EnglishEn el Caribe hondureño se desarrolló este jueves el Primer Encuentro Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte (APP), en el cual se reunieron los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández; de Guatemala Otto Pérez Molina, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, con representantes de varios sectores de cada país.
En el encuentro, que buscó sentar las bases de lo que sería la implementación de este plan promovido por el Gobierno de Estados Unidos para hacer frente al narcotráfico en la región centroamericana, los Gobiernos de Guatemala y Honduras acordaron una unión aduanera, primer paso para la creación de una zona de libre circulación entre ambos países.
A partir del 1 de diciembre de 2015 será libre el paso de mercancías y personas por las fronteras de estos países; se espera que próximamente El Salvador se una a la zona de libre tránsito, señaló Pérez Molina, quien catalogó la iniciativa de “histórica para Centroamérica”.
El documento marco que va a ser suscrito definirá todo lo que se va a desarrollar durante 2015 y que va a desembocar el 1 de enero del 2016 en la implementación de la Unión Aduanera, por lo que las aduanas terrestres que separan a Honduras y Guatemala van a desaparecer en el año 2016, teniendo un libre tránsito que permitirá acelerar las operaciones comerciales entre ambos países.
“Esperamos que este sea un agente que estimule el crecimiento y la diversificación de los sectores productivos y se dé la creación de un espacio territorial aduanero que represente el 23% de todo el territorio de Centroamérica y una parte importante del PIB de la región”, expresó Alden Rivera, ministro de Desarrollo Económico de Honduras.
Estamos dando el paso que habíamos esperado por 64 años en Centroamérica, la unión aduanera de Honduras y Guatemala pic.twitter.com/t9vckGBpNO — Otto Pérez Molina (@ottoperezmolina) February 26, 2015
Con una agenda corta pero con puntos trascendentales, el encuentro contó con la participación de representantes del Banco Interamericano de Desarrollo y del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), quienes dieron su respaldo a las iniciativas de consolidar un bloque regional, que no solo haga frente al narcotráfico, sino que también despunte como una potencia económica, llevando beneficios a los mercados de cada país.
Se anunció la implementación de nueve corredores logísticos con los que se agilizará el comercio entre los países miembros: Puerto Quetzal, Atlántico, Pacífico, Acajutla y Agrícola, según indicó el mandatario hondureño, quien además hizo énfasis en lo importante que será no solo desarrollar la infraestructura de carreteras, sino también coordinar la seguridad en ellas para que las condiciones para el comercio y el transporte sean óptimas.
La empresa privada ve con buenos ojos la APP, tal como lo manifestó Camilo Atala, presidente del capítulo hondureño del CEAL. “Hoy estamos dando un paso importante para el desarrollo social y económico, y para mejorar la calidad de vida de treinta millones de centroamericanos”, dijo. “Con esta iniciativa estamos buscando promover la inversión, el desarrollo del capital humano, el fortalecimiento de las instituciones y la seguridad para los pueblos”, agregó.
“Cambiarán balas por dinero”
PanAm Post tuvo la oportunidad de entrevistar a Oscar Sagastume, representante de la Alianza por el Fin a la Prohibición (AFP) que surge como la primera iniciativa prolegalización de las drogas en Honduras. Sagastume manifestó, respecto al Plan para la Prosperidad, que “es otro plan para la misma guerra” porque “el abuso de las drogas es un problema de salud, no un problema de dinero”.
Respecto al panorama internacional de la guerra contra las drogas Sagastume dijo que “hay demasiado interés entre los productores y comercializadores de droga con las fuerzas de la Ley… simple y sencillamente, la guerra no funciona, la violencia sigue porque sigue siendo mantenida por las dos personas que se están peleando”.
No confían en la efectividad de la guerra contra las drogas
Hay sectores que no confían en la efectividad de la guerra contra las drogas, pretensión última de la APP. Es el caso del internacionalista colombiano Julio César Mejía, director general del Centro para la Libre Iniciativa, quien a raíz de la experiencia que su país tuvo con el Plan Colombia, equivalente a la APP, implementado por los presidentes Andrés Pastrana y Bill Clinton en el año 1999, señaló que “será un fracaso rotundo, y en el mejor de los casos, si es totalmente exitoso y logra controlar absolutamente toda la producción de cocaína en Centroamérica, no pasará nada, porque finalmente el problema se irá a otro lugar”.
Mejía agregó que “es difícil que la gente cambie de gustos, y la cocaína tiene un mercado muy grande. Además de eso tiene un margen de ganancia tan enorme que es muy difícil que se pueda controlar”.
Estudiantes por la Libertad también sembró dudas sobre la efectividad de la APP. Uno de sus miembros, Christian Betancourt expresó que “es preocupante escuchar que los líderes mundiales todavía creen que se pueden resolver estos problemas sólo despilfarrando más dinero en ellos.”
“Puede que la inversión funcione en el Triángulo Norte si es inteligentemente invertida, pero sólo para desviar el tráfico de drogas a otra región del Istmo y el Caribe. El problema de la prohibición de las drogas seguirá latente, aunque en otros países, generando violencia y corrupción, por negar el mercado”, señaló.