Brasilia, 12 mar (EFE).- La Corte Suprema de Brasil autorizó este lunes a Paraguay juzgar por tráfico de drogas al exalcalde paraguayo Vilmar Acosta, condenado ya, en calidad de instigador, por el asesinato de un periodista y de su asistente en 2014, informaron fuentes oficiales.
La decisión fue tomada por unanimidad por parte de los cinco magistrados que integran la Segunda Sala del Supremo brasileño.
Acosta, exintendente del distrito paraguayo de Ypejhú, fue extraditado en 2015 por la máxima corte de Brasil para que respondiese ante la justicia de su país bajo la acusación de planear el asesinato del periodista Pablo Medina y de su ayudante, Antonia Almada, crimen por el que fue condenado a 39 años de prisión.
Sin embargo, la Justicia Paraguaya le ha abierto otro proceso en el cual es acusado por “posesión, colecta, fabricación y procesamiento de drogas”, cargos castigados con penas de entre 5 y 15 años de cárcel, según señaló el Supremo en un comunicado.
De acuerdo con las autoridades paraguayas, citadas por la corte brasileña, fueron aprehendidas en una hacienda tres toneladas de marihuana picada y 148 kilogramos de esa misma droga pero prensada que, al parecer, pertenecerían al propio Acosta.
En este sentido, como la extradición del exintendente fue autorizada solo para que respondiese por el asesinato de los periodistas, la Justicia paraguaya solicitó a la Corte Suprema de Brasil que incluyera también el crimen de tráfico de drogas.
La instructora del caso en el Supremo de Brasil, la magistrada Carmen Lucia Antunes, votó a favor de ese requerimiento y fue apoyada por los otros cuatros jueces que completan la Segunda Sala del Supremo, aunque con algunas condiciones.
Paraguay tendrá descontar el tiempo de prisión que estuvo en Brasil y, en caso de que Acosta sea condenado en esta nueva causa, no aplicarle una prisión perpetua, siendo el plazo máximo de pena privativa de libertad de 30 años, tal y como marca la legislación brasileña.
Pablo Medina, corresponsal del diario “ABC Color” en el departamento de Canindeyú, era muy conocido por sus investigaciones sobre las supuestas relaciones entre las mafias del narcotráfico y algunos políticos de ese enclave, uno de los principales productores de marihuana de Paraguay.
Según la Fiscalía, el propio Medina reconoció que tenía constancia desde dos meses antes de su asesinato de que sicarios a las órdenes de Acosta estaban vigilándole.