En 2005, el líder sindical Evo Morales fue elegido presidente de Bolivia. El dirigente socialista se convirtió en uno de los primeros presidentes indígenas del país. El gobierno de Evo Morales se comprometió a revolucionar la historia de Bolivia.Varias de sus políticas se encaminaron a demostrar el cambio revolucionario que experimentó el país con su llegada al poder. Morales y sus aliados crearon una nueva Constitución, cambiando el nombre del país de República de Bolivia a Estado Plurinacional de Bolivia. Desde el poder, Morales ha criticado a Occidente numerosas veces. En 2011, el líder boliviano aseguró que la calvicie y la homosexualidad son causadas en Occidente debido al consumo de pollo con hormonas, bebidas gaseosas y alimentos transgénicos. En 2014, el líder político boliviano se propuso construir un nuevo palacio presidencial porque la actual residencia está “llena de símbolos europeos y se siente tan pequeño como una ratonera”. Miembros de la oposición han criticado firmemente este nuevo palacio debido a sus altos costos. En el PanAm Post le contamos sobre este proyecto arquitectónico.
Palacio Quemado de Bolivia
Luego de su llegada a La Paz, los españoles construyeron el Cabildo donde actualmente está el Palacio Quemado. Durante la Colonia española, el palacio albergó instituciones propias del gobierno español. Con la Independencia de Bolivia, el palacio pasó a ser la residencia oficial del presidente del país. Este edificio también es conocido como “El Palacio Quemado” debido a un incendio en 1875.
Hacia 2011, el presidente Evo Morales expresó su insatisfacción con el Palacio Quemado. Para el líder socialista, el palacio “quedó chico“. Según Morales, el estilo arquitectónico neoclásico del palacio tenía símbolos coloniales. El presidente boliviano habría ordenado retirar los “símbolos coloniales del palacio”. Sin embargo, la ley impedía la reforma del Palacio Quemado, razón por la cual, propuso la construcción de un nuevo edificio. Este nuevo palacio presidencial debía representar la nueva realidad boliviana y su gobierno anticolonial.
El nuevo edificio: La Casa Grande del Pueblo
El gobierno socialista de Bolivia reivindicó la tradición indígena de Bolivia. En el marco de esta revolución, el gobierno de Morales decidió incluir elementos arquitectónicos tradicionales bolivianos en el nuevo palacio. “La Casa Grande del Pueblo”, nombre del nuevo palacio, está inspirada en la arquitectura del centro ceremonial de Tihuanaco. Las majestuosas ruinas de Tihuanaco se ubican al occidente del país. La ciudad de Tihuanaco fue construida por una civilización preincaica que vivió entre el 1.500 a.C. y colapso hacia el 900 d.C.
Los terrenos donde estará el nuevo palacio miden 1.877 metros cuadrados, y su costo asciende a US$ 500.000. El costo de la Casa Grande del Pueblo se estima en más de Bs 252.000.000 (unos US$ 33.000.000). El nuevo edificio tendrá 28 pisos y dispondrá de una superficie de 31.092 metros cuadrados. Este edificio dispondrá de diversos espacios. Tendrá varios auditorios capaces de albergar a más de 1.012 personas. El nuevo edificio gubernamental también dispondrá de helipuerto. Los salones principales, inspirados en lugares emblemáticos de Bolivia, serán diseñados por importantes arquitectos.
La Casa Grande del Pueblo estará ubicada cerca al antiguo palacio presidencial. Por su parte, la Casa Quemada quedará entonces convertida en el Museo del Estado Colonial. Según voceros del gobierno, el nuevo edificio estatal estará listo en pocos meses.
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Críticas
Son varias las críticas que recibe el proyecto. Por un lado, Los partidos de oposición, encabezados por la Unidad Nacional de Doria Medina, critican los elevados costos del edificio, así como los lujos (helipuerto, excesivo tamaño) de la Casa Grande del Pueblo. Para Medina, Bolivia no necesita un nuevo palacio, pero sí un nuevo presidente. Morales y sus simpatizantes del Movimiento Al Socialismo (MAS) aseguran que la construcción del nuevo edificio no implica un lujo sino una necesidad. El presidente boliviano también asegura que el edificio no es exclusivamente la residencia presidencial del país sino una “casa para el pueblo“. Según ministros de Morales, el edificio centralizaría Ministerios y permitiría facilitar la vida de los bolivianos.
Por otro lado, historiadores y expertos en temas de urbanismo critican la obra por romper la armonía arquitectónica del Centro Histórico de La Paz. La Alcaldía de La Paz también criticó duramente la construcción del edificio por considerar que rompe con el estilo arquitectónico republicano de la zona.
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Conclusión
El racismo es una realidad política en Bolivia. Combatir esta errada creencia política es positivo para un país que tiene una complejidad étnica tan grande como Bolivia. Sin embargo, la negación del pasado y la cacería de elementos históricos que recuerden la presencia española en el país no resolverá el problema del racismo, simplemente negará una realidad histórica. Que el presidente de Bolivia deje de residir en un palacio republicano, que ni siquiera es español, no producirá mejores relaciones entre los diferentes grupos nacionales del país.
La construcción de una obra arquitectónica tan rica con dinero público en un país donde la mayoría de los ciudadanos sufre por sobrevivir resulta injusto. Por más que el presidente boliviano y sus aliados lo nieguen, la construcción de “La Casa Grande del Pueblo” es un lujo que los bolivianos deberán pagar. En los países nórdicos, las residencias de los gobernantes son austeras, y aún así, el gobierno es eficiente. El tamaño de los edificios gubernamentales no indica la calidad del gobierno.