Brasil 2014 será el mundial de fútbol más lucrativo de la historia de los mundiales, pero también el más costoso. A dos días de la cita inaugural, resumimos los puntos más destacados de la organización del evento, junto a los casos de corrupción y sobreprecios, las polémicas sobre inversión pública y privada, y el debate sobre la FIFA y su relación con los patrocinadores oficiales.
A primera vista, quien visita en el sitio web oficial de la Copa Mundial de Fútbol, podría creer que la organización del evento deportivo marcha sobre ruedas. Ni una sola noticia negativa, de plazos vencidos en la entrega de obras, ni acusaciones de corrupción. Pero a dos días del mundial, salpican para todos lados las acusaciones sobre incompetencia del comité organizador y las alertas sobre el excesivo, discrecional y arbitrario gasto público.

Mundial de lujos y controversias
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, anunció a finales de mayo: “El éxito financiero ya es un hecho”, y que las ventas de entradas rompían records, “nunca vendimos tantas entradas”, dijo.
La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) recibirá, cuando termine el mundial, US$4 mil millones por ingresos de publicidad, y destinará US$35 millones para la selección ganadora: Menos del 1% del total de ingresos de la FIFA entre mundial y mundial.
Valcke había manifestado no sentirse culpable de que la FIFA se beneficiara, a través del Comité Organizador, de fondos públicos de Brasil para las inversiones necesarias. “No me siento culpable de que la FIFA haya usado fondos públicos en vez de inversiones que deberían haberse hecho en educación, salud u otros rubros”. Y añadió que “cuando Brasil se ofreció para organizar la Copa Mundial tenía el presupuesto para hacerlo”.
El gobierno brasileño gastó, según especifica el informe oficial, un total de R$23.600 millones (US$10.598 millones) en infraestructura para el Mundial (seguridad, aeropuertos, turismo, transporte, etc).
Sin embargo, la inversión más transcendental, según el informe “Destino Brasil 2014” de Euromericas Sport Marketing, fue en telecomunicaciones. Se invirtieron en esta área US$8.100 millones (incluyendo inversión pública y privada). Gerardo Molina, director de esa publicación, comentó que esta inversión se hizo por la baja calidad de telefonía, datos y ancho de banda que tenía Brasil.
A pesar de que la FIFA es una asociación sin ánimos de lucro, la ex estrella del fútbol Diego Maradona, declaró en contra de la organización este martes en su programa diario en la cadena Telesur. Dijo que la FIFA tiene un “poder feo” porque “si ganan US$4 mil millones y el campeón se lleva 35, hay una diferencia que no se puede creer”. Concluyó con una ironía: “La multinacional se está comiendo la pelota”.
Roberto Chiocca, dirigente del Instituto Mises Brasil y uno de los opositores de la realización de la Copa del Mundo en su país, le comentó a PanAm Post que “el problema de la copa es que es el Estado el que gasta, y lo hace mal, si toda la inversión fuera privada nadie podría quejarse”.
“El Estado ha prometido de todo, desde mejores aeropuertos y nuevas líneas de metro hasta un tren ‘bala’ desde Sao Paulo a Río. Y como ya había pasado en el Panamericano, por supuesto que pasa en la Copa y sin duda va a pasar en las olimpiadas, la cuenta fue mucho mas grande que la prometida”, aseguró.
La realidad, explica Chiocca, es que está claro quiénes son los verdaderos ganadores del evento, independientemente de qué selección de fútbol gane el torneo. “La FIFA es la que más beneficios de la Copa se lleva, pero no es la única, los políticos salen con los bolsillos llenos y sus amigos de las grandes constructoras salen felices y más ricos también”. Otros que ganan con la Copa son los jugadores de fútbol, “y pocos, muy pocos empresarios del ramo turístico ganan dinero también, por cuatro semanas”, dijo.
Chiocca alerta que los más afectados serán los mismos brasileños, por el drenaje de los fondos públicos. “Los recursos que fueron arrebatados a la población por la fuerza (a través de nuestros impuestos) dejaron de ser invertidos donde hubieran sido productivos. Todos salimos más pobres con la excepción de los reyes [el gobierno] y sus amigos (la FIFA)”, concluyó el brasileño.

Detrás de las bambalinas del Mundial, el país gobernado por Rousseff enfrentó varias manifestaciones, huelgas en los metros de Sao Paulo —centro financiero de Brasil— protestas de aborígenes que se enfrentaron a la policía con arcos y flechas, además de otros reclamos ciudadanos desde el 2013 hasta esta semana inclusive.
Ante los reclamos por el escaso acceso en transporte público a los estadios, el expresidente Lula Da Silva dijo a sus compatriotas que deberán buscar maneras alternativas de trasladarse para ver los partidos del Mundial. “Nunca hemos tenido problemas para caminar”, dijo, además de invitarlos a que vayan a los estadios “a pie, descalzos, en bicicleta o en burro”.
La presidenta, que hasta hoy no se sabe si estará presente en el partido inaugural de la “copa de la copas”, pidió a los brasileños “dar la bienvenida a los turistas, no con violencia, sino con afecto” durante el discurso de la finalización de obras en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro.
Corrupción en la FIFA
Sony, uno de los patrocinadores más importantes de la Copa del Mundo junto a Budweiser, Coca-Cola, Adidas, Hyundai y Visa, cuestionaron la transparencia en la elección de Qatar como sede del mundial en 2022. Por esto, estarán llevando a cabo una investigación sobre presunta corrupción por pago de sobornos.
Según informó el diario inglés The Sunday Times, Mohammed Bin Hamman, funcionario de la FIFA en Qatar, habría utilizado sus contactos para influir en la elección de la sede.
Por su parte, el comité organizador rechaza esta acusación y asegura que el funcionario qatarí no tuvo papel alguno en la decisión final.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, tildó de racistas las acusaciones de corrupción en el caso de Qatar.
¿La copa va a ser buena para Brasil?
La presidencia de la República lanzó un vídeo en respuesta a las críticas esgrimidas por la oposición, y por ciudadanos que marchaban en contra de la corrupción y el gasto público en las obras de los estadios y aeropuertos..
“Mucha gente dice que los mayores costos [del mundial] fueron la construcción de los estadios, pero eso no es cierto. Los estadios costaron R$8 millardos (US$3,6 millardos), y serán sede de muchos otros eventos después”.
Explica también que desde que empezaron a construirse los estadios en 2010, el gobierno de Rousseff invirtió en salud y educación R$825 millardos (aprox. US$375 millardos). “Eso significa [que invirtió] cien veces más [que en los estadios del Mundial]”.
También pide recordar que el financiamiento de la construcción de los estadios y las demás obras de infraestructura repercutirá favorablemente en la economía. “Hay otro punto importante: La Copa trae mucha gente a nuestro país, serán 600 mil extranjeros que después divulgarán a Brasil por el resto del mundo, además de los tres millones de brasileños que circularán por el país. Esos turistas gastarán R$25 millardos (aprox. US$11 millardos)”.
El gobierno brasileño explicó que en la Copa de Confederaciones (realizada en este país en 2013) se crearon 303.000 nuevos empleos, y se espera que el Mundial genere más de 700.000.
¿Pero qué pasará una vez termine el Mundial? El vídeo manifiesta que los brasileños podrán seguir utilizando la infraestructura creada en los servicios públicos como el transporte cuando finalice la Copa del Mundo.
“La copa va a ser buena para el país”. En conclusión, el vídeo argumenta que los resultados beneficiosos de las inversiones serán permanentes. Pero no explica qué sucede con las obras inconclusas, o con los costos de mantenimiento de los grandes estadios en las ciudades donde el fútbol no se practica con frecuencia, o donde no hay equipos importantes.