
En el marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México (TLCUEM), el organismo continental pidió al país azteca la reducción del arancel de su leche que actualmente es del 45 %.
Sin embargo, mientras la UE solicita esta reducción en el arancel, Estados Unidos tiene el privilegio que da el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para tener apertura total a los lácteos mexicanos más no de la leche cruda debido a la no existencia de un protocolo sanitario.
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México en el presente año se ubicó como el mayor importador de leche descremada en polvo en el mundo, según detalla el diario especializado El Economista, en donde también se detalla que entre los meses de enero y octubre, se realizaron compras externas por 250.235 toneladas según cifras de la organización europea. Con estos números, México es un objetivo de máxima importancia tanto para Estados Unidos como para la UE.
Siempre entre enero y octubre, la Unión Europea exportó 663.481 toneladas de leche descremada en polvo lo que significa un incremento de la tasa interanual del 39 % y por su parte Estados Unidos realizó la misma operación por 492.548 toneladas, sin que esto variara significativamente de lo exportado en 2016.
Es de destacar que este producto tiene especial relevancia ya que no necesita refrigeración fría lo que hace que su vida útil sea de mayor tiempo y tiene un menor costo así como ser de más facilidad en el manejo de su transporte.
Según han indicado las partes negociadoras se esperaría que antes de Navidad el organismo y el país azteca puedan llegar a un acuerdo en común para sellar un nuevo TLCUEM.
México gana en Europa y pierde con Estados Unidos
Por otro lado, mientras México parece ganar en Europa, pierde en su misma región, ya que con la reciente aprobada reforma fiscal en Estados Unidos que implica el recorte de impuestos a las empresas y personas de mayores ingresos, el gobierno de Trump apunta a la atracción de más inversión y el retorno de capitales que se encuentran en el extranjero, lo que haría que el país azteca pierda atractivo para los inversionistas.
Y es que los recortes son muy halagadores para empresarios estadounidenses y extranjeros ya que implica una disminución del impuesto corporativo de 35 % a 21 % aunque la propuesta original del presidente Donald Trump era que este fuera reducido hasta un 15 %.
Los dueños de negocios tendrán una nueva exención del 20 % sobre sus utilidades. Esta reforma hecha por la administración estadounidense responde, según indica Forbes, a demandas hechas por enormes corporaciones desde hace muchos años.
Para que esta propuesta no afecte significativamente al país azteca, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) propuso que se recorte el Impuesto Sobre la Renta (ISR) para las empresas con dominio fiscal en el país azteca, esta reducción sería de 35 % a 21 % mientras que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en 15 %.
Al respecto, la presidenta del IMEF, Adriana Berrocal, indicó que México urge de una “reforma fiscal estructural que genere una base tributaria más amplia, que fomente la inversión nacional y extranjera, y proporcione al sistema impositivo una mayor seguridad jurídica, privilegiando un sistema más justo”.