El Salvador ha superado los 4.000 homicidios por segundo año consecutivo, ya que según Howard Coto, jefe del cuerpo de seguridad, hasta el 25 de septiembre se registraron 4.129 asesinatos en el país centroamericano.
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Este fenómeno se repite luego de la ruptura la polémica tregua que firmaron entre pandillas en el año 2014 y que tuvo como resultado no solo la deposición de las armas por parte de las organizaciones delictivas, sino la reducción de los homicidios a más de la mitad, llegando a un mínimo de 2.500.
Esta tregua entre las pandillas Barrio 18 y Salvatrucha, contó con el respaldo del gobierno de Mauricio Funes, entrando en vigencia en el mes de marzo del 2012, dándose la disminución anual de los asesinatos en un 59 %.
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Pero en la actualidad la realidad es muy distinta, ya que el 2016 se sigue posicionando como el segundo año más violento en la historia reciente de El Salvador, siguiendo al 2015 cuando hubo 14,7 % más homicidios ya que hasta el 25 de septiembre, se registraron 6.657.
El Instituto Centroamericano de Investigaciones para el Desarrollo y el Cambio Social (Incide) realizó un estudio en el que atribuyen la reducción de homicidios en el 2016 a la implementación de “medidas extraordinarias” de seguridad en el mes de abril del 2015, dentro de las cuales se encuentra el despliegue de un comando élite rural de 1.000 elementos y el endurecimiento del régimen carcelario para las organizaciones criminales.
Según este estudio la tregua tiene parte de responsabilidad en el fenómeno delictivo ya que si “bien logró disminuir el número total de homicidios de manera considerable, parece que también contribuyó en parte a gestar las condiciones para la profundización de la violencia en los años posteriores” concluye el Incide.
Por otra parte, el fiscal general de El Salvador, Douglas Meléndez, durante la tregua algunos “funcionarios y empleados públicos se valieron de sus cargos para cometer diversos delitos” lo que generó corrupción al romper el orden en el sistema penitenciario de ese país.
Fuente: W Radio