Por Luis Manuel Aguana*
Las redes sociales están escandalizadas con el tema de la intervención militar extranjera en Venezuela. Las opiniones van desde la negación (“nunca habrá una intervención militar extranjera en Venezuela”) hasta la fundamentación de la inconveniencia para el país de dicha intervención porque agravaría nuestra ya comprometida situación.
La mayoría de los argumentos en contra de una intervención militar extranjera en el país, y en especial de los Estados Unidos, tiene un alto componente ideológico. En un continente que tiene un siglo rechazando el “imperialismo”, no es para nada fácil asimilar culturalmente semejante propuesta. Y mucho menos aceptar de buena gana que la restitución de la normalidad en el país pasa necesariamente por la aplicación de la fuerza de las armas al servicio de la democracia para contraponer la que nos ha impuesto el régimen para someter a los venezolanos a una dictadura.
Lo primero que debemos considerar aquí es en dónde nos encontramos hoy en Venezuela. En una nota pasada destaqué de un informe publicado por Adam Isaac, experto en seguridad y defensa que es lo que hay aquí ahora: “Mira a las ‘milicias bolivarianas’ solo. Tienen entre 500 000 y 2 000 000 de miembros. Muchos están mal entrenados, y probablemente indisciplinados. Aun así, si incluso el 10% de la estimación baja opta por la guerra clandestina, eso es 50 000 combatientes solo de esta fuerza. En su apogeo, las FARC de Colombia tenían la mitad de eso. Y nuevamente, agregue a los matones armados en los ‘colectivos‘, el FAES y otras unidades policiales, el SEBIN, el FPL, el ELN y cualquier otro elemento radical que opte por la violencia”.
En una interesantísima entrevista realizada por la periodista venezolana Idania Chirinos a Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, en NTN24, y publicada el 26 de marzo pasado, el experto revela datos poco conocidos de este mundo de la inteligencia militar que cambian los lugares comunes que se suelen argumentar en esta discusión de si es o no posible una intervención militar norteamericana en Venezuela.
Ante el señalamiento de la periodista Chirinos (“los rusos estarían entrenado las milicias que en Venezuela van a superar el número de los propios activos de la Fuerza Armada”), Humire contesta que “es muy importante porque lo que vemos en Venezuela como país democrático muchas veces, es que tratamos de usar nuestro sistema democrático para mirar al país. Miramos al presidente, vicepresidente, ministros, pero te aseguro que no funciona así. Hay un Estado paralelo que está hecho con la estructura cívico-paramilitar criminal y eso controla territorios más que funciones, y allí hay que entender que los rusos se están fortaleciendo. ¿Por qué van a hacer esto? Supongamos que todos los militares van a respaldar al presidente constitucional Juan Guaidó. ¿Qué va a pasar allí? Esos militares, que están mejores equipados, mejores entrenados y ya comprobados en el combate, se van a enfrentar con las fuerzas irregulares. Te aseguro que las Fuerzas Armadas venezolanas no están entrenadas para el combate”.
De acuerdo a este experto, no hay en Venezuela la capacidad militar para enfrentar lo que ya existe como consecuencia de la profundización, no solo del régimen socialista de Hugo Chávez (y ahora de Nicolás Maduro) sino de toda la estrategia comunista de apropiación del poder en toda la región por la vía de las insurgencia y la fuerza de las armas, con la ayuda de países como Rusia, China, Cuba, Turquía e Irán. Esos son los hechos. Ya nos encontramos en manos de ese Estado paralelo del que habla Humire. La decisión realista a tomar es cómo resolvemos eso con la menor cantidad de muertos posible.
Joseph Humire sugiere que a los mencionados países les conviene un escenario de guerra en Venezuela.
“Hay dos factores que están impulsando para que esta guerra se lleve a cabo por parte de los rusos, los iraníes y los turcos. Uno es el factor económico. Estos países no tienen mucho más vida. Sus regímenes están débiles en el factor económico. Irán tiene hiperinflación, Rusia también: el precio del petróleo ha bajado demasiado y son países petroleros. Todos sabemos ese impacto en Venezuela, pero Venezuela es un proxy de ellos, entonces lo que quieren hacer es aprovechar este momento para poder impulsar una guerra para sacar los recursos de Venezuela y utilizarlos para estabilizar sus monedas (…) están aprovechando esta situación para mejorar sus propias economías porque no son economías basadas en el libre mercado, son economías basadas en la guerra. ¿Cuál es la primera exportación más que petróleo de Rusia? Armas. Esta es una razón. La otra razón es que yo creo que ellos ven una oportunidad con el gobierno de Trump de deslegitimizar a los Estados Unidos de una forma que nunca pudieron hacer”, afirma.
Yo me pregunto, no obstante ¿de qué otra manera se puede hacer una tortilla sin romper los huevos? La situación avanzó demasiado. ¿Será posible un escenario en que los Estados Unidos y la comunidad internacional presionen de tal manera a esos países para que se retiren de Venezuela, sin disparar un tiro? No lo sé. No fue lo que vimos en la frontera con Colombia y Brasil el 23 de febrero.
Todo lo que ha pasado indica que no desean hacerlo; en primer lugar porque ya han llegado demasiado lejos. Tienen el control de un país con extraordinarios recursos y una población sometida por las armas. Afirmar que resolvemos este caos con elecciones o diplomacia, conviviendo con el enemigo en una suerte de gobierno de transición con enclave autoritario del régimen –como es la propuesta de oposición oficial-, sin tener en cuenta toda esta situación de guerra, es vivir en la Isla de la Fantasía. Desconocer o no tomar en cuenta el componente de la fuerza militar extranjera en esta ecuación es querer ignorar deliberadamente este escenario geopolítico continental.
Hay más milicia comunista entrenada desde el exterior (y por Rusia principalmente) para combatir a favor del régimen que la misma Fuerza Armada, aunque se pronuncie a favor de la democracia.
“Rusia es parte de la tragedia de Venezuela (…) está fortaleciendo a Nicolás Maduro no solo con sus militares sino extraoficialmente con sus contratistas (…) ese grupo está involucrado muy fuerte en Siria trabajando junto con Hezbollah para entrenar milicias y proteger a Bashar al-Asad, son expertos de operaciones clandestinas. Y si algunos de Wagner Group llegan a Venezuela, es preocupante. Yo diría que más preocupante que lleguen estos técnicos de Rusia oficial”, sostiene Humire.
Resta saber quién peleará esta guerra que ya está aquí y que nos la trajeron. ¿Pero cómo pelearemos solos y sin ayuda, como sugiere la dirigencia opositora? Imposible. Si el régimen tiene a Rusia y expertos en operaciones clandestinas entrenados en el Medio Oriente, sería impensable no contar en el país con militares venezolanos entrenados para pelear esa guerra en contra de la mafia de Miraflores, pero formados por los Estados Unidos y otras potencias del mundo occidental.
Esa es la verdadera ayuda que necesitamos ahora, además de la humanitaria. Por eso la necesidad urgente que tenemos que la comunidad internacional asuma a la brevedad la Responsabilidad de Proteger a los venezolanos para detener ahora los crímenes en los que el régimen ha incurrido en esta labor de dominación ideológica continental por medio de la guerra.
¿Quiénes entonces deberían decidir en relación a que venga una fuerza armada extranjera a ayudarnos? ¿Los políticos? ¿La Asamblea Nacional? ¿El presidente encargado Juan Guaidó? A estas alturas y dado el nivel de agravamiento del problema, creo que a quien le correspondería decidir eso es a los venezolanos, ya que es el pueblo el que ha puesto los muertos de esta tiranía homicida y al que le tocará pagar las consecuencias, malas o buenas, de esa decisión.
*Luis Manuel Aguana es analista político e investigador en Derechos Humanos.