A pesar de las recientes tensiones en los lazos entre Estados Unidos y México, los expatriados estadounidenses dicen que no dejarán que el duro discurso del presidente Donald Trump respecto al muro fronterizo y los “bad hombres” les impida perseguir su “mexican dream” o “sueño mexicano”.
“La gente como yo va a Florida a morir, ellos vienen a San Miguel de Allende para vivir” describe Michael Gerber sobre lo que considera su hogar adoptivo ubicado en el centro del territorio mexicano.
Y es que San Miguel de Allende tiene un clima cálido y un encanto colonial ya que es una ciudad del siglo XVI que ha seducido a los estadounidenses de cierta edad para desplazarse al sur de la frontera desde hace varias décadas.
Gerber es uno de los 10 mil estadounidenses que actualmente viven en San Miguel de Allende durante al menos una parte del año. Siendo nativo del Cleveland, de 74 años de edad, decidió mudarse al extranjero después de jubilarse como administrador de un hospital. Anteriormente vivió en Turquía, Suiza y Grecia para luego establecerse en la ciudad mencionada desde hace ya 15 años.
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Sus planes son de quedarse a vivir en la ciudad mexicana porque nunca encontró un lugar mejor que dicha ciudad pintoresca de 160 mil habitantes, clasificada en 2016 como el mejor lugar para vivir en México por la revista Travel & Leisure.
“Yo y muchos de mis amigos hemos vivido en muchos lugares del mundo, pero hemos elegido a San Miguel como nuestro hogar porque es simplemente maravilloso, es asequible y hay muchas oportunidades para devolver a la comunidad” dijo el estadounidense.
Gerber está en el consejo de administración de Feed the Hungry, una organización benéfica que proporciona alimentos de 3 mil niños necesitados. Es una de las docenas de organizaciones comunitarias lanzadas por expatriados estadounidenses que han ayudado a transformar esa ciudad.
Mientras Gerber recorre las calles bordeadas de mansiones señoriales e iglesias coloniales españolas, señala las buenas acciones de sus compañeros “gringos”.
“Este grupo de ‘gringos’ renovó un parte”, “ese grupo de ‘gringos’ rescata perros callejeros”, “otro grupo de ‘gringos’ construye casas para familias pobres”, “estoy orgulloso de ser gringo” dijo.
La masiva llegada de jubilados estadounidenses en los últimos 20 años ha impulsado la economía de San Miguel de Allende y ha impulsado un auge inmobiliario.
El corredor de bienes raíces, Salvador Moreno, dice que es un lugar ideal para los estadounidenses que buscan “el sabor de México” ya que hay edificios coloniales, plazas pintorescas, fuentes burbujeantes, calles adoquinadas y el ritmo pausado de la vida que evocan.
Los estadounidenses “quieren pagar todo el amor y la amistad que San Miguel les ha dado”, dijo Guerrero, un mexicano-estadounidense de Los Ángeles que se mudó hace 15 años.
“Estoy muy molesto por la situación en Estados Unidos y lo que dice Donald Trump sobre los mexicanos …. México es mi segundo país”, dijo Laura Kuykendall, una abogada jubilada de Cleveland que pasa sus inviernos aquí.
Su amiga Amy Wegner, una demócrata registrada de Los Ángeles, dice que comparte su preocupación, pero está de acuerdo con algunas de las posiciones de Trump.
“Tengo que estar de acuerdo en que no quiero que vayan los miembros de las pandillas, las drogas, los cárteles y yo creo firmemente que la gente que quiere venir debe venir legalmente y con un récord limpio”, dijo.
Fuente: France 24