EnglishCon el eje puesto en proponer soluciones a los problemas económicos que más afectan al continente americano, del 17 al 19 de noviembre se desarrolló el V Congreso Internacional de Economía Austríaca en Rosario, Argentina. Entre sus propuestas estuvieron el cierre del Banco Central, la vuelta al patrón oro, y la liberalización del comercio bajo la premisa de que la libertad produce riqueza, y la riqueza produce libertad.
El congreso, que se realiza cada dos años, es organizado por la Fundación Bases de Rosario en el auditorio de la Universidad Católica Argentina, y contó con la presencia de 140 personas, incluidos estudiantes de economía y ciencia política, docentes universitarios, empresarios y referentes de otras fundaciones liberales.
Las temáticas del congreso se centraron principalmente en economía, filosofía política, teoría del conocimiento, metodología y otras lecturas en torno a esta escuela.
Entre los oradores destacados estuvieron Alberto Benegas Lynch (h), presidente del Consejo Académico del centro Libertad y Progreso; Juan Carlos Cachanosky, profesor universitario de economía; Gabriel Zanotti, profesor de filosofía en la Universidad Austral; Axel Kaiser, director de la Fundación para el Progreso de Chile; Benjamin Powell, director del Instituto Libre Mercado del Tecnológico de Texas; Mark Skousen, Ph.D. en Economía por la Universidad George Washington; y Pedro Schwartz, presidente de la Sociedad Mont Pèlerin.
La solución austríaca a los problemas monetarios argentinos
Una de las ponencias más esperadas por los locales fue la del mediático economista José Luis Espert, conocido por su frontal oposición a las políticas monetarias y fiscales del kirchnerismo.
Comenzó su exposición con una defensa de las ideas de libre cambio que caracterizaron la década de 1920 en Argentina y que le permitió al país crecer significativamente más que lo que crecía el promedio del mundo en ese período.
Con esto en mente, el economista se preguntó “¿De dónde sacan entonces que el liberalismo es malo para el país?”
Añadió que la verdadera lucha redistributiva se pelea entre la oligarquía que vive del Estado y aquellos que no viven de él. En ese sentido, criticó el hecho de que hoy exista una desnaturalización del rol del Estado por una expansión de las responsabilidades que van más allá del verdadero rol de este: la provisión de bienes públicos.
El aumento de la presión fiscal, explicó el experto, es uno de los problemas fundamentales del Gobierno de Cristina Kirchner: “un argentino trabaja la mitad del año para pagar impuestos”.
Al contrario de lo que dicen los principales candidatos opositores a la presidencia de este país, continuó Espert, el verdadero gasto público se centra en el empleo público y no en los subsidios. “Ahí está su clientela”, añadió.
Durante su ponencia un docente del público le interrogó, “¿cuál es la solución a los problemas monetarios del país?”, “Cerrar el Banco Central”, aseguró Espert.
El doctor en economía y docente universitario Alberto Benegas Lynch (h) fue uno de los últimos conferencistas con su ponencia sobre la relación entre el determinismo físico y la libertad. “La igualdad de oportunidades es absolutamente incompatible con la igualdad ante la ley”, remarcó. “Vivimos en la era de los seudoderechos”, añadió en relación a los derechos que exigen una obligación de parte del resto de las personas, como el derecho a una vivienda.
#EscuelaAustriacaEnRosario. Pedro Schwartz
"¿Quien inventó el control de cambios? Pues, Hitler". pic.twitter.com/MUXIQM53ZZ— Guillermo L Covernton (@Willy_Covernton) November 17, 2014
La Escuela austríaca y sus orígenes en el pensamiento escocés
Adrián Ravier, profesor de la Universidad Nacional de La Pampa y expositor en el congreso, se remontó a los inicios de la escuela austríaca, una tradición que surgió en 1871 con los escritos de Carl Menger, y cuyos antecedentes pueden encontrarse en los pensadores escoceses de la Ilustración como Adam Smith.
“La Escuela austríaca se caracteriza por el pensamiento multidisciplinario que incluye un análisis complejo de la realidad social, incluyendo a la filosofía, las ciencias políticas, el derecho, la historia, la antropología, la psicología, además de la economía”, indicó Ravier.
Denotan carencia en la promoción de las ideas
El profesor Gabriel Zanotti hizo por su parte énfasis en la necesidad de promover el legado de la escuela austríaca. Sostuvo que el mejor método para hacerlo era establecer amistades académicas con las cuales entablar diálogos fructíferos. “Los economistas austríacos deben meterse en congresos y publicaciones especializadas no austríacas y dialogar de igual a igual”, dijo.
La escuela austríaca trata de explicar el mundo, y no trata de reducirlo a un modelo arbitrario y plagado de variables también arbitrarias
En ese sentido, Federico Fernández, presidente de la Fundación Bases indicó que el objetivo principal del congreso es difundir las ideas de la economía austríaca en un marco académico, dado de que ellas no están bien representadas en las universidades latinoamericanas, con la excepción del instituto ESEADE en Argentina y la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala, entre otras pocas.
“El panorama en las universidades está bastante complicado, entonces nuestro principal objetivo es plantar bandera allí”, precisó Fernández. “La escuela austríaca trata de explicar el mundo, y no trata de reducirlo a un modelo arbitrario y plagado de variables también arbitrarias”, dijo en alusión a otras escuelas que se apoyan en modelos matemáticos muchas veces incompatibles con las variables de la realidad social.
Editado por Elisa Vásquez. Artículo actualizado a las 10:18 am del 21 de noviembre.