EnglishEste sábado 14 de marzo, miles de canadienses salieron a las calles de 70 ciudades del país para protestar contra el proyecto de ley antiterrorista C-51, que abre la puerta al Gobierno para restringir manifestaciones.
El Gobierno conservador de la confederación presentó esta polémica iniciativa el pasado 30 de enero, pero aún el Congreso la está debatiendo.
Los manifestantes llevaron consigo carteles con leyendas como “el activismo no es un crimen”, y alusiones a los los orwellianos “policías del pensamiento” de la novela 1984.
Una de las mayores preocupaciones de quienes se expresan contra el proyecto es la expansión del poder de la agencia estatal de espionaje y la discrecionalidad para detener a presuntos sospechosos de terrorismo.
La protesta fue organizada, entre otras, por las organizaciones Leadnow , Open Media y Amnistía Internacional, cuyos voceros alertaron sobre el proyecto impulsado por el primer ministro Stephen Harper.
L’ultime responsabilité de notre gov. – de tout gov. can. – est d’assurer la sécurité des Canadiens et de notre pays. pic.twitter.com/hMbPNUdX5f
— Stephen Harper (@stephenharperFR) January 30, 2015
Las intenciones del proyecto de ley
El proyecto C-51 se aplicaría con el objeto de “preservar la soberanía, seguridad e integridad territorial de Canadá o de los canadienses”. El Gobierno ha expresado que la iniciativa legislativa hará que los canadienses “estén más seguros” y les otorgaría a las fuerzas policiales “herramientas para poder luchar contra las amenazas terroristas”.
Entre otras cuestiones, el C-51 buscará detener a cualquiera que realice actos de terrorismo, “proliferación de armas nucleares, químicas, radiológicas o biológicas; espionaje, sabotaje, una actividad dentro de Canadá que socave la seguridad de otro Estado”.
También se pondrá bajo la lupa a quien “interfiera con la capacidad del Gobierno canadiense en relación con la inteligencia, defensa, operaciones de frontera, seguridad nacional, la administración de justicia, relaciones consulares o diplomáticas, o en la estabilidad económica o financiera de Canadá”.
El vocero del ministerio de Seguridad Publica, Jeremy Laurin, expresó a CBC News que el gobierno canadiense rechaza el argumento de que refinar el tema de seguridad pública amenaza las libertades ciudadanas.
“Los canadienses entienden que la libertad y la seguridad van de la mano [y] esperan que nosotros que protejamos ambos. Hay salvaguardas en esta legislación para hacer exactamente eso”, precisó Laurin.
Oponentes denuncian amenazas a la Libertad
Desde Leadnow, una organización independiente que aboga por una democracia abierta, aseguraron que la nueva propuesta beneficiará con nuevos poderes a los agentes especiales del Gobierno para espiar a los ciudadanos canadienses.
Además, aseguran que le dará a la Policía Montada la posibilidad de detener a personas por mera sospecha, “inclusive aquellos que no han cometido ningún crimen”. Pero, sobre todo, alertan sobre la amenaza contra la libertad de expresión, dado que el proyecto está escrito con un lenguaje “realmente vago” y podría utilizarse contra protestas de grupos minoritarios.
Para Leadnow, “esta legislación es imprudente, irresponsable e ineficaz”.
“El C-51 es un proyecto de ley que podría poner en serio peligro nuestro derecho a protestar pacíficamente, para hacerle frente a un Gobierno o a una política económica”, indicó el legislador Thomas Mulclair, del Nuevo Partido Democrático, en Montreal.
“El señor Harper nunca ha sido capaz de dar un solo ejemplo de por qué este proyecto de ley es necesario”, continuó el político, quien también aseguró que votará en contra de este proyecto.
Stuart Basden, un activista en Toronto, expresó: “La libertad de hablar en contra del Gobierno está probablemente en peligro. (…) Uno podría ser un objetivo incluso si solo estás publicando cosas en internet, por lo que es un proyecto de ley realmente aterrador”.
El director ejecutivo de OpenMedia, Steve Anderson, sostuvo que el número de canadienses preocupados por el tema va en aumento.
“Solo queremos hacer saberle esto al Gobierno y educar a más canadienses, ya que (…) el real desafío para aquellos que entendemos los peligros del proyecto es educar a los [demás] canadienses”, le indicó a Yahoo News.