Como si fueran alimentos o producto de primera o segunda calidad, narcotráficantes peruanos sellan la cocaína por su calidad y destino. Esto se ha identificado en la sustancia producida en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro, localidades que se ubican al norte de Perú y que es enviada a la ciudad de Puno para ser trasladada a Bolivia y de ahí a Brasil.
La economía de la ciudad peruana de Puno sobrevive en su mayoría gracias al comercio informal, y esta es la plaza que sirve de plataforma para enviar la sustancia ilegal a Bolivia; sin embargo esta tiene como destino final Brasil, según un reporte de la Dirección Antidroga de Perú.
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“Los paquetes que tienen un delfín como sello es pasta base de cocaína, mientras que los que llevan un dragón ya es cocaína purificada y no necesita su refinación”, describió Róger Tello Ramírez, jefe de la macroregión policial Puno-Madre de Dios, quien también detalló que el pasado 19 de abril fueron detenidos tres hombres que traficaban paquetes de cocaína con estos sellos que tenían como destino Bolivia.
Las autoridades peruanas ya han inautado media tonelada de cocaína proveniente del Vraem en los primeros cuatro meses del presente año. Todas las incautaciones tenían como destino Bolivia.
“La teoría es que desde Bolivia llegan camiones con carga común a Perú, descargan y luego vuelven a Bolivia con droga. Eso se investiga, se hace un trabajo de inteligencia hasta con los mismos pobladores y luego se actúa”, detalló el funcionario.
Fuente: El Deber