Los cubanos en ruta a Estados Unidos, partiendo desde Ecuador, que están varados en la frontera costarricense desde mediados de noviembre del año pasado, ya tienen fecha para seguir el camino hacia Norteamérica, y es que el próximo martes 12 de enero partirán los primeros 180 cubanos por vía aérea hacia El Salvador.
Este anuncio lo hizo el Gobierno de Costa Rica, representado por su Canciller Manuel González, en conjunto con la Oficina Internacional para las Migraciones (OIM) representada por Roeland Dwilde.
En horas de la noche partirán desde el aeropuerto Daniel Oduber, ubicado en la ciudad de Liberia (300 km al norte de la capital) en la provincia de Guanacaste, Pacífico norte de Costa Rica; una vez en suelo salvadoreño tomarán autobuses que los trasladarán hacia Guatemala, donde tendrán vía libre para llegar a la frontera con México.
En territorio mexicano tendrán 20 días para que crucen su territorio rumbo a la frontera con Estados Unidos, en donde aspiran acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, que ordena recibirlos una vez que pongan un pie en suelo estadounidense.
Este viaje tendrá un costo para cada cubano de US$555, el cual incluye pasaje, impuesto de salida de Costa Rica, así como las visas de El Salvador y Guatemala. Para las personas mayores el costo será de US$370.
Los migrantes saldrán según la antigüedad de su visado, según el orden en que se emitió ese documento. Según el canciller, el segundo vuelo debería darse a más tardar una semana después del primero.
Algunas de las condiciones que los antillanos deben reunir para poder seguir su travesía son: estar localizables de inmediato, ser mayores de edad y disponer del dinero que cubra el costo total de su traslado hasta la frontera con México, precisó la directora de Migración, Katia Rodríguez.
Esta última condición, que excluye a los menores de edad, deja por fuera el traslado de familias con niños, las cuales no podrán abandonar el país centroamericano por los momentos, como había sido asegurado por el canciller costarricense el pasado lunes en rueda de prensa.
El canciller González enfatizó que este mecanismo extraordinario es solo para los 7.802 cubanos a los que se les dio visa de paso. Esto no se convertirá en un mecanismo ordinario, insistió. En los albergues hay contabilizados unos 5,600 cubanos, ante lo que el canciller costarricense, dijo que prefiere no especular sobre la ubicación de los restantes 2.200, pues sus visas les permiten transitar libremente por el país.
Por su parte, la directora de Migración aseguró que, una vez que salgan los 7.800 isleños varados en Costa Rica, el Gobierno volvería al trámite de visas para cubanos de forma restringida.
Rodríguez añadió que la entrega de visas de tránsito en frontera terminó el 18 de diciembre y que quien busque ingresar al país desde Cuba tiene que pasar por la solicitud ante una comisión institucional que revise la petición.
En Panamá sigue calvario
Mientras en Costa Rica parece que la travesía de los migrantes cubanos varados podrá finalmente continuar, no parece ser el mismo escenario para los casi mil migrantes que aún están en Panamá.
Los antillanos dicen encontrarse “desesperados”, ya que tienen incertidumbre de cuál será su futuro y han pedido a los Gobiernos centroamericanos que les permitan seguir su paso hacia Estados Unidos. El Gobierno panameño ha dicho que busca una solución parecida a la que ha encontrado Costa Rica.
Son decenas de cubanos quienes pernoctan en el gimnasio municipal de Progreso, ubicado a unos 10 kilómetros de la línea fronteriza con Costa Rica donde convocaron a la prensa para expresar su situación.
“Por favor le pedimos (a los Gobiernos de Centroamérica) que tengan corazón, que por favor se abran, que no somos malos, no somos criminales, no venimos a matar a nadie, simplemente vamos de paso, vamos a continuar nuestro camino a Estados Unidos” expresó Juan Pablo Sánchez, migrante cubano.
También aprovecharon para agradecer a la ciudadanía e iglesia católica panameña por las facilidades que les han ofrecido durante su estadía.
La preocupación de los antillanos ha incrementado a raíz de la muerte de uno de sus compatriotas, Rubén Ramírez Caso, de 53 años, quien falleció el pasado lunes a causa de la gripe AH1N1. Las autoridades sanitarias han dicho que están alertas para prevenir cualquier epidemia sanitaria que se pudiera desarrollar.