Por Ana María Abello R.
“Sobre la marcha del 4 de febrero: sin duda nos faltó orientar al partido clandestino y al movimiento Bolivariano, pero con semejante maquinaria de la manipulación puesta en marcha, muy poco habríamos podido hacer. Debiéramos intentar hacer algo ahora con la marcha que promueve la organización de Iván Cepeda, buscando influir con consignas centrales contra el terrorismo de Estado (…)”, correo electrónico de Iván Márquez al Secretariado de las Farc, 12 de febrero de 2008, información hallada en los computadores de Raúl Reyes.
El correo se refiere al activismo de Iván Cepeda Castro quien para la fecha se autoproclamaba como defensor de derechos humanos y posteriormente llegaría al Congreso de la República sobre la base de una supuesta vocería de víctimas. Hoy se le reconoce por dos aspectos: primero, por su cercanía a las FARC y a sus líderes como los prófugos Iván Márquez y Jesús Santrich, y segundo, por los señalamientos que le hacen una larga lista de exparamilitares como la persona que los buscaba para que rindieran testimonio en contra de Álvaro Uribe Vélez y su familia.
Cepeda ha utilizado su condición de congresista para acceder a las cárceles no solo en Colombia, también en EE. UU. como “defensor de derechos humanos”; veamos algunos de los nombres que, con pruebas y de manera pública, han acusado al oscuro personaje:
Juan Carlos “el Tuso” Sierra, cabecilla exparamilitar extraditado por el presidente Álvaro Uribe Vélez, expresó en el programa “Los Informantes” de Caracol Televisión que Iván Cepeda había ido hasta su cárcel en EE. UU. a preguntarle qué conocía sobre los hermanos Uribe.
José Ignacio Roldán, alias “Monoleche” afirmó en estrados judiciales que “Iván Cepeda entró a la cárcel (…) yo hoy soy capaz de decirlo, ¿Cuándo el senador Cepeda se iba a interesar porque nosotros estuviéramos bien en una cárcel? (…) el objetivo de este señor Cepeda era para que nosotros le habláramos de Álvaro Uribe”.
Ramiro de Jesús Henao, alias “Simón”, en el año 2012 manifestó: “Rechazo las declaraciones de Iván Cepeda (…), ratifico mi denuncia donde el señor Iván Cepeda estuvo en esta cárcel de Itagüí ofreciéndonos beneficios administrativos, jurídicos y económicos (…) nos dejáramos grabar un video y manifestáramos que Álvaro Uribe Vélez estaba incurso en delitos con nosotros”.
Carlos Areiza, asesinado en el municipio de Bello, Antioquia, en carta fechada el 25 de enero de 2012, solicitó el ingreso de Iván Cepeda a la cárcel de máxima seguridad de Itagüí. En el caso contra el exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, Areiza confesó que mintió por presión de Cepeda, posteriormente pidió perdón ante el país.
La lista de nombres es extensa, algunos de los contactados accedieron al plan macabro, como es el caso de Pablo Hernán Sierra, Juan Guillermo Monsalve y otros nombres de medio pelo pero delincuentes todos, quienes con la ayuda de Mercedes Arroyave, abogada que acompañaba al senador Cepeda, entraron en el andamiaje de la estrategia de difamación, acompañada por el colectivo de abogados José Alvear Restrepo, el que, además de ser denunciante de Álvaro Uribe, casualmente ha sido apoderado de Iván Cepeda y al tiempo de Juan Guillermo Monsalve, principal testigo en contra de Uribe.
El rompecabezas adquiere mayor forma cuando se analiza el papel que en todo este entramado de infamias contra Uribe ha jugado el Comité de Solidaridad con Presos Políticos, organización a la cual Cepeda entregó una cifra millonaria según sus registros de bienes y rentas. Ocurre que ese Comité de Solidaridad otorgó ayudas económicas a la familia de Juan Guillermo Monsalve (testigo de Cepeda contra Uribe) y presuntamente, habría ayudado a salir del país a la exmujer del falso testigo. Todo un concierto de casualidades.
No puedo dejar de mencionar que el testigo Monsalve quien en palabras de su abogado vive con lujos en la cárcel, ha sido visitado en no menos de 10 ocasiones por el senador Cepeda. Otros internos han relatado que Monsalve se ufanaba de la protección otorgada por “el viejo Cepe”.
Se conoció que entre los testimonios que se escucharon, previo a la indagatoria del expresidente Álvaro Uribe Vélez, muchos de ellos ratificaron que recibieron visitas por parte del hoy senador y defensor de los prófugos Santrich y Márquez, sin embargo, la Corte Suprema de Justicia hizo caso omiso a esas declaraciones. Asimismo, sin razón alguna, evitó escuchar testimonios como los de Salvatore Mancuso, Juan Carlos “tuso” Sierra y otros más, cuyos pronunciamientos públicos permiten conocer el papel que ha desempeñado Iván Cepeda detrás de la consecución de testimonios en contra de Álvaro y Santiago Uribe Vélez.
¿Algún día la justicia descubrirá el lobo debajo de su piel de víctima?
Ana María Abello Restrepo es abogada y columnista de opinión.