Por Antonio Moreno Ruiz
Cada día que pasa, la libertad sufre recortes y agresiones en España, un país que es fundamental por su situación geopolítica, pues es la unión del Mediterráneo y el Atlántico, así como el punto de encuentro (o desencuentro) de Europa y África y el paso obligado para América; continente con el que comparte historia, sangre y cultura desde los Estados Unidos a la Patagonia.
Son muchas personas que, estando al otro lado del Atlántico, se preguntan qué tan posible es que España acabe como Venezuela. A priori, existirían ciertos contrapesos que impedirían que España derivara en un régimen castrochavista así por las buenas pero ¿realmente es tan así?
¿Permitiría acaso la Unión Europea que España se transformase en una dictadura? En principio, la respuesta sería negativa, pero, por ejemplo, Bélgica, miembro de la Unión Europea, ¿ha colaborado con España para entregar a la justicia al golpista-separatista Puigdemont? ¿Acaso la actitud de Francia requisando mascarillas que vendrían para España es muy esperanzadora? O la actitud de los Países Bajos, diciendo que España e Italia son culpables porque permiten la hospitalización de ancianos y eso colapsa la sanidad ¿es fiable? ¿Y la actitud de Alemania, que no recuerda cómo buena parte del mundo occidental le perdonó su deuda tras la reunificación, y quiere dirigir la política migratoria de toda Europa sin atender a las respectivas soberanías nacionales?
Es más: ¿acaso el castrochavismo no encuentra predicamento entre la izquierda europea?
La Unión Europea se va a encontrar una situación muy difícil luego de confrontar esta pandemia, pues muchas debilidades, diferencias e intereses están saliendo más descaradamente que nunca; y en esta situación, no es de creer que España encuentre demasiadas garantías, máxime cuando es su propio estado el que no se hace respetar.
España no es Venezuela
Cierto, así como Venezuela no era Cuba. También es verdad que en España hay ciertos contrapesos –por ejemplo, la monarquía parlamentaria o el euro– que Venezuela no tuvo.
En el contexto de la crisis europea, a diferencia de países como Grecia, España mueve mucho capital, especialmente al otro lado del Atlántico, lo cual hizo que, en cierto modo, la crisis de 2008 (esa misma que el presidente Zapatero, el valedor de Evo Morales y Nicolás Maduro, se empeñó en negar) le fuera algo más llevadera. De hecho, muchos emprendedores españoles no tienen más remedio que expandirse especialmente por el continente americano, puesto que la burocracia y el sistema fiscal español resultan tan ineficaces como abusivos. Sea como fuere, esos contrapesos/garantías están desapareciendo. Porque en España está amenazada la independencia judicial, pues tanto el PSOE como el PP se han encargado de politizar la justicia, y no digamos ahora el vicepresidente Pablo Iglesias, señalando abiertamente a los jueces.
La crisis del coronavirus (que España ya cuenta por más de 20 000 muertos) ha acelerado la agenda social-comunista luego de que el gobierno desoyera las advertencias de la Organización Mundial de la Salud y esperara hasta el 8 de marzo para organizar la manifestación feminista-neomarxista. Desde el día 9 de marzo, se ha avanzado desde un “estado de alerta” a un estado de excepción encubierto en el cual se confina a la población en plan de arresto domiciliario; se nacionaliza la sanidad y se coarta la libertad de expresión en las redes sociales, poniendo a la compañía Newtral (de la periodista izquierdista Ana Pastor) como “filtro” de whatsapp y facebook; luego de que el gobierno haya inyectado quince millones de euros al duopolio conformado por Mediaset y Atresmedia, controlando la programación/información; evitando la crudeza de las imágenes de las víctimas, mas cuando las víctimas son de otros países, ahí no hay censura previa. La censura sólo la sufren los españoles con las noticias de España.
Y por si fuera poco, se respira la idea de la llegada de “médicos” cubanos, que de momento el gobierno niega; como en su día Pedro Sánchez negó que pudiera pactar con Pablo Iglesias, así como hasta el 8 de marzo negaba todo lo referente al coronavirus.
Así las cosas, más les valiera a muchos españoles despertar del “sueño europeo” y ver la realidad que tienen ante sus narices, porque España cada vez está más cerca de Venezuela, pero no de la Venezuela de antaño a la que arribaron hasta medio millón de españoles en busca de oportunidades, sino de la Venezuela chavista.
Antonio Moreno Ruiz es historiador especializado en América por la universidad de Sevilla, profesor y traductor de lengua portuguesa, redactor del diario «Españoles de Cuba».