*Por Francisco Nunes
El Senado argentino votó contra el aborto a pesar de las protestas de millones a favor de él. Muchos están aún llorando, pero no tienen ninguna razón para hacerlo. La vida no se vota, se defiende. Las libertades no se votan, se defienden con valentía y sin complejos. Sin miedo a la presión pública o a las amenazas.
Cada vez que hablo contra el aborto, decenas de personas me tachan de religioso, fascista, ultraderechista o cualquier ocurrencia similar, usando un ataque hacia mi persona como argumento, lo cual constituye una falacia ad hominem. En este artículo intentaré explicar por qué estoy en contra del aborto, por qué defiendo la vida y por qué la prohibición del aborto es una necesidad totalmente respetuosa con la libertad individual.
A continuación intentaré refutar los principales argumentos de gran parte del feminismo sobre este tema.
El embrión no es un ser humano
Según el argumento feminista, el embrión no es un ser humano, pues es dependiente de la madre. Sin embargo, existen muchos argumentos científicos que demuestran lo contrario:
“No existe consenso respecto del momento en que el embrión humano es una persona. Cuando aquellos que sostienen que para ser persona se requiere autoconciencia, capacidad de planificación, memoria, racionalidad, etcétera, se olvidan que eso supone que uno podría eliminar entonces a muchos pacientes neurológicos, a ciertos ancianos, a los recién nacidos, y otros”
Scielo, revista chilena de obstetricia y ginecología.
“En el caso concreto del aborto, y de acuerdo con los datos actuales de la ciencia, la realidad es que desde la concepción existe una vida humana y que el embrión –hasta la octava semana– y el feto –a partir de la novena semana– es un ser humano singular, distinto e independiente de la madre, que necesita del claustro materno para su desarrollo”.
Nicolás Jouve de la Barreda. Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid y Catedrático de Genética en la Universidad de Alcalá. Expresidente de la Sociedad Española de Genética y colaborador en la Cátedra de Bioética de la UNESCO.
“El embrión humano es un organismo y no solamente un conjunto de células. En las últimas décadas los avances de la embriología celular y molecular han aportado información para afirmar que el embrión humano no es solamente una masa de células iguales entre sí y totipotentes. El equipo de trabajo de la Dra. Zernicka-Goetz demostró la auto-organización asimétrica del embrión en un estadío muy temprano del desarrollo como es el de dos blastómeras”
Laura María Vargas Roig, Doctora en medicina, investigadora de Conicet y profesora de Embriología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo.
La legalización del aborto reduce el aborto clandestino y, por tanto, la mortalidad materna
Este es probablemente el argumento más importante del feminismo. Según ellas, si se legalizara el aborto, habría menos muertes por aborto clandestino al estar en mejores condiciones. Sin embargo, la mayoría de muertes por aborto en países en vías de desarrollo no se deben al aborto en sí, sino a consecuencias del parto.
“Según el Informe sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2010, no son los ‘abortos no
seguros’ en los países en vías de desarrollo la principal causa de mortalidad materna, sino las hemorragias post parto, las infecciones y la hipertensión.
También los últimos datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los que recoge un estudio de la Fundación Bill & Melinda Gates, publicado el 12 de abril de este año, en la revista The Lancet, confirman que el acceso al aborto libre no incide de una manera positiva en la salud de la mujer; más bien al contrario”.
Alejandro Fontana, especialista en Cooperación para el Desarrollo PAD-Escuela de Dirección de la Universidad de Piura.
La prohibición del aborto y los valores del liberalismo
Cada ser humano debe ser libre, entendiendo libertad como ausencia de coacción. Desde el movimiento a favor del aborto argumentan que, al ser la mujer la madre del embrión, que depende de ella, deben poder decidir si tener o no el hijo. Sin embargo, al haber demostrado científicamente que el embrión es una vida, no se justifica, desde una perspectiva liberal, la interrupción del embarazo, pues constituye una agresión a la vida y, por tanto, coacción contra el nuevo ser. No existe libertad para matar o para robar desde una perspectiva liberal y, por tanto, al ser el embrión una vida, el aborto consiste en un asesinato.
Espero que muchos, como yo, se den cuenta de que defender la libertad exige defender la vida y, por tanto, oponerse al aborto.
* Francisco Nunes es creador y director de Apolo Post.