El régimen de Maduro ha hecho de Venezuela un país cada día más inseguro, pobre y corrupto. Producto del autoritarismo y la incompetencia, la popularidad de Maduro se ubica en cerca del 20 %. Esta pérdida de apoyo del chavismo se refleja en el resultado de las últimas elecciones que tuvo Venezuela (2015), así como la actitud del chavismo ante la convocatoria a elecciones directas.
En las elecciones parlamentarias de 2015, la oposición logró obtener el 65.27 % de los escaños en la Asamblea Nacional. A partir de entonces, la dictadura de Maduro hizo lo posible para detener, de forma ilegal, el colapso político del régimen.
En este contexto, parece irracional que un régimen dictatorial e impopular convoque a elecciones. En el PanAm Post le contamos por qué el chavismo promueve una Constituyente.
La dictadura busca disfrazar su autoritarismo ante la comunidad internacional
El referendo revocatorio es una figura nacida de la Constitución de 1999. En 2004, en un contexto de aumento del gasto público y del precio del petróleo, Chávez aceptó la realización de un referendo revocatorio. Por su parte, Maduro, vive una situación diferente. Por esta razón, el régimen chavista venezolano no asumió su deber constitucional de realizar un referendo revocatorio. De igual forma, la politizada burocracia estatal chavista ha evitado la realización de las elecciones locales programadas para 2016. La hostilidad de la dictadura hacia las elecciones libres es evidente.
En este contexto, el chavista Tribunal Supremo de Justicia intentó disolver la Asamblea Nacional y asumir sus funciones. No obstante, ante la contundente reacción internacional en contra del intento de golpe de Estado, el régimen retrocedió. Todas estas acciones autoritarias llevaron a la oposición a protestar. Estas movilizaciones han sido reprimidas de forma violenta por parte del gobierno chavistas y sus organizaciones paramilitares.
La reacción internacional en contra de la violencia del régimen chavista ha sido importante. Gobiernos como el peruano, el argentino, el brasileño y el norteamericano han expresado firmemente su preocupación por la situación venezolana. En esta posición de repudio internacional contra el régimen chavista, Maduro intenta lavar su imagen al convocar a una Constituyente. No obstante, la propuesta del régimen bolivariano no es ni demócrata, ni liberal. Es corporativista y busca consolidar un régimen totalitario en Venezuela.
Mediante una Constituyente, el chavismo busca acabar lo que queda de democracia liberal en Venezuela y callar totalmente a la oposición
La Constituyente de Maduro busca blindar el fallido proyecto chavista y perpetuar a Maduro en el poder. Pero la élite bolivariana sabe que si convoca a elecciones en el contexto de la constitución de 1999, perderá. Por esta razón, el chavismo propone cambiar las reglas de juego.
Maduro y sus aliados han insistido en que la Asamblea Nacional Constituyente no será partidista. En este sentido, Maduro propone convocar a una Asamblea Nacional Constituyente mediante una forma de selección de candidatos similar a la cubana, y a la de la Italia fascista. La mitad de los escaños de esta Constituyente serán entregados a grupos civiles cercanos al chavismo. De lograr este objetivo, el régimen chavista lograría blindar su proyecto político, disfrazando de democrático un proyecto totalitario.
La Constituyente terminaría por consolidar un régimen totalitario y corporativista
Con el propósito de ganar adeptos, en 1998 Hugo Chávez se presentó con una retórica respetuosa de la democracia. Así, el chavismo en 1999 redactó una Constitución que no abolió completamente la democracia liberal en Venezuela. Sin embargo, poco a poco, el proyecto bolivariano fue mostrando su carácter autoritario. La hostilidad hacia la independencia de poderes, el odio a la oposición y la paranoia anti-norteamericana fueron cada vez más visibles.
Maduro, quien acerca cada vez más el socialismo del siglo XXI al marxismo del siglo XIX, busca blindar la dictadura y consolidar un proyecto corporativista al mejor estilo cubano y fascista italiano. Al convocar una Asamblea Constituyente que convierta a las asociaciones chavistas en Asamblea Nacional, el régimen podrá aprobar todas las leyes que quiera, y parecer ante los incautos como un régimen democrático.
La Constituyente permitirá identificar y excluir a las voces críticas dentro del chavismo
El descontento en contra de la dictadura de Maduro es tan evidente que incluso ciertos sectores cercanos al chavismo han empezado a condenar ciertas prácticas del chavismo. Sólo durante el último mes, personajes cercanos al chavismo como Gustavo Dudamel, Luisa Ortega, Luis Emilio Rondón entre otros han expresado preocupación por la situación de Venezuela. La radicalización del chavismo permitirá ver quiénes seguirán fielmente al régimen, y quiénes deben ser purgados. De esta forma, el régimen cerrará las puertas a los disidentes mediante su segregación de la Asamblea Constituyente.
En esta Asamblea, de inspiración castrista, las corporaciones del chavismo elegirán al menos a la mitad de los constituyentes. Sólo los que siguen ciegamente y sin crítica al proyecto de Maduro seguirán siendo contratados por la politizada burocracia chavista. Y es que el dictador venezolano convocó una comisión presidencial para la redacción de la Constitución. En esta comisión ya fueron designados Hermann Escarrá, Isaías Rodríguez, Earle Herrera, Iris Varela; todos, cercanos a Nicolás Maduro, incluida su esposa Cilia Flores.
No sólo el chavismo más radical será premiado con la aprobación de sus candidaturas a la Asamblea Constituyente. También sectores de izquierda radical que han decidido reincorporarse al chavismo, y aceptar cargos burocráticos (sectores de Bandera Roja, MAS, Juan Bimba) serán premiados con cargos burocráticos y puestos en la nueva Constituyente.