EnglishEn respuesta a “Cataluña necesita más dinero que nacionalismo para ser independiente,” (Noviembre 23, 2015) por Daniel Raisbeck.
Después de leer el artículo “Cataluña necesita más dinero que nacionalismo para ser independiente”, me siento obligado a compartir con ustedes los siguientes comentarios.
En primer lugar, en el artículo se comete un error al presentar el gran movimiento independentista catalán como un movimiento nacionalista retrógrado. Se trata de un amplio movimiento cívico y democrático, de abajo hacia arriba, que se esfuerza por poner la decisión sobre el futuro político de Cataluña en las manos de las personas que viven en Cataluña. Y este esfuerzo lo realiza mediante una pequeña cosa preciosa, llamada democracia.
Pueden encontrarse partidarios de la independencia en todo el espectro ideológico, desde la extrema izquierda hasta la derecha; entre los que hablan catalán o los que hablan español; entre los nacidos en Cataluña y los de otros países; entre todos los grupos de edad, niveles sociales y comunidades dispersas por todo el país. Esto es así porque se trata de un movimiento democrático inclusivo que quiere cambiar el statu quo y construir un mejor país para todos los que viven allí. Si ese no fuera el caso, realmente no se podría explicar porqué un movimiento como éste ha tenido tanto éxito en una sociedad tan diversa y pluralista como la sociedad de Cataluña.
En segundo lugar, el artículo afirma que Cataluña es un adquiriente neto de fondos de España. De hecho, usted solo necesita echar un vistazo a los estudios producidos por el Gobierno español (que no es sospechoso de querer a Cataluña fuera de España), que demuestran que Cataluña es en realidad un contribuyente neto a las finanzas españolas. El debate no es si Cataluña es un contribuyente o un adquisidor neto, sino el rango del desequilibrio por el que Cataluña es un contribuyente neto. Aquí las cifras varían de un déficit de 4 a 16 mil millones de euros.
La ironía es que el Gobierno de Cataluña, que preside un país con un enorme desequilibrio fiscal vis-à-vis del Estado central, es actualmente incapaz de cumplir algunos de sus compromisos financieros, incluso después de haber recortado su gasto público en un 20% en los últimos años. Al mismo tiempo, los estudios serios llegan a la conclusión de que, con la independencia, el Gobierno catalán tendría un superávit de 16 mil millones de euros. Así que uno se siente tentado a cambiar el título de su artículo a: “¿Por qué permanecer en España es una receta para el declive económico”.
Por último, desde 2012, un debate pacífico y civilizado sobre la independencia que va mucho más allá de las “cosas sentimentales” se ha desarrollado en Cataluña. Después de todos los intentos fallidos en la organización de un referéndum similar al de Escocia, en septiembre pasado se llevaron a cabo las cruciales elecciones al Parlamento de Cataluña con una participación récord, de nuevo con una intensa campaña electoral, incluyendo todo tipo de argumentos.
¿Y qué tenemos después de un debate tan largo, fructífero y pacífico? Una mayoría parlamentaria por la independencia que surge de la libre elección de las personas. Por supuesto que, después de leer el artículo, uno podría pensar que los catalanes son un montón de personas inconscientes y arriesgadas, que están dispuestas a realizar un harakiri en términos económicos por el bien de su patria.
La realidad es siempre mucho más compleja de lo que a veces nos gustaría. Vale la pena tratar de entender mejor los argumentos de un avanzado país occidental con un argumento real a favor de la independencia. Y de todos modos vale la pena argumentar a favor de la democracia.
Jordi Solé i Ferrando
Secretario general, European Free Alliance.
Secretario general adjunto de relaciones internacionales, Izquierda Republicana de Cataluña.