Por Juan Felipe Vélez
La tensión entre el presidente de Colombia, Iván Duque, y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, no parece disminuir. Tras varias disputas, contradicciones por parte de la alcaldesa al mandatario en alocuciones oficiales, una multa a la mandataria de la capital por incumplimiento de la cuarentena y una investigación de la fiscalía, ha quedado la sensación de falta de coordinación en los esfuerzos municipales y gubernamentales por aplacar el esparcimiento del coronavirus (COVID-19).
El problema no es menor, ante la posibilidad de una recesión económica el presidente Duque ha anunciado el fin de la cuarentena para el 11 de mayo, mientras que la alcaldesa ha llegado a afirmar que sobre su cadáver finalizaría en esa fecha.
Puntos importantes a considerar en esta discusión: por un lado, la alcaldesa enfrenta el peor brote de la pandemia en el país. Bogotá, hasta la fecha de redacción de este artículo, cuenta con 2 846 casos confirmados, el 39 % del total de los casos en el país. De los cuales hay 110 fallecidos, 180 hospitalizados, 38 en UCI y 595 recuperados.
Teniendo en cuenta que Bogotá tiene la mayor densidad poblacional del país, con 24 653 habitantes por kilómetro cuadrado, un posible retorno a la rutina podría generar un incremento en el número de contagios.
La decisión de preservar el toque de queda tampoco sería fácil para el presidente Duque, ya que los efectos de la cuarentena sobre la economía se están comenzando a observar, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) anunció que la tasa de desempleo llegó al 12,6 % en marzo y se espera un incremento para el mes de abril.
En el mejor de los escenarios pronosticados la economía tendría un crecimiento negativo del -2.7 %, siendo los sectores más afectados las actividades artísticas y de entretenimiento, el comercio y transporte, las actividades inmobiliarias.
Dicha realidad sería aún más grave si Bogotá no reanuda actividades, puesto que la capital, para el año 2018, constituía cerca del 25,9 % del producto interno bruto (PIB) de la nación y el 29 % en recaudo tributario.
Cerca del 50 % de las actividades financieras se concentran en Bogotá, 40 % de los servicios de información y comunicaciones, y actividades inmobiliarias, más del 29 % del comercio al por mayor y menor de la nación también ocurre en la capital y, por último, la construcción y manufactura, que tampoco son despreciables, aportan el 18 % de la actividad nacional.
Bogotá se encuentra en una situación paradójica. Desde el punto de vista económico la ciudad debe salir de la cuarentena, pero desde el lado epidemiológico la ciudad debe aplicar políticas de contención fuertes para evitar otro posible brote en el futuro. La Alcaldía y el Gobierno nacional deberán coordinar esfuerzos para evitar tanto una posible debacle económica como una epidemiológica. Sí bien el reto es difícil, tarde o temprano tendrá que hacerse. Países como Corea del Sur, Singapur, Nueva Zelanda, España, Alemania e Inglaterra han vuelto o pronostican un retorno próximo a la normalidad, con políticas de movilidad y congregaciones restringidas, sin embargo, manteniendo el motor económico a flote.
Juan Felipe Vélez es economista, Mc, escritor y liberal.