Por Agustina Blanco
La senadora sanjuanina Cristina del Carmen López Valverde, del Frente de Todos (FDT), junto a cuatro legisladores de su mismo espacio, presentó un proyecto que busca regular todas las publicidades en las redes que realizan quienes tienen un importante número de seguidores y cuentas verificadas.
Bajo el título de Régimen legal para influercers, la intención es controlar las publicidades que los “generadores de contenido digital” realizan en sus redes sociales.
Además, este “régimen” contempla que las celebridades de la internet tributen sus ganancias para la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). La AFIP es un organismo autárquico del Estado argentino dependiente del Ministerio de Hacienda que se encarga, entre otras funciones, de la aplicación, percepción, recaudación y fiscalización de las rentas y los impuestos nacionales.
De esta forma, los trabajadores deberán estar inscriptos en la AFIP como autónomos en condición de “monotributista” o de “responsables inscriptos”.
La iniciativa pide, por ejemplo, que quienes hagan publicidades en sus redes deben especificarlo con el hashtag #PublicaciónPaga cuando la publicación sea remunerada, y deberán nombrar específicamente el beneficiario de esa publicidad. Además, propone que los “influenciadores” aclaren si su contenido promocionado es o no apto para menores.
En caso de no cumplir con estas obligaciones, recibirían multas “por un valor de 100 a 10 00 pesos argentinos salario mínimo, vital y móvil” (SMVM). Si se contempla que un salario mínimo, vital y móvil es de 16 875 pesos actualmente, la multa máxima podría ser de 16 875 000 de pesos argentinos.
El economista Murray Rothbard decía que un impuesto es un “robo legalizado y organizado en gran escala”. En relación con esta idea de un Estado absorbente, podemos utilizar la justificación vertida por la diputada del FDT responsable de la iniciativa, López Valverde: “Desde hace algunos meses que venía estudiando el tema, analizando el vacío legal que hay en nuestro país”. También aseguró que “la idea no es sancionar económicamente, sino que buscamos que quede claro cuando se trata de una publicidad”.
Lo cierto es que son solo excusas políticas para mantener las dimensiones elefantiásicas del Estado, que debe ser financiado a través de impuestos al sector productivo, y de esta forma legitimar la enorme presión fiscal que nos condena a ser un país subdesarrollado.
En palabras del economista argentino Javier Milei: “Argentina es una máquina de triturar valor. Si generás un mango, te lo saca el Estado”, y esta vez no será la excepción. Pero la recaudación del Estado y el posterior gasto público, en su mayoría, no están ligados a la “calidad de vida de los ciudadanos”, mas sí a pagar los caprichos del Gobierno de turno.
Las cartas ya están sobre la mesa, será competencia de los influencers que con su trabajo se dedican a satisfacer necesidades del público, evaluar si seguirán brindándonos sus utilidades y contenidos, puesto que, como decía Adam Smith: “no es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por sus propios intereses”.
Agustina Blanco es periodista por el Colegio Universitario de Periodismo, licenciada en comunicación social por la Universidad Católica de Santiago del Estero e investigadora de la Fundación Centro de Estudios LIBRE. @Agus_BlancoOk