Hace muy poco los argentinos salimos de uno de los peores periodos de nuestra historia política, económica y social. Un periodo repleto de medidas populistas e intervencionistas, medidas que nos llevaron a un 30 % de pobreza, clientelismo, aumento del empleo público improductivo, elevada inflación, despilfarro, una colosal corrupción y un gasto público que pasó de 29,4 % del PIB en el año 2003, a 43,2 % en 2009 y a 45,5 % en 2011.
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La exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, en pocos años de llegar al poder aumentó su patrimonio (en blanco) en un 1400 %, al igual que lo hacían sus funcionarios, secuaces y los empresarios con los que se relacionaba. Mientras tanto, el empleo privado no creció en Argentina durante los últimos cuatro años de kirchnerismo. Hasta tuvimos LAFSA, una aerolínea estatal argentina mantenida por los contribuyentes, que llegó a tener 900 empleados y acumuló gastos por 40 millones de dólares, sin embargo, esta aerolínea nunca voló.
Cosas tan básicas como cloacas, agua corriente, rutas o gas jamás fueron concretadas: un 42 % de la población carece de cloacas; el 13 % no tiene agua corriente y más del 40 % no tiene conexión a la red de gas. Así dejaron a la Argentina.
Entre 2013 y 2015 las exportaciones cayeron un 25 %. Los controles cambiarios, trabas, restricciones y burocracia complicaron el comercio internacional y redujeron las exportaciones, las importaciones y el saldo comercial. Hoy la realidad es otra. Hoy la Argentina se abre al mundo.
El nefasto período populista del kirchnerismo nos dejó un país sin rumbo, sin herramientas de navegación, un país desordenado, en caos, sin cifras ni estadísticas, un sector público pervertido y corrupto, y un sector privado asfixiado y repleto de obstáculos, con una de las cinco economías más cerradas del planeta, una de las inflaciones más elevadas, default y demás ruinas.
Esto fue lo que recibió la actual gestión del presidente Mauricio Macri. Estos fueron los resultados de aquella famosa “década ganada” de la que tanto alardeaban los funcionarios y seguidores del kirchnerismo populista: pobreza, hambre, corrupción, clientelismo, despilfarro, inseguridad, narcotráfico, inflación, deterioro en infraestructura, desempleo, ausencia de inversión y persecución a quienes pensaban diferente.
No obstante, esta nota no busca ser un resumen de la pesada herencia. La realidad es que la Argentina de hoy transita un nuevo sendero: un sendero de libertad, de respeto, de consenso, de democracia, de división de poderes y transparencia.
- Hoy tenemos:
— Estadísticas transparentes y claras, libres de corrupción y ocultamientos.
— Nuestros jubilados están cobrando lo que corresponde. Mientras en la administración anterior, el dinero de los ancianos fue utilizado para financiar el fútbol para todos en la televisión y planes sociales para fomentar el clientelismo y ganar votos.
— Se puso un fin al cepo cambiario. Siendo una de las primeras medidas adoptadas por el actual presidente. Aquel cepo cambiario también nos impedía tener relaciones comerciales normales con el mundo, estancándonos y aislándonos.
— Las trabas a las importaciones comenzaron a reducirse. Por ejemplo, hace poco se quitaron los aranceles a los productos de informática importados, que era del 35 %.
— 3 de 4 dólares que el Gobierno pidió prestados fueron para pagar deudas de gobiernos anteriores, no nuevas.
— La Argentina lleva más de 8 meses de crecimiento consecutivo.
— Las inversiones crecen y los acuerdos comerciales también.
— La Argentina cuenta con una nueva Ley de Emprendedores que consiste en facilitar la creación empresas en tan solo 24 hs.
— El Gobierno aprobó la implementación del Sistema de Gestión Electrónica para las contrataciones de Obra Pública, concesiones de Obra Pública y Servicios Públicos y licencias. El sistema se denomina Contrat.Ar y es una plataforma para efectuar en forma electrónica todos los procedimientos de contratación y posibilitar a la ciudadanía de hacer un seguimiento de la ejecución de los contratos del Sector Público Nacional, dando mayor transparencia a la obra pública.
— Se eliminaron subsidios, retenciones al agro y a la minería.
— Hoy, el actual presidente condena fuertemente las violaciones a los derechos humanos que se cometen en países como Venezuela. Mientras que, en el pasado, nuestra exmandataria se codeaba con los dictadores Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
- Según los índices globales:
— Argentina ascendió 34 puestos en el Ranking Mundial de Transparencia. Con Cristina Kirchner estábamos en el puesto 54, hoy en el 20, según la Open Knowledge Foundation.
— Dentro del Índice de Facilidad para hacer Negocios del Banco Mundial que tiene en cuenta a 189 países, Argentina se ubicaba en la posición número 124 en el año 2015 (en el año 2006 estábamos en la 93). Hoy nuestro país se ubica en la posición 116, mostrando una increíble mejora.
— Según el informe del Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, en el año 2014 Argentina se posicionaba en el número 107 de 174 países. Hoy nos encontramos en el puesto número 95.
— En el Índice de Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras, Argentina se ubicaba en el puesto número 57 en 2015. Hoy, en 2017, mejoramos llegando al puesto 54.
— En el Índice de Libertad Económica de la Fundación Heritage que tiene en cuenta a 186 países, Argentina se ubicaba, en el año 2015, en el puesto número 169. Hoy, en 2017, nos ubicamos en el puesto 156. Mejorando enormemente en términos de libertad económica
El camino de transformación nacional es largo y nos llevará un tiempo. No obstante, los primeros pasos ya están dados: hemos salido del populismo y hoy conocemos de libertad, democracia y división de poderes.