English“Bienvenidos a Cuba, ojalá puedan contar lo que sucede aquí con los derechos humanos”, dice cordialmente Berta Soler, la líder de las Damas de Blanco en las puertas de la iglesia de La Merced en La Habana, Cuba. A su lado se encontraban unas 20 mujeres que caminan todos los domingos junto a ella para pedir por la liberación de los presos políticos de la isla.
Cuba podrá ser conocida, por gran parte de la opinión pública, como un país con supuestos médicos excelentes, o por un servicio de salud envidiable —aunque se ha demostrado harta veces que no lo es—, pero para Soler Cuba es una prisión para todo aquel que piense diferente y se anime a expresarlo.
La defensora y activista por los derechos humanos accede a conversar con PanAm Post en en la húmeda y calurosa tarde jueves, tres días después de que el Papa Francisco se fue de la isla, rumbo a Estados Unidos.
Durante la conversación, algunas personas de la organización que Soler lidera la rodean, curiosas por la entrevista. Otras son muchachas que le sacan fotos con sus teléfonos celulares, y otros son agentes de seguridad del Estado, vestidos de civil.
¿Esos son de la seguridad del Estado?
“Claro que sí, muchos visten de civil, pero ya los conocemos”
En Cuba se vive, se huele, se siente, se mira y se habla con miedo.
¿Qué le hubiese dicho al Papa, si hubiese tenido la oportunidad?
Le daría las gracias por llegar a Cuba y bendecir a su pueblo que está necesitado. Le diría que abogara por la libertad de los presos políticos y que orara por la libertad del pueblo de Cuba; que se pronunciara ante el régimen cubano para que cese la violencia policial, y que le pidiera al régimen libertad religiosa.
¿Qué piensa del mensaje del joven que le leyó una carta al pontífice para que en Cuba se respete a quien piense diferente?
Eso es correcto. Hay muchas palabras que dio, pero para que se puedan cumplir se necesita libertad, sino no se pueden cumplir. Lo más importante para el pueblo de Cuba es la libertad. Sabemos que el Santo Padre no es libertador de Cuba, ni que venía a conocerla, por que ya conoce de América Latina.
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Esperábamos que se pronunciara a favor de que cesen las violaciones a los derechos humanos, especialmente la violencia policial. Por 22 domingos consecutivos, antes o después de misa, somos detenidas. Eso lo sabe el cardenal Jaime Ortega y también lo sabe el nuncio porque se lo hemos podido decir. También está todo en las redes sociales. En internet se sabe que está pasando.
Hay muchos cubanos exiliados que piensan que Las Damas de Blanco no han conseguido nada hasta ahora. ¿Qué les respondería?
Realmente la perseverancia triunfa algún día. Para los que no entienden, el régimen cubano tiene el poder, la fuerza, pero la fuerza moral y la verdad están de este lado. Para poder obtener algo tienes que superar obstáculos y pasar por muchas cosas negativas. La persistencia y la constancia vale mucho.
¿Cuáles son las próximas actividades de su organización?
Nosotras venimos desde el 30 de marzo de 2003 para quedarnos. Primeramente llegamos para abogar por la libertad de los presos políticos, del grupo de los 75, nuestros seres queridos. Luego nos ampliamos para abogar por la libertad de todos los presos políticos y también por el respeto por los derechos humanos.
Mientras existan presos políticos y sigan ingresando presos políticos vamos a seguir luchando. Cuando ya Cuba sea democrática nosotros vamos a ayudar a los niños que necesiten de nosotras, y otras obras sociales.
¿Por qué las reprimen si ustedes son pacíficas?
El régimen tiene miedo que se nos sigan uniendo personas del pueblo. Hay muchas damas de blanco que eran personas de pueblo que se nos han unido y que sienten lo mismo que sentimos las que tenemos familiares presos. Sienten y quieren una Cuba libre, democrática y soberana.
Saben bien que si nosotras salimos y no nos reprimen, van a haber muchas, pero muchas mujeres más al lado nuestro.