English El 14 de abril se cumplió un año desde que Nicolás Maduro asumió la Presidencia de Venezuela. Antes de eso, Maduro se había desempeñado como ministro de Relaciones Exteriores y vicepresidente ejecutivo. Durante su primer año de gobierno, Maduro continuó con el “Programa de la Patria”, ideado por el difunto Hugo Chávez, el cual persigue el ideal del Socialismo del Siglo XXI y cuya meta declarada es acabar con el “modelo del capitalismo salvaje”. A raíz de las declaraciones del excéntrico Presidente, este país se convirtió en el foco mundial de críticas y elogios por igual. Hoy, Venezuela se encuentra socialmente dividida y económicamente devastada.
En declaraciones publicadas en el sitio web del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Inofrmación, el mandatario instó a los venezolanos a “construir una nueva cultura del ahorro y superar los vicios del consumismo”. Para él, “el consumismo no provoca felicidad, porque el capitalismo crea una sensación falsa, de que a través del consumismo uno cree que tiene buen nivel de vida”. Sobre lo que es realmente el socialismo que persigue, manifesto: “Para construir un nuevo modelo económico necesitamos una nueva ética, una nueva cultura del ahorro y de la producción”.
Maduro manifestó en ese mismo canal de comunicación que en Venezuela hay un modelo económico social exitoso y que le hace frente a las injusticias sociales del capitalismo. “Ahora la tarea es darle sustento público y en esa tarea pido todo el apoyo del país para abordar las dificultades económicas”.
Enrique Capriles, el líder de la oposición y ex candidato presidencial en 2013, le pidió a sus seguidores a través de su cuenta de Facebook no cansarse, porque el “que se cansa, pierde”, y recordó las pasadas elecciones. “Son días Santos, para la reflexión, el encuentro y la Fe. Hace un año no pudimos materializar el cambio por el control institucional del gobierno. Pero seguiremos luchando por la verdad, que es la que nos va a permitir que las cosas salgan bien. Creemos en una Venezuela unida.”
No solo la política se encuentra dividida entre los oficialistas y los opositores, sino que también la sociedad manifiesta desde hace meses esta dicotomía. Aquellos que no están de acuerdo con las medidas político-económicas del chavismo de Maduro han estado protestando pacíficamente en las calles —entre ellos, miles de estudiantes— pidiendo el respeto por los derechos civiles más fundamentales.
En el marco de esta división social y política, los representantes de la oposición y del oficialismo cerraron hoy a la madrugada el segundo intento de diálogo para terminar con la violencia en las calles de ese país a raíz de las protestas que comenzaron el pasado 6 de febrero. La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) pidió amnistía para todos los presos políticos, pero el oficialismo rechazó esa petición.
Sin embargo, sí se pusieron de acuerdo en formar parte de la Comisión de la verdad para investigar los hechos de violencia, siempre y cuando “no sea solamente legislativa, sino con personalidades reconocidas de la vida nacional, porque que nos interesa a todos que las conclusiones sean confiables”.
Las declaraciones de Maduro contrastan con los hechos que se viven día a día en este país sudamericano. En palabras del mandatario: “Tenemos un modelo económico social exitoso, frente al capitalismo que privatiza todo y niega los derechos sociales”.
El panfleto socialista —de estilo estalinista— que distribuye el Gobierno sobre los alcances de este primer año de gobierno, declara que alguno de los logros son el desarme de la sociedad, la puesta en marcha del Plan Patria Segura para garantizar la seguridad, y otras medidas para fomentar la paz en el territorio. Sin embargo, nada dice sobre los logros económicos o sociales.
Los verdaderos logros del Socialismo del Siglo XXI
Sin embargo, los hechos nos muestran otra realidad:
1. Escasez y racionamiento: En marzo la falta de productos básicos llego al 60,2%. El índice de desabastecimiento aumentó casi un 15% con respecto al mismo mes de 2013.
2. Inflación: En febrero fue de un 2,4%, haciendo que el índice interanual a febrero de 2014 se eleve a 57,3%, según informó en marzo el Banco Central de Venezuela (BCV).
3. Suspensión de actividades de muchas empresas: Víctimas del clima de inestabilidad, empresas como Iveco suspendieron sus operaciones en el país, y muchas aerolíneas han reducido frecuencias y tamaños de sus flotas.
4. Registro único para empresas: Fue creado para controlar las estructuras de costo de las compañías y “planificar la entrega de dólares preferenciales”.
5. Creación de la Superintendencia de Precios Justos: Según establece la Ley de Precios de enero, las empresas solo tendrán ganancias máximas de 30% y estarán sujetas a penas de hasta 14 años de cárcel para quienes violen los precios establecidos. “La especulación le hace mucho daño a nuestra economía, a diversos sectores del país, y el Gobierno está en la responsabilidad de tomar las medidas más severas”, manifestó Maduro.
6. División de la sociedad, violencia y represión de protestas estudiantiles.
7. El salario mínimo más bajo de Sudamérica: Según el Banco Central, el salario mínimo de un ciudadano de Venezuela es de US$63 mensuales, si se toma en cuenta la nueva tasa de cambio oficial vigente a partir de la implementación del sistema Sicad II.
8. Control exhaustivo del tipo de cambio: Venezuela tiene hoy cuatro tipos de cambio diferentes (tres regulados por el Estado y el paralelo, o dólar “lechuga”).
7. Caída de exportaciones petroleras: Las exportaciones a EE.UU caen al mínimo en 25 años tras la decreciente productividad de la empresa petrolera estatal, Petróleos de Venezuela (PDVSA).
8. Libertad de prensa comprometida: diarios tienen problemas para importar papel para imprimir debido a la escasez imperante en el mercado de divisas.
9. Restricción en compras por internet a un máximo de US$300: Se bajó a esa cantidad el máximo para comprar bienes y servicios a través de sitios web en el extranjero.
10. Militarización del poder económico: Durante los primeros 9 meses de su mandato, Maduro puso a 368 uniformados en puestos políticos. Además, designó al general del Ejército como Ministro de Finanzas.
11. Decreto de Inmovilidad laboral que prohibe el despido de trabajadores.
12. Regulación de alquileres y la obligación de vender el inmueble tras 20 años de alquiler.
13. Detención y cárcel para empresarios denunciados por “usura” y cierre de páginas web por publicar el precio del dólar paralelo.
14. Creación del Viceministerio para la Suprema Felicidad Social: Encargado de las grandes “misiones sociales”.
15. Adelantó la navidad por decreto: Creó una feria navideña y pagó aguinaldos en la segunda semana de noviembre
16. Falta de insumos en hospitales venezolanos.
17. Expulsión de la opositora diputada María Corina Machado del Parlamento. Fue acusada de “traición a la patria” por aceptar la invitación de Panamá y para hablar frente a la OEA de los crímenes de Maduro.
18. Echó a tres diplomáticos estadounidenses y los acusó de sabotaje.
19. Creación del futuro Ministerio de Comunicación Internacional: Funcionará para la “defensa mundial” de la imagen de Venezuela.
20. Encarcelamiento de Leopoldo López, uno de los líderes más carismáticos de la oposición se encuentra hasta el día de hoy en prisión. Fue calificado por Maduro como “fascista y desestabilizador”.
Juan Carlos Hidalgo, analista de políticas públicas para América Latina del Instituto Cato analiza las medidas tomadas por Maduro en su primer año como medidas sacadas del libreto socialista. Para él, el gobierno “impuso controles de precios draconianos y ha allanado a empresas que acusa de especulación. Como resultado, hay una escasez generalizada de alimentos y medicinas, y las personas tienen que hacer colas por horas en los supermercados.”
Agrega que “el índice de escasez producido por el Banco Central de Venezuela llegó al 28 por ciento en enero, lo que significa que uno de cada cuatro productos básicos no está disponible en cualquier momento. De alguna forma, el papel higiénico ahora es más valioso que los billetes de bolívares”.
En uno de sus polémicos anuncios dijo que iba a controlar el “amarillismo” de ciertos medios (opositores) y finalmente concluye: “Me llamarán dictador y no me importa”. Yo me pregunto ¿no lo es acaso?