Progresivamente se deteriora el gobierno por no tener respuesta a los problemas que han creado. Ante la cruda realidad que arrojan los resultados de la “Revolución Bolivariana”, el partido de gobierno se fractura y discuten la burla que ha significado priorizar desvalijar el erario de Venezuela en vez de la calidad de vida de la población.
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La Guardia Nacional Bolivariana, una vez garante del orden público, es hoy muestra fiel de la visión hamponil del gobierno, exponiéndose a sanciones por graves faltas en materia de los derechos humanos por excesos en represión a una población que ejerce su derecho constitucional a protestar pacíficamente.
Por otra parte, el ejercito mantiene un silencio abrumador ante el descarado abuso de poder del gobierno, tal vez producto de que componentes del alto mando están más comprometidos con sus intereses personales, que incluyen, entre otros asuntos oscuros, al narcotráfico internacional.
La oposición política ha logrado abrir parcialmente la puerta a lo que significa unión de propósito faltando solo consolidar el mensaje político que se podría enarbolar para facilitar la salida de este gobierno, el nombramiento de un nuevo CNE, un nuevo Tribunal Supremo para, seguidamente, proceder a elecciones presidenciales, de gobernadores y alcaldes.
Y en el medio de toda esta actividad, la fiscal general de la republica abandona el régimen para posicionarse como defensora de la Constitución y las leyes, asuntos que en un país normal sería su obligación. Esta iniciativa tomó por sorpresa al gobierno en momentos cuando intenta desesperadamente mantener el poder ante los embates políticos, económicos y sociales que enfrenta.
Luce inexplicable que luego de 18 años, siendo fiel al proceso de modificar el esquema democrático del país, salte la talanquera para contradictoriamente “defender el legado de Chávez”. Cualquier iniciativa que nos ayude a terminar con el gobierno actual y abrir un proceso electoral que nos conduzca a una nueva normalidad sin duda es bienvenida, pero eso sí: con los ojos abiertos y atentos a agendas escondidas. Recordemos de donde viene la fiscal, su trayectoria, sus andanzas en el mundo político.
Son momentos difíciles para todos, pero por encima de todo para nuestros conciudadanos menos poseídos. No podemos equivocarnos. Vemos el futuro con optimismo, pero sin divagar, sin dejar de enfocar: el cambio viene, pero tiene que ser el cambio que nos conviene a todos.
*Jorge Redmond Schlageter es un industrial venezolano, director de Chocolates El Rey.