La crisis socio-política que vive Venezuela con sus ciudadanos en las calles exigiendo la salida del dictador Nicolás Maduro y elecciones libres ha puesto en la palestra a funcionarios de otros países quienes han levantado la voz para que el mundo voltee a ver y tome medidas para promover la mejor salida a tan grave situación. El gobierno de México representado por una de sus piezas claves, el canciller Luis Videgaray Caso, se ha abanderado la defensa de la libertad y democracia de Venezuela al liderar el bloque de países en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) al buscar sanciones para el régimen de Maduro, dejando de lado incluso su agenda propia.
Si bien es cierto, el apoyo al pueblo venezolano se ha convertido más que un acto político, un acto humano, no se puede desconocer el momento político y electoral que vive México en donde su principal actor es el líder de las izquierdas en ese país, Andrés Manuel López Obrador, quien sin empacho ha reconocido ser admirador de Fidel Castro y de las ideas comunistas.
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El oficialismo mexicano ocupado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no pasa su mejor momento, de hecho el presidente Enrique Peña Nieto tiene el menor nivel de aceptación registrado por cualquier otro gobernante de ese país, y a pesar esto, recientemente lograron la victoria en la gubernatura más determinante en el escenario político mexicano, la de Ciudad de México, pero esto fue por la mínima diferencia por sobre la candidata del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), presidido por López Obrador.
De estas elecciones en la Ciudad de México ciertamente López Obrador perdió la gubernatura, pero dejó ver lo fortalecido que está su partido y nombre en el espectro político mexicano, lo que logró a pesar de ser un claro simpatizante del socialismo y de que la crisis de Venezuela se encontrara en uno de sus momentos más álgidos.
Por su parte ni el PRI ni ninguno de sus potenciales candidatos a la presidencia se ha pronunciado abiertamente sobre las preferencias ideológicas de López Obrador si se han encargado de ocupar buena parte de sus esfuerzos en evidenciar los estragos que la dictadura en Venezuela con lo que dan una perspectiva de lo que México podría ser en manos de alguien que cree que esas políticas funcionarían.
En cuanto al conservador Partido Acción Nacional (PAN) una de las tres fuerzas políticas más importantes de México, sí ha confrontado a López Obrador por medio de su candidata más popular, la ex primera dama, Margarita Zavala, quien sin empacho ha comparado al izquierdista con Hugo Chávez mientras que su esposo, el expresidente Felipe Calderón, ha asegurado que el presidente de Morena sueña con imponer un modelo como el venezolano en el país azteca.
La más reciente carta que se ha jugado la clase política mexicana para evidenciar las consecuencias del modelo chavista es el expresidente Vicente Fox, quien en conjunto con otros exmandatarios latinoamericanos, visitaron Venezuela para respaldar el plebiscito opositor. Fox si bien milita y llegó al poder por medio del PAN, ahora se ha tornado un fuerte defensor de los intereses del PRI, decepcionando a sus correligionarios.
En política no hay coincidencias ni movimientos hechos sin calcular, el gobierno de México ha echado toda la carne al asador al liderar la embestida diplomática contra el régimen de Nicolás Maduro buscando a su vez evidenciar la dañina propuesta política de Andrés Manuel López Obrador para fortalecer las oportunidades políticas del PRI de cara a las elecciones presidenciales del 2018 al posicionarse como una institución que defiende la libertad y la democracia, contrario a lo que promueven los ideales que defiende el candidato de Morena.
Que el pueblo de Venezuela salga avante apoyado por las estrategias diplomáticas de los diferentes gobiernos del mundo, pero no hay que perder de vista que cada uno tiene su propia agenda y que sacarán la mejor partida política para una sutil y contundente contracampaña contra sus adversarios electorales.