
Argentina sufrió el martes 31 de mazo de un paro general de 24 horas organizado por varios gremios opositores al Gobierno de Cristina Kirchner. Su objetivo fue protestar contra el impuesto a las ganancias que, aseguran, ha quedado desfasado con respecto a la inflación y, con los años, pecha a un porcentaje mayor de la población que no necesariamente ha incrementado su poder adquisitivo.
Hoy, tributan el impuesto a las ganancias, que recae sobre las rentas obtenidas durante el año, todos aquellos asalariados que reciban en bruto más de AR$15 mil mensuales (US$1.200), es decir, 3,2 salarios mínimos actuales. En 2001, lo pagaban aquellos con salarios superiores a 5,5 sueldos mínimos.
Los gremios que acudieron al paro reclaman que el Gobierno no haya aumentado el margen mínimo gravable en la misma medida en la se ha disparado la devaluación de la moneda nacional y la inflación.
La huelga fue más notoria en Buenos Aires, pero afectó a las ciudades más importantes del país. No funcionaron los colectivos de corta, mediana y larga distancia; cerraron los subterráneos, los trenes, los camiones de recolección de basura, el correo, los bancos (ni los camiones de caudales), y los quioscos o “canillitas”, como se les conoce localmente. Muchos vuelos internacionales fueron desviados a Montevideo, Uruguay, por la adhesión al paro de varios sindicatos aeroportuarios, y los hospitales funcionaron solo para guardias de emergencia.
Paro general en Argentina detiene todo el transporte público en Buenos Aires. Los detalles en http://t.co/nGQwGFQRzd pic.twitter.com/YWLlAGNZPb
— La Tercera (@latercera) March 31, 2015
El único servicio de transporte público que funcionó el martes fue el de los taxis, pero con servicio reducido dado al apoyo al paro de los empleados de las estaciones de servicio.
El oficialismo, en boca del ministro de Economía, Axel Kicillof expresó que el paro no es en realidad por el impuesto a las ganancias ya que eso solo afecta “al 6% u 8% de los trabajadores”, sino que hay otra motivación que no especificó: “Las razones son de público conocimiento”, se limitó a decir, sin aclarar.
Luego de la conferencia de prensa de los convocantes al paro, la presidenta Kirchner habló por cadena nacional sobre la medida de fuerza.
“Hacen un paro porque tal vez tengan que dar un poquito de su sueldo para otros compañeros, jubilados, para hacer redes cloacales. Como dijo Evita [Eva Perón], le tengo más miedo al frío de los corazones de los compañeros que se olvidan de dónde vinieron, que al de los oligarcas”, expresó.
Además, dijo que los sindicalistas organizadores del paro “se olvidan de los que estan fuera del trabajo o todavía no ganan lo suficiente”. También admitió que le daba “mucha vergüenza” esa actitud.
Califican al paro de “contundente” y proponen extensión
Minutos antes, los líderes gremiales de los sectores convocantes realizaron una conferencia de prensa en la cual calificaron como “contundente” la adhesión a la medida de fuerza.
https://twitter.com/todonoticias/status/582978604235116544
El líder del gremio de camioneros, Hugo Moyano, pidió el Gobierno dar respuestas a este “legítimo” paro. Ademas recalcó el hecho de que muchos trabajadores se unieran a la iniciativa sin que sus gremiales lo hicieran.
Luis Barrionuevo, jefe de un sector de la Confederación General de Trabajo (CGT) fue más allá e indicó la posibilidad de hacer un paro por 36 horas con una movilización de los trabajadores hacia la emblemática Plaza de Mayo, en Buenos Aires.
El dirigente opositor indicó que “el eje sobre el que giró el paro es el impuesto al trabajo”, pero como consecuencia, explicó, también fue”en contra de la inflación”.
En la misma sintonía se expresó Pablo Micheli, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), quien dijo que “la gente paró porque está cansada de que le metan la mano en el bolsillo”.
Micheli añadió que también realizaban la huelga por la cantidad de precariedad laboral que existe en el país: “cada vez hay más compañeros en negro [en la informalidad]”.
En respuesta, Aníbal Fernández, jefe de ministros, dijo que amenazar con realizar otro paro sería “irresponsable”.
Para Fernández, el impuesto es necesario para obtener “una justa distribución del ingreso” ya que como “en todas partes del planeta” aquellos que más ganan, deben entregar “una parte” para que el resto obtenga “algún beneficio adicional”.
Hugo Yasky, secretario general de la rama oficialista de la CTA indicó que estuvo en contra del paro.”De esta acción, saca crédito el sector que quiere que en el país vuelva a imperar la ley del mercado, el neoliberalismo”.
El 85 por ciento de los trabajadores que no paga ganancias tiene que adherir a un paro para que el 15 por ciento que más gana se beneficie
— Hugo Yasky (@HugoYasky) March 30, 2015
El impuesto y su relación con la inflación
Aldo Abram, director de la fundación Libertad y Progreso, explicó a PanAm Post que para entender el origen de las protestas hay que saber que Argentina “no es un país normal, sino que es un país con muchísima inflación”.
Según datos de analistas privados, la inflación en febrero de 2015 fue de 1,48% y la total de los últimos doce meses fue de 31.43%.
La clave del conflicto laboral, precisó el experto, es que aunque los sueldos se aumenten detrás de la inflación, el trabajador no gana en poder adquisitivo, pero empieza a pagar cada vez más impuesto a la ganancia por la desactualización que tienen los mínimos imponibles y las escalas del tributo durante los últimos 10 años.
La solución para Abram es que el Gobierno busque algún esquema de actualización, aunque cree que lo políticamente correcto es eliminar el gravamen. “La recaudación de ese impuesto es lo suficientemente grande para no resignarlo, a pesar de que políticamente le convendría [al Gobierno] hacerlo”, manifestó.
Sostuvo, sin embargo, que lo positivo del impuesto a las ganancias es que recuerda a los argentinos que el Gobierno se abastece de lo que cobra a las personas comunes para realizar sus gastos.
Editado por Elisa Vásquez.