De Juan Mario Laserna aprendí la economía que no enseñan en las aulas; la que se hace en la práctica ajustando los modelos a la realidad. Se ha ido un gran economista de Colombia. Su inteligencia lo llevó a ser, antes de los cincuenta años, director de crédito público, viceministro de hacienda, codirector del Banco de la República, senador y periodista. Logró destacarse en tres de las cuatro ramas del poder: el ejecutivo, legislativo y los medios.
Aunque no soy muy seguidor de las teorías económicas de John Maynard Keynes, Juan Mario me convenció que la teoría de la neutralidad del dinero es falsa. Su obsesión con la política monetaria le ha ahorrado al país cuantiosas sumas de dinero. Por ejemplo, en la crisis de 1998, el grupo de técnicos que él integró revolucionó el mercado de deuda pública Colombia. No sólo emitieron deuda anclada en dólares para que la tasa de interés no estuviera expuesta a la inflación colombiana, también lograron colocar TES a largo plazo distribuyendo la carga de los pagos.
Sus inquietudes académicas más recientes fueron acerca de los portafolios y pensiones, tema en el cual me dirigió mi tesis de pregrado. Hace dos años, cuando el peso colombiano se revaluaba rápidamente, Juan Mario tenía la teoría de que un nuevo balance de los portafolios de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) podría frenar la revaluación, ahorrándole dinero al Gobierno, pues en ese entonces la compra de divisas fue agresiva. Es una lástima que no se llegó a adoptar su idea, pues de haberse logrado una mayor exposición cambiaria se hubiera podido volver a modificar los portafolios para frenar la devaluación actual.
Juan Mario siempre se remitía a los pensadores clásicos de la economía. La teoría de portafolio descrita se remonta a los teoremas de tasas de interés de Fischer y a movimientos de economistas de los años ochenta. Una vez me dijo que tenía la sensación de que la enseñanza de la disciplina iba por el camino contrario. Él tenía en mente escribir un libro para probarlo. Según Laserna, la economía debería enseñarse partiendo de entender qué es un bono, y de ahí ir construyendo la economía real. Pues, según él, en nuestros tiempos el dinero define el comportamiento de los indicadores reales. Después de todo, un proyecto nace en el momento en el que su valor presente neto es positivo.
Juan Mario fue un auténtico liberal clásico, de esos conservadores de verdad que entienden que el Estado no debe meterse en la vida de las personas. Hace pensar en aquél partido Republicano que abogaba por la abolición de la esclavitud. Creía en el libre mercado, pero con instituciones fuertes que lo garantizara. Fiel a sus convicciones, luchó en contra del monopolio de Claro y trató de combatir el enriquecimiento producto del abuso de poder.
Laserna fue un político distinto. Entendía que los problemas se solucionaban entendiendo cómo funcionaban las cosas. Los cambios se debían dar de forma paulatina y pensando bien la estrategia. Siempre escuchó a los jóvenes y estuvo presto a intercambiar ideas. Estoy seguro que los jóvenes que acompañamos la campaña de reelección al senado valoramos mucho lo aprendido. Nos enseñó a hacer una política distinta, entendiendo la realidad y sin apelar a odios o revoluciones que puedan desembocar en caos.