad dada entre empleador y empleado, son la clave para maximizarla.
¿Qué nos muestra la experiencia internacional en cuanto a esta modalidad? Revisando aquellos países que han logrado superar la curva del 30 % de trabajadores a distancia podemos resumir que existen ventajas y desventajas que al hacer la sumatoria de ambos, podría mostrarnos cuál es el camino a seguir para Chile ya que esta es la propuesta de futuro que nos hace el actual gobierno.
Estados Unidos cuenta con un 37 % de trabajadores a distancia (Bureau of Labor Statistics, EE.UU 2015) y esa cifra crece día a día. Se estima que para el 2025, ya sería del 50 %. Hasta el momento y según las estadísticas manejadas por la oficina anteriormente mencionada, los resultados de esta transición han sido los siguientes:
- Autonomía: esta modalidad permite a los empleados trabajar desde cualquier lugar. El hogar permite conciliar de mejor manera la vida familiar y laboral.
- Ahorro: el teletrabajo permite ahorrar costes de espacio, tiempo y transporte, lo que genera una mayor productividad la que se traduce en utilidades tanto para el empleador como para el empleado.
- Ecología: al no tener que desplazarse, habrá un menor grado de contaminación ambiental. En efecto, según el último informe de la ONG Global Footprint Network la huella ecológica de EE.UU es hoy por hoy inferior a la de Dinamarca, que pese a utilizar la bicicleta y tener reglas sobre reciclaje, produce mayor movimiento industrial in situ. “La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana de su entorno. Es el total de superficie ecológicamente productiva que se necesita para producir los recursos de un ciudadano o un grupo de ciudadanos” nos dice la citada organización y con esa definición se realizan las mediciones correspondientes.
- Reducción del estrés laboral: la más reciente Encuesta de Opinión Europea en materia de seguridad y salud en el ambiente de trabajo (2012) revelaba al estrés laboral como la principal preocupación de los trabajadores europeos. Siete de cada diez trabajadores españoles y ocho de cada diez europeos coincidieron en que el estrés laboral aumentará en los próximos cinco años. Mientras que estados Unidos presenta una considerable baja en informes similares expuestos por el Bureau of Labor Statistics
De haber desventajas, solo podría considerarse la disminución de la socialización entre pares, pero esta podría ser reemplazada por relaciones intencionales, mejoramiento de las ya establecidas por vínculos familiares y de esta forma, se generaría un contrapeso a la socialización perdida en el entorno laboral.
En la última cuenta pública, se hizo el anuncio de que Chile avanzará en esta materia a modo de opción para las personas, hombres y mujeres, que vean en este formato un beneficio personal.
No responde a eternizar un estereotipo de aquellos que deben quedarse o no en casa, sino a mejorar la productividad en condiciones favorables para quienes deseen tomarlas. Esto podría dinamizar la economía y mejorar la inserción laboral de mujeres y estudiantes de manera sustancial.
Entre pro y contras, el mejor camino es avanzar hacia la inclusión laboral efectiva que nos permita alcanzar empleo pleno y un desarrollo integral. No solo creceríamos, sino que muchas familias recuperarían tiempo de calidad y eso se traduce en impacto social para generaciones futuras que no necesitarían movimientos artificiales para sentirse parte de algo, pues el factor familiar sería su mejor contención.
Desconocer este efecto sería un arrebato ideologizado y antojadizo tal como ocurre con las avatares del frente amplio, perteneciente a la izquierda más radical junto con el partido comunista.
Y es que no se trata de eternizar a la mujer en casa como si solo de ella dependieran las labores de crianza y manutención, sino de abrir la puerta a la competitividad de las personas sean hombres o mujeres que deseen y les convenga trabajar en este formato.
Claro, esto seguramente irá siendo cada vez más común a medida que también se adopte la automatización y las personas estén obligadas a optar por rutas laborales cada vez más especializadas, pero nada tiene que ver con fijar un estereotipo a ninguno de los sexos.
El teletrabajo es la mejor manera de aumentar y conservar una buena tasa de empleabilidad, aumentar la inserción laboral, mejorar la productividad, alcanzar un desarrollo sostenible y proporcionar la tan deseada flexibilidad al individuo que ya no sería visto como parte de una gran masa asalariada, sino como un factor de cambio único e irrepetible en la sociedad.
En estas condiciones, de responsabilidad individual, de disminución de las excusas para producir mal, se reduce determinantemente el margen de fracaso económico de un país.