Hace poco menos de un mes, Raúl Castro le instó al Presidente Obama utilizar sus atribuciones ejecutivas para “desmantelar” aspectos del embargo económico que pesan sobre Cuba desde 1962. Pero más allá de estos pedidos, Cuba mantiene su propio embargo interno al no autorizar aún a las compañías de transporte marítimo por ferry a comenzar a ofrecer servicios entre Florida y La Habana.
Al menos cuatro empresas de Florida, una de Puerto Rico y una firma española de ferris ya poseen licencias por parte del Departamento del Tesoro para llevar pasajeros desde Estados Unidos a Cuba. Sin embargo, ninguna de ellas está ofreciendo el servicio actualmente, pues esperan el visto bueno de la administración castrista.
“Esperamos que Obama continúe usando sus facultades ejecutivas para desmantelar aspectos de esta política (del embargo), que causa daños y privaciones a nuestro pueblo”, dijo Castro el pasado 15 de julio.
Entre las compañías que ya poseen licencias están Havanna Ferry Partners, Baja Ferries (asociada a United Americas Shipping Services), Airline Brokers Co., United Caribbean Lines Florida, America Cruise Ferries e Internacional Port Corp.
Otra firma, CubaKat le afirmó a PanAm Post que esperan poder empezar a ofrecer este servicio cuando comience el otoño en Estados Unidos, pero no especificó una fecha exacta.
Por otro lado, la firma de Puerto Rico America Cruise Ferries indicó que recién el año que viene empezarán a vender pasajes a Cuba. Por ahora ofrecen billetes a República Dominicana.
La licencia entregada por Estados Unidos, vigente hasta el 31 de mayo de 2017, permite el servicio de traslado de pasajeros pero prohíbe el traslado de automóviles en las embarcaciones y el traslado de mercancía comercial hacia Estados Unidos. Además, prevé que los buques se trasladen del puerto de origen al puerto de destino sin escalas.
Según el portal de noticias 247, voceros de la empresa naviera española Balearia aseguraron que la firma está también aguardando la autorización de Cuba. En este sentido, indicaron que “la obtención de esos permisos por parte del Gobierno cubano puede tardar todavía un tiempo”.
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“Estamos preparados para tener toda la paciencia necesaria y listos para comenzar las operaciones en el momento en que las respectivas autoridades de una y otra orilla lo permitan”, sostuvo su presidente, Adolfo Utor.
Añadió: “Balearia está lista y dispuesta a comenzar; la palabra la tienen las autoridades competentes”.
Luis Enrique Ferrer, representante internacional del opositor partido Unión Patriótica de Cuba, comentó a PanAm Post que el régimen se “autoembarga”.
Asegura que aun no han dado el visto bueno a las empresas de barcos porque “no han tenido tiempo de ver los pros y los contras” y que “ellos necesitan controlar todo para su conveniencia”.
Para él, los hermanos Castro bloqueaban el progreso de su propio pueblo al no permitir hasta hace poco tiempo los cuentapropistas o emprendedores. “Los cubanos no tenían derecho a tener su propio negocio. Usted no podía vender las frutas del árbol por que el Gobierno no se lo permitía. Solo el Gobierno se lo compraba y ellos mismos ponían el precio”, sostuvo.
Añadió: “el verdadero bloqueo lo tiene el Gobierno que no nos deja hacer nada y lo controla todo para su conveniencia”.
Qué no puede entrar a Cuba
Desde septiembre de 2014, el régimen cubano ha impuesto una serie de restricciones de bienes que pueden portar los viajeros que ingresen a la isla.
En total la resolución 206 de la Aduana General de Cuba (AGC) prohíbe a los que llegan a Cuba una lista de 381 artículos distribuidos en distintas categorías.
Estos límites a las importaciones de índole personal alcanzan a productos electrónicos e informáticos al igual que productos alimenticios, ropa y calzado.
“Es una regulación restrictiva a las importaciones, es estimular la compra en el país. Que el ingreso lo reciba Cuba y no que mis ingresos se exporten hacia fuera trayendo mercancías desde el exterior”, sostuvo Yahili García, jefa del Departamento de Política Arancelaria del Ministerio de Finanzas y Precios.
Entre los artículos prohibidos están los radiotransmisores, aparatos de comunicación satelital, micrófonos inalámbricos, equipos de fax y resistencias eléctricas, entre otros.
Más aún, hay ciertos productos que si bien se pueden ingresar, solo se permite una cantidad limitada. Por ejemplo, los cubanos pueden introducir al país como máximo 30 jabones o 10 kilogramos de detergente.
El funcionario de la aduana podrá decomisar cualquier producto que por la cantidad de unidades considere que tiene carácter comercial.