Brasilia, 1 feb (EFE).- La Cámara de Diputados y el Senado de Brasil inauguraron este viernes una nueva legislatura y comenzaron a preparar la elección de sus nuevas autoridades, que definirán el ritmo de los proyectos que proponga el Gobierno de Jair Bolsonaro.
Los 513 diputados y los 81 senadores procedieron a prestar el juramento de rigor de los mandatos para los que fueron elegidos en octubre del año pasado, en las parlamentarias celebradas junto con las elecciones presidenciales que ganó el líder de la emergente derecha brasileña.
Entre los nuevos diputados figura Joênia Wapichana, la primera indígena que llega a ocupar un escaño en la historia parlamentaria del país y que fue objeto de un homenaje y un ritual especial por parte de miembros de varias tribus cuando llegó al Parlamento.
La oposición de izquierdas aprovechó la sesión inaugural para mostrar carteles en favor de la libertad del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde abril pasado por corrupción, lo que generó abucheos de los sectores de derechas.
También con carteles, la oposición denunció la “persecución” contra el socialista Jean Wyllys, elegido diputado en octubre pero que renunció a su mandato la semana pasada, cuando decidió abandonar el país tras haber recibido numerosas amenazas de muerte.
Las últimas elecciones arrojaron un Parlamento polarizado, pero que en su mayoría estará dominado por diversos partidos del arco conservador, más cercanos al ideario de Bolsonaro.
La primera minoría en la Cámara Baja estará en manos del Partido de los Trabajadores (PT), de la oposición progresista, que obtuvo 56 escaños, pero en segundo lugar se sitúa el Partido Social Liberal (PSL) de Bolsonaro, que tuvo una presencia casi testimonial en otras legislaturas pero ahora ocupará 52 de los 513 asientos.
El PT y los partidos de la oposición de izquierdas tendrán en conjunto unos 140 escaños, mientras que el resto estará en manos de fuerzas de centro y derecha que pueden constituir bloques de apoyo a Bolsonaro, y sobre todo a la agenda económica liberal que prepara su Gobierno.
El mandatario ya ha dado a entender que la principal reforma que propondrá al Parlamento en esta legislatura afectará el régimen de jubilaciones, que actualmente se rige por el sistema de reparto, mediante el cual el Estado gestiona las contribuciones en un fondo único alimentado con retenciones a los salarios de los trabajadores.
La intención de Bolsonaro y su equipo económico es imponer un modelo de capitalización individual, de modo que los fondos de previsión dependan de lo que cada trabajador pueda ahorrar a lo largo de su vida laboral.
El trámite de esos proyectos dependerá de las nuevas autoridades de las dos cámaras, que serán elegidas esta misma noche por los propios parlamentarios.
El favorito para la presidencia de la Cámara Baja es Rodrigo Maia, del partido Demócratas (DEM), que forma parte de la base oficialista y aspira a ser reelegido para el cargo que ocupa desde 2016.
Para la presidencia del Senado, hasta ahora se ha anunciado una decena de candidatos, entre los que sobresale Renán Calheiros, un veterano parlamentario que ya ha ocupado ese cargo dos veces y que integra un bloque de oposición de centroderecha.