Por Enio Daza*
Donald Trump, figura polémica, excéntrica, dando de que hablar en la ciudad de Nueva York, desde que tuve la oportunidad de vivir en esa interesante ciudad, por allá en los años ochenta, cuando sostenía sus intensos dimes y diretes con la magnate hotelera Leona Helmsley, su serie televisiva promoviendo la meritocracia y, finalmente, su aterrizaje tempestuoso en la política estadounidense.
- Lea más: Nuevo secretario de Estado de EE. UU: “Buscaremos una transición a la democracia en Venezuela”
Y realmente uso la palabra «Tempestuoso» no solo por lo reciente, sino por la carga de novedad y, a la vez, de intriga que ha significado el anuncio de postular su candidatura a la oficina mayor de Estados Unidos, así como lo estratégicamente diferente en el manejo su campaña electoral. Lo cierto es que hoy tenemos un presidente de los Estados Unidos de América que rompe el molde y genera muchas expectativas, no solo en su país, sino también, como es natural, en el nuestro.
Y nuestro país tiene mucho que esperar de Donald Trump, pero nadie sabe qué será posible obtener. El asunto que nos ocupa en este articulo es que puede esperar de él, no la clase política tradicional enquistada en el poder, tanto de lado del régimen como de la pseudooposición colaboracionista, sino el ciudadano común venezolano, ese que está pasando hambre, comiendo de la basura, que tiene muy altas probabilidades de caer víctima del hampa o el que no consigue medicinas para su enfermedad. Trump llega a la presidencia con la promesa de abandonar la ruta casi marxista en la que Obama tenia encaminado a su país, colaborando y apoyando regímenes de izquierda e islamistas en el mundo como Irán en oriente y Cuba en Latinoamérica y por inacción y omisión, favoreciendo la violación a los derechos humanos en muchos países del mundo, del que por supuesto no escapó Venezuela.
Al día de hoy, 20 de enero de 2016, cuando vemos la ceremonia de investidura a la presidencia, queda claro también que las expectativas de ese ciudadano venezolano que tiene algo bueno que esperar de un Donald Trump que llega ofreciendo cambios profundos en su país y, en consecuencia, en el mundo, se verán cada vez mas irrealizables mientras no surja un liderazgo de nueva y verdadera oposición que realmente represente sus intereses y logre hacer el lobby político ante el nuevo gobierno del vecino del norte.
- Lea más: Dudamel, ese joven hijo de perra
Es labor entonces de cada uno de nosotros, trabajar con premura en la postulación, promoción y legitimación de un liderazgo opositor acorde con las circunstancias y con el coraje y capacidad de asumir el reto que se demanda. De otra manera, posiblemente la costra política enquistada en el poder de un lado o del otro, podría terminar entendiéndose con el nuevo Gobierno de Estados Unidos para su beneficio y en favor de sus planes de mantenerse en el poder y en perjuicio del ciudadano venezolano.
*Miembro del Movimiento Liberal Venezolano.
Esta columna fue publicada originalmente en Liberales por Venezuela.