Manila / Ho Chi Minh (Vietnam), 23 abr (EFE).- China ha desplegado la “diplomacia de la mascarilla” con donaciones de material sanitario y misiones médicas a varios países en plena pandemia de COVID-19, una cortina de humo que le ha permitido ampliar su presencia en aguas disputadas del Mar de China Meridional de forma inadvertida.
Mientras el mundo se concentra en responder a la pandemia y en prepararse para lo que se avecina como la peor crisis económica en decenios, China ha aprovechado para continuar su expansión militar con la creación de dos nuevos distritos en territorios disputados, lo que ha irritado a sus vecinos en la región, particularmente a Filipinas y Vietnam.
“Su intención es abrumar a la región en este momento difícil incrementando la presencia de su flota pesquera, la Guardia Costera y sus milicias marítimas”, afirmó Gregory Poling, director de Asia Maritime Transparency Initiative, un grupo de expertos con sede en Washington que monitorea los desarrollos en ese mar.
“Pekín no se detendrá. Su estrategia es acorralar a los gobiernos del Sudeste Asiático hasta que decidan que no hay más opción razonable que rendirse y acepten cualquier trato que China ponga sobre la mesa”, apuntó Poling en una reciente videoconferencia con la prensa extranjera acreditada en Filipinas.
Dos nuevos distritos chinos
China anunció el pasado sábado que ha creado dos nuevos distritos dentro de la ciudad de Sansha, en la sureña provincia de Haian, que cubren territorios de las islas Spratly, el atolón de Scarborough y el archipiélago Paracel, territorios del Mar de China Meridional disputados con otros países de la región.
En la misma línea que Poling, Carl Thayer, profesor experto en Vietnam de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, consideró en declaraciones a la Agencia Vietnamita de Noticias que esta expansión territorial es “una provocación ilegal”.
Filipinas, Vietnam, Malasia, Taiwan y Brunei reclaman partes de este estratégico mar -por el que circula el 30% del comercio global y que alberga el 12% de los caladeros mundiales, además de yacimientos de petróleo y gas- aunque China se atribuye la soberanía de esas aguas en su totalidad.
Según el Tribunal de Arbitraje de La Haya en 2016, Filipinas ostenta la titularidad de parte de las Spratly y del atolón de Scarborough, lo que lo convierte en el único país que cuenta con un fallo internacional que avala su postura en el asunto, aunque Pekín no lo reconoce.
Protestas diplomáticas
Ante esta situación, Filipinas presentó el miércoles dos nuevas protestas diplomáticas ante la Embajada de China en Manila por la creación de esos nuevos distritos y por un reciente incidente con un barco de la Armada filipina.
“Son claras violaciones del derecho internacional y de la soberanía filipina”, dijo en su cuenta de Twitter el secretario filipino de Exteriores, Teodoro Locsin, que el año pasado ya presentó varias protestas por la entrada sin permiso de barcos chinos en aguas filipinas.
Filipinas también protestó ayer por un incidente del pasado 17 de febrero, cuando un buque de guerra chino entró en la Zona Exclusiva de Filipinas y encañonó a un barco de la Armada filipina.
“El incidente puede considerarse el ataque de un buque de guerra chino a uno filipino, lo cual es inaceptable en la práctica militar común y un acto hostil que, por un error de cálculo, puede llevar a una escalada del conflicto”, consideró el analista filipino José Antonio Custodio, exconsultor del Consejo de Seguridad Nacional.
Aunque el Departamento de Asuntos Exteriores y las Fuerzas Armadas han denunciado la intromisión de China, el presidente Rodrigo Duterte -que ha orientado su política exterior al acercamiento al gigante asiático a cambio de generosas inversiones- no se ha pronunciado el respecto, pero ha agradecido a China su donación de material médico y envío de doctores para luchar contra la COVID-19.
Firmeza vietnamita
Vietnam, pese a los estrechos vínculos políticos y económicos que mantiene con China, siempre se ha opuesto con tenacidad a su expansión en las islas en disputa y esta vez no ha sido una excepción.
La viceministra de Exteriores, Le Thi Tu Hang, advirtió en un comunicado el pasado domingo de que actos como la creación de los dos distritos en Sansha “no conducen al desarrollo de relaciones amistosas entre países y complican aún más la situación” en la región.
Hang, quien recordó los fundamentos legales e históricos que a su juicio avalan las posiciones vietnamitas, exigió a China que “respete la soberanía vietnamita, anule las decisiones erróneas y no repita acciones similares en el futuro”.
Aumento de la tensión entre China y Vietnam
La tensión entre Hanói y Pekín ya aumentó a principios de este mes, cuando el gobierno de Vietnam acusó a una patrullera costera china de hundir un pesquero vietnamita con ocho tripulantes cerca de las Islas Paracel.
Pekín justificó la acción alegando que el pesquero había chocado contra la patrullera, una versión negada por el gobierno de Hanói, que recibió el respaldo, entre otros, de Estados Unidos y Filipinas.
El Departamento de Estado de Washington respondió con un llamamiento a China a que se centrara en “apoyar los esfuerzos internacionales para combatir la pandemia global y dejar de aprovechar la distracción o vulnerabilidad de otros estados para expandir sus reclamaciones ilegales en el Mar de China Meridional”.