Ciudad del Vaticano, 7 ene (EFE). – El papa Francisco recordó a Nicaragua y Venezuela, al hacer referencia a distintas crisis en el mundo, y les deseó que puedan resolver sus problemas por el diálogo y vías pacíficas.
“Pienso particularmente en la amada Nicaragua, cuya situación sigo de cerca, con el deseo de que las distintas instancias políticas y sociales encuentren en el diálogo el camino principal para empeñarse por el bien de toda la nación”, afirmó Francisco, en un discurso al cuerpo diplomático acreditado ante el Vaticano.
El papa subrayó que “la Santa Sede no busca interferir en la vida de los Estados” y dijo que su pretensión es “ponerse al servicio del bien de todo ser humano” y “trabajar por favorecer la edificación de sociedades pacíficas y reconciliadas”.
También deseó “para la amada Venezuela, que se encuentren vías institucionales y pacíficas para solucionar la persistente crisis política, social y económica”.
“Vías que consientan asistir, sobre todo, a los que son probados por las tensiones de estos años y ofrecer a todo el pueblo venezolano un horizonte de esperanza y de paz”, agregó.
Sobre la situación venezolana, agradeció a “Colombia, que, junto a otros países del continente, en los últimos meses ha recibido a un gran número de personas de Venezuela”.
“No puedo dejar de agradecer los esfuerzos de muchos gobiernos e instituciones que, impulsados por un espíritu generoso de solidaridad y caridad cristiana, colaboran fraternalmente en favor de los migrantes”, señaló.
El pontífice recordó la intervención de Pablo VI en Naciones Unidas y sus palabras de “¡Nunca jamás guerra! ¡Es la paz, la paz, la que debe guiar el destino de los pueblos y de toda la humanidad!”.
Preocupación por populismos
El papa Francisco también expresó su preocupación por el resurgir de tendencias populistas y nacionalistas en las relaciones internacionales, algunas de las cuáles “evocan el periodo de entreguerras”, en un discurso dirigido al cuerpo diplomático acreditado ante el Vaticano.
“La comunidad internacional y el sistema multilateral en su conjunto, están atravesando momentos de dificultad, con el resurgir de tendencias nacionalistas que minan la vocación de las organizaciones internacionales de ser un espacio de diálogo y encuentro para todos los países”, afirmó el papa.
“Algunas de estas actitudes evocan el periodo de entreguerras, en el que las tendencias populistas y nacionalistas prevalecieron sobre la acción de la Sociedad de Naciones”, agregó.
Señaló que “la reaparición de corrientes semejantes está debilitando progresivamente el sistema multilateral”.
Dijo estar preocupado por “el resurgir de la tendencia a hacer prevalecer y a perseguir los intereses de cada nación sin recurrir a los instrumentos que el derecho internacional prevé para resolver tales controversias y asegurar el respeto de la justicia, también a través de los Tribunales internacionales”.
El pontífice apeló a que “en la actualidad no falte la voluntad de un diálogo sereno y constructivo entre los estados” y achacó las dificultades, en parte, a “cierta incapacidad del sistema multilateral para ofrecer soluciones eficaces a las distintas situaciones que desde hace tiempo están pendientes de resolución”.
También criticó a algunos gobernantes cuando dijo que las políticas nacionales están “condicionadas cada vez con mayor frecuencia por la búsqueda de un consenso inmediato y sectario, en lugar de buscar pacientemente el bien común con respuestas a largo plazo”.
“En particular, es también el resultado de la creciente preponderancia de poderes y grupos de interés en los organismos internacionales que imponen la propia visión e ideas, desencadenando nuevas formas de colonización ideológica, que a menudo no respetan la identidad, la dignidad y la sensibilidad de los pueblos”, subrayó.
El papa consideró oportuno que “los políticos escuchen la voz de sus pueblos y busquen soluciones concretas para favorecer el bien mayor”, pues con frecuencia los ciudadanos sienten que no se atienden sus necesidades reales.