Leopoldo López, líder opositor y enemigo político del régimen chavista en Venezuela, lleva recluido más de 100 días. Fue arrestado a raíz de una de las tantas manifestaciones en contra del gobierno de Nicolás Maduro que suceden desde febrero de este año y que dejaron un penoso saldo de miles de heridos, decenas de muertos y cientos de estudiantes detenidos.
Su audiencia preliminar debió haberse llevado a cabo el 8 de mayo, pero tras una serie de irregularidades y excusas, recién el pasado 5 de junio compareció ante la juez Adriana López en Caracas.
Según el análisis de Marcela Estrada para el PanAm Post, había tres posibilidades:
Primero, todos los cargos son desechados, lo que significaría la liberación inmediata de López; segundo, el juez puede desechar alguno de los cargos, lo que permitiría a López esperar en libertad su juicio; y finalmente, el tribunal podría aceptar todas las acusaciones presentadas por la fiscalía, lo que significaría que López deberá esperar tras las rejas la realización de su juicio.
El abogado de López ha denunciado en varias ocasiones las irregularidades durante su detención. El líder de la oposición se encuentra actualmente en régimen de aislamiento, sin comunicación con otros presos ni visitantes, como castigo por haber escrito cartas para felicitar a las esposas de los alcaldes detenidos por el gobierno de Maduro, en su victoria en las elecciones municipales.
La juez determinó el tercer procedimiento y decidió elevar el caso a juicio oral. Mientras, Leopoldo seguirá preso, ante el silencio internacional.
Ayer CNN obtuvo acceso a una grabación oculta de la audiencia, donde se puede apreciar la frustración y el descargo de Leopoldo por acusaciones que más bien tienen la finalidad de sacarlo de la vida pública y restarle fuerza al movimiento opositor al gobierno.