EnglishUna atmósfera de festividad y celebración envolvió a la marcha celebrada este sábado en la Plaza de Mayo de Buenos Aires a favor de la despenalización de la marihuana. La marcha comenzó a las 15 horas de ese día, y tal como viene ocurriendo desde 1999, se celebró en el marco de la Marcha Global del Cannabis que se realiza en forma simultánea y autónoma alrededor del mundo ‒este año se celebró en más de 250 ciudades alrededor del planeta‒ con el objetivo de cambiar la legislación vigente y despenalizar el consumo de la marihuana.
Este año, la iniciativa se vio marcada por un fuerte optimismo generalizado y gran expectativa entre los participantes en Argentina, a raíz de que su país vecino, Uruguay, legalizará el consumo personal, el cultivo y la venta en farmacias de esta popular droga a partir de mañana.

Según cifras de los organizadores, más de 200.000 argentinos marcharon por las principales ciudades del país bajo el lema “¡No más presos por cultivar! – ¡Regulación del cannabis ya!”.
Sólo en la ciudad capital de Buenos Aires, 150.000 consumidores, productores o simplemente defensores de la libertad y de los derechos consagrados en la Constitución nacional se congregaron en la emblemática Plaza de Mayo para luego marchar desde allí hasta el Congreso.
La marcha fue convocada en Argentina por la Agrupación de Cannabicultures del Oeste, la Agrupación Cogollos del Oeste, la Agrupación Agricultores Cannábicos Argentinos (AACA) y el Centro de Estudios de la Cultura Cannábica (CECCA).
Sus reclamos pedían el cese de los allanamientos, las detenciones y los procesos penales a cultivadores y poseedores de marihuana, la legalización y regulación de los clubes sociales de cannabis y sus semillas, la autorización del uso medicinal de la planta, y la aprobación de una ley de atención pública y gratuita de los problemas asociados a su uso.
Actualmente, la ley 23.737 establece que la tenencia, la producción y la distribución —así como la apología al uso— son delitos, aunque por lo general la justicia no hace cumplir las sentencias asociadas a los mismos.

Gabriel Jinkus, abogado activista del CECCA, expresó a la agencia de noticias Télam que “año a año, con el crecimiento de la marcha, se está demostrando que esto merece una institucionalización con una ley que nos permita a todos disfrutar de la planta tanto en su rol de esparcimiento como medicinal”.
Por su parte, Facundo Rivadeneira, referente de otra de las asociaciones organizadoras del evento, afirmó que “Somos usuarios: no somos ni enfermos ni delincuentes, y utilizamos una sustancia tal como otras personas toman todos los días café o fuman tabaco”.

La marihuana en cigarro, el humo esparcido, el olor de las flores consumiéndose, imágenes de Jamaica y Bob Marley, así como la venta de accesorios para el consumo de la planta, le dieron un toque psicodélico a la nublada tarde porteña. También habían puestos ambulantes de libros sobre los usos del cannabis y de otras substancias psicoactivas como el LSD.
Entre las organizaciones políticas presentes en el evento estuvo un grupo del Partido Liberal Libertario de Argentina, cuyos miembros afirmaron “defender los planes de vida de cada individuo” y explicaron que la “prohibición sólo genera narcotráfico. Defendemos el uso, distribución y producción de esta droga”.
Así mismo, el legislador Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda, expresó que “Rechazamos la criminalización de los que fuman o cultivan marihuana y estamos por su total legalización, en defensa de las libertades democráticas y contra el negocio del narcotráfico”.
Uruguay reglamenta el consumo de marihuana
El poder ejecutivo uruguayo publicó el viernes pasado el decreto que reglamenta y regula el consumo y cultivo de la marihuana, y será firmado hoy por el presidente Mujica y sus ministros, entrando plenamente en vigencia mañana, según expresó en conferencia de prensa Diego Cánepa, prosecretario de la presidencia.

El decreto tiene 104 artículos divididos en cinco capítulos: Cannabis Psicoactivo de Uso no Médico, Registro de Cannabis, Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCA), Infracciones y Sanciones y Disposiciones Tributarias.
Se encuentra permitida, según esta normativa, “la realización de las actividades de plantación, cultivo y cosecha doméstica o por clubes de membresía de plantas de cannabis, la dispensación de la droga por farmacias, la adquisición en ellas de hasta 10 gramos por semana, y la producción y distribución de semillas”.
Sin embargo, estará prohibida toda forma de publicidad —directa o indirecta—, auspicio o patrocinio de los productos de cannabis psicoactivo y cualquier difusión en los medios de comunicación.
Según el articulo 15, sólo podrán participar legalmente en el mercado de la marihuana los mayores de edad uruguayos o extranjeros con residencia permanente en el país, y para poder comprar la sustancia se deberán cumplir varios trámites previos a su adquisición.
Los consumidores deberán registrarse en cualquier oficina de correos con su cédula de identidad. Para esto, un funcionario público registrará los datos de sus huellas dactilares, pero no se registrará el nombre de la persona. Cánepa explicó que el sistema de registro funciona con un algoritmo que asocia un número único a las huellas dactilares de cada consumidor registrado.
Con ese algoritmo se emite un boleto con el número de usuario único para cada consumidor, con el que éste podrá dirigirse a una farmacia para comprar la marihuana. Cánepa explicó que una vez en la farmacia, el consumidor podrá “solicitar la compra de hasta 40 gramos mensuales de marihuana. El farmacéutico va a tener una terminal en la que pondrá su huella, se identificará el algoritmo sin que aparezcan los datos personales, y el sistema establecerá si la persona está autorizada a la compra”.
La organización social uruguaya ProDerechos, que apoya el cambio en la reglamentación de la marihuana, expresó a través de un comunicado sus dudas respecto a la funcionalidad del registro. “Demasiados requerimientos para registrarse como autocultivadores, y nulos incentivos positivos. Habrá que ver si funciona”, informaron.
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— La Tercera (@latercera) May 4, 2014
El decreto informa que solo se comercializará un tipo de marihuana que no tenga una concentración mayor al 15% de THC (Tetrahidrocannabinol, el principal constituyente psicoactivo de la planta). Además, la ley regula que los clubes de cultivo no podrán tener más de 40 miembros y menos de 15.
Cánepa expresó también que las primeras cosechas legales de marihuana estarán disponibles en diciembre de este año, y que “La primera licencia incluirá un precio de entre 20 y 22 pesos para la primera venta”, refiriéndose al precio de la droga regulada, que, agregó, “será móvil y fijado por el Estado”.
Otro capítulo de la norma indica que para ser cultivador para consumo personal será necesario inscribirse en el IRCA y no se podrá poseer más de seis plantas, independientemente de la cantidad de gente que viva en el inmueble en donde se lleva a cabo el cultivo. Además, no se podrá cosechar más de 480 gramos por año.
Las personas que ya posean plantas cultivadas con anterioridad a la legalización tendrán que registrarlas en esa misma entidad. Por último, Cánepa aclaró que el IRCA tendrá un cuerpo especial de inspección que se encargará de fiscalizar el proceso de producción e implementará un control “aleatorio” que inspeccionará los hogares de los que cultiven para consumo personal.
Sobre las inspecciones a los hogares de los cultivadores para consumo personal, Cánepa manifestó que las visitas deberán ser “previamente coordinadas con el dueño de casa, y en caso de que éste se niegue, el fiscalizador podrá hacer la denuncia y esperar a que un juez autorice la visita”.
Gabriel Drach, activista del incipiente Partido Liberal Libertario Uruguayo, considera que si bien “es un avance importante que se discuta una liberalización, esto no sucede con esta ley, sino que se otorga el poder al Estado para regular la venta. Los monopolios son comunes en Uruguay, y el que pierde siempre es el consumidor”.
Finalmente, el presidente se expresó en diálogo con radio Montecarlo sobre el decreto. Explicó que su deseo con la ley es que ésta ayude en la lucha contra el narcotráfico.
“La sociedad uruguaya no quiere ver el mal que nos hace la drogadicción. No sólo el impacto, sino sobre todo lo que está detrás, la metodología delictiva del narcotráfico. Me parece que es uno de los problemas más graves. No hay peor ciego que el que no quiere ver. En el mundo delictivo había códigos, pero con el advenimiento de la cultura narco, vale todo, cualquier cosa. Metodológicamente contagia a todas las otras formas de delito. La batalla va a ser muy larga”, informó el presidente.