EnglishEl Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil estableció, por unanimidad (nueve votos a favor, ninguno en contra) que los escritores no necesitarán más autorización de los personajes que retraten para publicar sus biografías. Desde hace 13 años el Código Civil requería el consentimiento de la persona de quien se escribiera, para su publicación.
Los ministros de la Corte de Justicia defendieron la decisión, y manifestaron que los dos artículos del Código Civil relacionados con la publicación de libros biográficos con fines comerciales, son inconstitucionales, porque representan una censura.
En el caso de que el músico, el político, el actor o cualquier otro sujeto que sea el centro de un libro biográfico, y que no esté de acuerdo con lo que allí se diga de él, podrá accionar legalmente en la Justicia, pero solo después que se haga la publicación, explicaron los ministros.
La impulsora de la liberación de las biografías es la ministra Cármen Lúcia quien, además de ser una de las nueve jueces firmantes, estimó que el derecho a la libertad de expresión no puede ser suprimido por el derecho a la privacidad e intimidad de las personas públicas.
“La censura es una forma de silenciar. Peor, de silenciar a la Constitución. No me parece constitucionalmente admisible descuartizar de la libertad de todos, en detrimento de la libertad de uno solo”, indicó Lúcia.
Sin embargo, aclaró que entre las indemnizaciones que puede acceder quien se sienta afectado por la publicación de su biografía no autorizada, se encuentra el del derecho de réplica.
“La libertad de expresión no es garantía de verdad ni de Justicia. Es garantía de democracia. Defender la libertad de expresión puede significar eventualmente convivir con la injusticia y la mentira. Eso es válido para personas públicas”, dijo el ministro Luís Roberto Barroso.
El magistrado Celso de Mello aseguró que el Estado no puede disponer de poder alguno sobre las palabras, ideas o sobre los modos de su divulgación.
El abogado del reconocido cantante Roberto Carlos, que ya veto una biografía en 2007, Antonio Carlos de Almeida Castro comparó el derecho de libertad de expresión con el derecho a la intimidad.
“Hablaran de censura. La única censura es la de impedir al ciudadano cuestionar si tiene su intimidad afectada”, precisó.
El artículo 20 del código civil dice: “A menos que sean autorizados, sean necesarios para la administración de justicia, o para mantener el orden público, la divulgación de escritos, la transmisión de la palabra, o la publicación, exhibición o uso de la imagen de una persona pueden ser prohibidos, en su requerimiento, y sin prejuicio de indemnización, si se hiere la honra, su buen nombre o reputación, o si se destinan a fines comerciales”.
Además, en párrafo único, el artículo especifica que en el caso de muerte o desaparición, “son partes legítimas para solicitar esta protección el cónyuge, ascendientes o descendientes”.
El otro polémico artículo es el 21, que dice que la vida privada de las personas es inviolable, y que el juez puede adoptar las medidas necesarias para impedir cualquier acto contrario a esta norma, siempre que el interesado haga el requerimiento.
Otros reconocidos artistas que se opusieron a publicaciones sobre sus vidas fueron Roberto Carlos, Caetano Veloso y Chico Buarque.
El periodista y autor de la biografía no autorizada de Roberto Carlos, Paulo César de Araújo, dijo que esta decisión era “una victoria de la sociedad brasileña”. También indicó que antes estaba vetado el derecho a la información.
El escritor e investigador del departamento de Letras de la Universidad de Pernambuco, Lourival Holanda, dijo que este tipo de biografías no autorizadas pueden servir para generar debate y reflexión.
Artistas en contra
La actriz Marília Pera defiende la idea de que sus descendientes reciban una compensación económica. El músico Jorge Mautner cree que la persona que es el tema de una biografía tiene derecho de ganar dinero con el libro. Ademas, defiende que quien es foco del libro pueda prohibir su publicación.
En contraposición, el músico Alceu Valenca dijo que la libertad de prensa debe estar frente a cualquier otra cuestión. “¿Hablan mal, pero [espero que] me paguen?”, ironizó.