EnglishColombia se unirá a la lista de países de América Latina con voto obligatorio si el Senado continúa la tendencia de aprobación que inició el pasado jueves 25 de septiembre en la primera de ocho discusiones en comisión que debe superar la propuesta. La iniciativa forma parte del proyecto de ley de reforma del Estado presentado por el presidente Juan Manuel Santos.
De esta manera, sería obligatorio sufragar en todos los comicios que se realicen en este país, incluidos los referendos que utilizaría el Gobierno para averiguar la opinión de sus ciudadanos en relación a asuntos como los acuerdos de paz con las FARC.
Hasta ahora, la comisión parlamentaria estableció que el voto será obligatorio en los próximos tres períodos electorales. Además, se inyectarán estímulos a la población colombiana para incentivar el deber cívico y se impondrán sanciones a aquellos que no se presenten a las urnas.
El senador Roy Barreras Montealegre por el Partido de la U —que apoyó al actual mandatario Santos en su reelección— se mostró entusiasta con la obligatoriedad del voto como instrumento democrático, luego de haber presentado esta misma propuesta cuatro veces en los últimos dos años.
“Se trata de que más de 8 millones de colombianos abstencionistas nos ayuden a mejorar la democracia y a limpiar las costumbres electorales. Tenemos la garantía de que los ciudadanos que no votan por distintas razones no venden su voto y por tanto este será libre, independiente y que legitime aún más las instituciones colombianas”, declaró.
Habra Voto Obligatorio con estimulos y sanciones. Es una invitacion a los millones de colombianos abstencionistas a limpiar la democracia.
— Roy Barreras (@RoyBarreras) September 25, 2014
Además, insistió en que esta iniciativa dará un canal de comunicación para saber si los colombianos aceptan o no el acuerdo de paz con las FARC que se realiza en La Habana, Cuba.
Esta propuesta forma parte de la reforma constitucional presentada por Santos con el objeto de ajustar el equilibrio de poderes. Entre los puntos más destacados del proyecto de ley presentado por Juan Fernando Cristo, ministro del Interior, se encuentra la eliminación de la figura de la reelección presidencial.
Afirman que el voto es una obligación ciudadana
Una organización que se ha manifestado a favor del voto en blanco en Colombia, Movimiento Ciudadano Blanco, expresó que este ha sido un paso en la dirección correcta. “Consideramos que esta iniciativa podría fortalecer el voto de opinión, toda vez que el gran número de abstención que hemos visto en la elecciones anteriores, sin duda se va a traducir a favor del voto en blanco, porque quienes no van a las urnas, lo hacen como manera de protesta y falta de confianza en el sistema político corrupto de la política Colombiana”, indicó un comunicado público.
La congresista Viviane Morales también se mostró a favor, pues esta iniciativa “afianzará los valores democráticos”. “El voto obligatorio es un mecanismo que puede ayudar a disminuir la corrupción […] una obligación del ciudadano es participar en la vida política del país”, expresó.
Temen un incremento del fraude y del clientelismo
Por su parte, el senador del socialdemócrata Polo Democrático, Alexánder López, indicó que este proyecto incentivará la corrupción y la violencia en el país.
El voto obligatorio en colombia en medio de la mermelada, el fraude electoral y el clientelismo, en nada fortalece la democracia.
— Alexander López Maya (@AlexLopezMaya) September 26, 2014
“La abstención en Colombia se da porque la gran mayoría de colombianos no cree en el sistema electoral que permite el fraude y el constreñimiento. Obligando a los colombianos a votar no se solucionan estos problemas, al contrario, los agudiza”, profundizó para el diario La Patria.
Alfonso Portela, registrador Delegado en lo Electoral, lamentó que el hacer el voto obligatorio implicará una duplicación de los costos electorales.
“Actualmente hablamos de un presupuesto de $700 mil millones de pesos (casi US$350 millones). En un escenario de voto obligatorio pasaríamos a $1 billón 300 mil millones de pesos (US$640 millones)”, dijo en una entrevista.
America Latina, dividida
Mientras que en Nicaragua, Venezuela, Chile, Costa Rica, y Guatemala el voto es voluntario, en Argentina, Brasil, Ecuador, Panamá, Paraguay y Bolivia, el voto es obligatorio, y en muchos de ellos es también forzado, lo que significa que la persona debe dirigirse a un cuartel policial y justificar su ausencia en el caso de que no pueda votar. La falta injustificada puede ser castigada con multas, servicios comunitarios o hasta inhabilitación para realizar trámites gubernamentales.
En Ecuador el ejercicio del derecho a voto es obligatorio y quien no se presente, de acuerdo con el Código de la Democracia, deberá abonar una multa que equivale al 10% del salario mínimo, aproximadamente US$39,8.
En Argentina, a través de la Ley Sáenz Peña o Ley 8.871, promulgada en 1912, el voto es universal, secreto y obligatorio. Si bien existen multas económicas para quienes no voten, estas casi nunca se aplican.
La elección de 2013 en Chile, en la cual salió victoriosa Michelle Bachelet, fue la primera elección presidencial en la cual se utilizó el mecanismo de inscripción automática para todos los votantes, aunque el voto se mantuvo voluntario.
Ángel Soto, doctor en historia de la Universidad Complutense de Madrid y profesor en la Universidad de los Andes de Chile, se pronunció partidario de la inscripción y voto voluntario.
“No obstante eso, me parece que la inscripción automática y el voto voluntario en Chile, más allá del resultado en términos de participación, es un paso hacia otorgar mayores facilidades de participación ciudadana, lo cual me parece que legitima más las instituciones democráticas”, le expresó a PanAm Post.
Añadió: “El desafío está en apoyar estas medidas con una educación cívica que permita tomar conciencia de la necesidad de participar en la toma de decisiones. Es un signo de madurez política, de madurez democrática”.
Voto obligatorio: Ni claro, ni oscuro
Mario Serrafero, doctor en Ciencia Política y Sociología, y profesor universitario en Argentina, explicó que no existe una fórmula perfecta para una democracia de calidad, sino que pueden encontrarse democracias con razonable calidad, con voto obligatorio y con voto facultativo (optativo).
En ese sentido, sostuvo que la legitimidad de una democracia no depende necesariamente de si un sufragio es obligatorio o facultativo, “sino de la transparencia, competitividad y libertades electorales. Y por cierto, de que las instituciones lleven a la práctica lo que ha sido votado por el pueblo”, indicó a PanAm Post.
“¿Cómo se interpreta la escasa concurrencia de participación electoral en los países con voto facultativo? Se ha dicho que cuando ello ocurre, los no votantes delegan su decisión en los que concurren al acto electoral. Puede ser también muestra de apatía política o bien de cierta conformidad con la situación política. Ambos sistemas tienen sus pros y sus contras”.
Destacó que ambas opciones conllevan riesgos. “El sufragio facultativo tiene el valor de respetar la libertad de las personas, pero puede inducir a cierta quietud y despolitización de la sociedad. El sufragio obligatorio, si bien incrementa la politización, también puede fomentar el clientelismo político y la manipulación de los ciudadanos”.