EnglishEn Chile se ha celebrado el llamado “protocolo de acuerdo transversal” en el cual el oficialismo Nueva Mayoría y la oposición han pactado llevar a cabo la reforma tributaria, una de las promesas del programa del gobierno de Michelle Bachelet.
El Ministro de Hacienda, Alberto Arenas, lo tituló como un “acuerdo histórico para Chile”, pero aunque la oposición haya realizado diversos reparos para no perjudicar a los más vulnerables, esta reforma tendrá repercusiones tarde o temprano.
Min. Alberto Arenas tras aprobación de la #ReformaTributaria: "La reforma sigue avanzando" → http://t.co/fWi3DeFdOS pic.twitter.com/qxyqmLFYc7
— 24 Horas (@24HorasTVN) May 14, 2014
Salta a la vista que el sector que ha fijado como principio la defensa de las ideas de la libertad, haya optado una vez más por lo que en fútbol llamamos “autogol”. En ello, lamentablemente de manera constante, se ha renunciado a los principios que concibieron y han dado forma a la actual oposición.
La demostración de esto fue rendirse a la lógica de que se deben aumentar los tributos —lo cual implica el incremento sostenido del poder del Estado y la burocracia (entonces menos poder para las personas)— a través del argumento de la justicia social, y las más diversas alegorías contra el lucro o ganancia. Proposiciones que se han convertido en parte de la semántica común y corriente del chileno.
El razonamiento de abrazar las banderas ajenas para fines instrumentales y electorales está deteriorando la calidad de la política una vez más. Por otro lado, se han estropeado conceptos fundamentales para la prosperidad y la competencia leal como base para mejorar la calidad de vida, el crecimiento, y el progreso de un país.
Pero así, cada vez el imaginario colectivo de Chile se aleja de la idea de la liberalización o ‘desregulación’ de los mercados que permiten el aumento de la competencia, y que no se refuerce más una economía en la que primen los grandes.
La privatización de taxis implicó en Irlanda, a inicios del 2000, bajas sustantivas en los costos y se ampliaron las alternativas para los usuarios. En Mónaco no hay impuesto a la renta y hoy tienen las tasas de pobreza más baja del mundo, o como en Nueva Zelanda, donde no cuentan con subsidios agrícolas y en la actualidad la agricultura representa dos tercios de las exportaciones. Sin ir más lejos, en Chile se liberalizó la industria sanitaria y tenemos hoy cobertura de un 99,9% de agua potable en sectores urbanos a bajos precios.
Es momento de que las personas vuelvan a ser el eje, tomen el timón y recuerden una célebre frase del premio Nobel de economía Milton Friedman quien nos señaló hace décadas que “Una sociedad que priorice la igualdad por sobre la libertad no obtendrá ninguna de las dos cosas. Una sociedad que priorice la libertad por sobre la igualdad obtendrá un alto grado de ambas”.