Tiempos pandémicos encendieron las alarmas sanitarias y económicas en todos los países del planeta. Los estragos de la crisis sanitaria y la inminente recesión global que se avecina dejan al 2020 como uno de los años más trágicos de la última década. En este sentido, los gobiernos del mundo están en el punto de mira, porque son sus políticas las que pueden disminuir el gran impacto que se les aproxima; por ello, el PanAm Post conversó con el economista Guillermo Barba, quién es Máster en Economía de la Escuela Austríaca y especialista del mercado del oro, para analizar el panorama económico de México y la gestión del presidente mexicano AMLO.
Barba es durísimo: México puede tener un sexenio de recesión, alegando que el país comandado por López Obrador será no solo uno de los más afectados en términos sanitarios, sino también uno de los más golpeados en faceta económica. Los mejores presagios hablan de caídas entre el 8 y el 10 %, pero el economista ya avisó que la contracción puede oscilar entre el 10 y el 12 %.
Las malas políticas del gobierno mexicano sumado a la pandemia generada por la COVID-19 y sus consecuencias, son un coctel mortal para una economía que ya venía de una recesión en 2019 y que ve como la administración de AMLO, poco a poco, despilfarra dinero en causas perdidas como Pemex y se niega a afrontar el problema del déficit fiscal causada por el gran gasto público. Además, la cuarentena no ayuda en lo más mínimo a recuperar la economía y la apertura económica es ineficiente e insuficiente.
He leído que los pronósticos para México son muy malos, los mejores pronósticos prevén una caída del PIB que oscila entre el 8,4 y el 9,2 %, obviamente la pandemia influye, pero, ¿qué responsabilidad tienen las medidas económicas implementadas por el gobierno de López Obrador?
Tiene toda la responsabilidad del mundo. Si bien es cierto que estamos en una pandemia y que será la primera vez desde la gran recesión del 2009 que tendremos una caída del Producto Interno Bruto global, la realidad es que la forma en la que se han enfrentado estas vicisitudes por la pandemia es local; es decir, cada país es responsable por la forma en la que enfrenta el brote del COVID-19 y las consecuencias económicas.
En este sentido, las autoridades mexicanas tomaron decisiones sumamente malas, tanto en lo sanitario como en lo económico. Y los resultados están claramente a la vista. Si nosotros nos damos cuenta, en números de contagios y de muertes, México no ha llegado al famoso pico o tope de la pandemia, así que seguirá habiendo contagios y muertos. Quiere decir que la estrategia que adoptó el gobierno inicialmente, que fue la de “no pasa nada”, no ha funcionado.
Hay muchos vídeos en YouTube y en Twitter donde se puede recodar lo que decía el subsecretario López Gatell, cosas tipo la pandemia no era nada grave, que no deberíamos tener ningún problema, que estábamos preparados, etcétera; y no se tomó muy en serio la pandemia en un inicio y eso provocó que no se tomaran medidas sanitarias como la sana distancia, el uso del cubrebocas desde el principio. De hecho, el subsecretario dijo que no había necesidad de usar el cubrebocas, en fin, se desdeñaron las consecuencias de la pandemia. Por el otro lado, en la parte económica, el gran error fue haber empoderado a gente que no sabe de economía, como el subsecretario López Gatell.
Yo creo que ninguna persona en el mundo va a permitir que un economista le atienda en la emergencia de algún hospital, o acepte algún diagnóstico médico o que un economista le recete algún medicamento para una enfermedad. De hecho, yo no aceptaría ese trabajo, sería irresponsable de mi parte intentar curar a alguien con conocimientos que no tengo. Sin embargo, se hizo exactamente eso, pero a la inversa, con la economía. Se entregaron las decisiones económicas a gente sin conocimiento alguno en economía.
En México se pusieron en manos de médicos y personas que no saben de economía – empezando por el presidente López Obrador – las decisiones económicas. Guillermo Barba.
Se cerró de golpe la economía mexicana, se suspendieron todas las actividades exceptuando las llamadas “esenciales”, identificadas a criterio de los gobernantes y los médicos empoderados. Cosa que tuvo como consecuencia un shock económico brutal, un paro en seco de toda la economía, que no debió haber ocurrido y que se pudo evitar. Y esto fue demasiado pronto, se paró la economía en seco cuando los números de contagios y fallecidos apenas empezaban a aparecer, entonces se cometió un doble error: en lo sanitario, se actuó demasiado tarde, y en lo económico, se actuó de golpe y demasiado temprano.
En estos momentos estamos viendo números de miles de muertos y contagiados, quizás, ahora hubiese sido más sensato aumentar las restricciones; no cerrar la economía, eso es un grave error. Sin embargo, están reabriendo la economía después de destrozarla durante tres meses, pero, además, lo hacen con restricciones sumamente absurdas. Aquí en Ciudad de México, por ejemplo, a los restaurantes se les permite abrir libremente hasta tarde, pero los centros comerciales y las tiendas minoristas tienen que cerrar a las 5:00 PM; algo ridículo, ¿cuál es el fundamento? Como si el contagio tuviera horario. Es positivo que al menos se esté abriendo un poco la economía, pero esas restricciones absurdas son consecuencia por dejar las decisiones económicas en manos de gente que no sabe de economía.
Perdón por extenderme demasiado, pero era necesario este contexto para decir lo siguiente: la economía mexicana está pasando por un shock terrible y será una de las peor libradas del mundo. Mientras unos países afrontarán una caída del PIB entre el 5 y el 6 %, en México afrontaremos una caída que podría ser del doble, entre el 10 y el 12 %.
Por si fuera poco, en materia sanitaria, contabilizando contagiados y muertos por COVID-19, podemos entrar en un top-3 de todo el planeta; de hecho, ya estamos en el cuarto lugar, ya pasamos a Italia, lo cual es lógico porque tenemos mayor población, pero no se habla que países con igual o similar índice poblacional no tienen ni tantas muertes ni tantos contagiados. Entonces, seremos de los países más afectados tanto en lo económico como en lo sanitario.
¿Usted cree que después de esto AMLO va a llevar a la economía mexicana, una de las más importantes de Latinoamérica, a una debacle similar a la de Venezuela o Argentina?
La verdad es que sería difícil llegar a esos niveles, porque para llegar hasta donde está Argentina, ni siquiera como Venezuela que es aún peor, el nivel de ignorancia y estupidez económica deben ser extremos y ni siquiera de López Obrador lo espero. Comparativamente, eso nos habla de lo mal que han hecho las cosas en Argentina.
Pero, no es una imposibilidad llegar a ese punto, claro que es posible, creo que es poco probable, no en estos momentos, no en estas circunstancias. Hay que tomar en cuenta que, reviviendo la economía y pasando la pandemia, México se va a recuperar a finales del sexenio si bien nos va de este golpe tan terrible.
México también se enfrenta a otros problemas previos a la presidencia de AMLO y que este ha llegado para empeorarlos y no a mejorarlos. Me refiero concretamente al problema de Pemex, que es el gran talón de Aquiles de la economía mexicana, diría que incluso es un pie de Aquiles por completo; porque Pemex está quebrada, no hay manera de rescatarla y el presidente está empeñada en salvarla inyectándole miles de millones dólares. Y esto no va a ser posible, de manera que, como decimos en México, solo se está echando dinero bueno al malo.
Se está quemando dinero innecesario teniendo tremendas carencias en hospitales y en lo social, estás dedicando dinero para intentar salvar una empresa insalvable. Y menos con los precios del petróleo que también ha sufrido recientemente. Es cuestión de tiempo, y no mucho tiempo, para que la degradación de la deuda mexicana también termine siendo clasificada —al igual que la deuda de Pemex— al grado basura. Esto compromete a las finanzas públicas y al financiamiento, esto implica costos más altos, tasas de interés más elevadas para pagar al gobierno, y entonces tienes el peor de los escenarios: una economía destrozada, que está recaudando menos dinero por impuestos cuando más necesita recaudar porque se le va a encarecer el crédito. Esto nos va a llevar a problemas económicos muy serios y que va a condicionar tanto al alza del tipo de cambio, como una mayor inflación y mayores tasas de interés. Así que no se puede hablar de una pronta recuperación porque en México no la va a haber con López Obrador.
Considero que estamos lejos de padecer lo que viven en Argentina o Venezuela, pero eso no es ningún consuelo. Queremos crear empleo para mejorar la calidad de las personas y que estas salgan de las pobrezas, y va a ocurrir todo lo contrario con AMLO. De hecho, la pobreza está aumentando tan solo por la pandemia, el número de pobres extremos nuevos es de diez millones de mexicanos. Y no hay que olvidar que México ya venía con una recesión previa al COVID, así que, si seguimos así, tendremos el sexenio de la recesión.
Me llamó la atención el tema de los impuestos, que México debe recaudar más impuestos, ¿Cómo es esto? ¿Debe aumentarlos o más bien liberar la carga impositiva para los negocios?
Mira, México tiene una carga fiscal relativamente baja cuando se compara con otros países, sobre todo desarrollados, como los de la OCDE que es el grupo donde pertenecemos. Entonces, el problema es que México es malo e ineficiente para recaurdar. Lo hace mal, recibe poco y, además es muy costoso el fisco mexicano. Sin embargo, el problema no está en la mala recaudación porque sí hay recursos, el problema no está por el lado de los ingresos, sino por el lado del gasto, sería un error aumentar impuestos o crear nuevos si tienes una economía muy afectada y venida para abajo por la COVID-19 y tus malas decisiones como la cancelación del aeropuerto.
Entonces, esa economía no puede soportar el aumento o la creación de nuevos impuestos, porque repito, y vuelvo un poco al tema de la degradación de Pemex, todos los inversores saben que México va para ese rumbo y va a ser menos atractivo para la inversión. Entonces, quedamos en la siguiente situación: no puedes bajar los impuestos porque tienes unas finanzas públicas comprometidas, no puedes subirlos porque sería desalentar más la inversión, de manera que lo sensato sería mantener los impuestos actuales, recaudar con estos impuestos, más dinero para que no haya fuga ni evasiones, ser más eficientes en el cobro y que cueste menos captar impuestos y lo más importante: reducir el gasto público.
México tiene un problema gigante de gasto público, entonces.
El gasto está descontrolado, todos los gobiernos mexicanos desde Zedillo no han podido mantener un superávit o un equilibrio de las finanzas públicas. Todos los gobiernos, año tras año, van aumentando el déficit fiscal; esto quiere decir que cada año gastan más, se endeudan más y que siempre tienen un desbalance permanente y creciente entre lo que gastan y lo que ingresan. Y con este gobierno de López Obrador el gasto no se va a disminuir ni a ser controlado, es una falsedad eso que llama AMLO “la austeridad”, no hay austeridad, que sería dejar de gastar en lo general y que tus cuentas se equilibren, que no gastes más de lo que ingresas, y López Obrador lo único que está haciendo es castigar a los funcionarios públicos con menores sueldos.
En algunas secretarias ya tienen problemas para pagar el agua, ya se está restringiendo el uso de computadoras en las instalaciones, se le está pidiendo a los trabajadores que lleven sus propios ordenadores o que las compren ellos mismos porque ya no hay dinero para costear estas necesidades.
Se está castigando a la burocracia y a los hospitales para mantener los caprichos del presidente que son electoreros, como las becas y todo lo que consisten en regalar dinero.
El famoso subsidio.
Exactamente, subsidios y transferencias para la gente que le interesa a López Obrador mantener como clientes electorales para las elecciones. Entonces no hay una austeridad. Se gasta más y se gasta peor.
El otro día leí una frase de Trump sobre AMLO: “Es buen presidente para los mexicanos” en una cena con empresarios estadounidenses y mexicanos, ¿qué opina usted sobre esta frase? A mí juicio me parece peligrosa.
Trump y AMLO decidieron reunirse para eso: elogiarse uno al otro. Trump es muy exagerado en sus formas, y una vez más está exagerando, no hay que tomarlo muy en serio, hay que tomarlo como lo que es: un discurso político. Apapacho político de quedar bien con AMLO para que este le devolviera el favor.
Los empresarios mexicanos lo saben: AMLO no es un buen presidente para México ni tampoco para los empresarios, no lo dirán en público, pero sí en privado. AMLO es un enemigo de la clase empresarial a la que ve como un mal necesario para invertir, para generar más empleos —que él está seguro que generará empleos por sí mismo, cosa que también es una falacia—, pero no los ve como aliados y cooperadores, entonces en México no existe un buen presidente para los empresarios.
Por último, ¿qué necesita México al corto y mediano plazo para intentar mejorar este panorama?
En lo inmediato, el gobierno debe dejarse de tonterías. Esto depende más de los gobiernos locales —ciudades, municipios y estados— que del federal, pero el llamado en general para todos los gobiernos en todos los niveles es de que abran la economía lo más pronto posible. Sin restricciones arbitrarias, de que solamente pueden operar algunas industrias que ellos deciden que son las necesarias y esenciales; se están castigando a industrias como la del entretenimiento que podrían seguir operando con las mismas medidas sanitarias correspondientes que implementan los restaurantes, las tiendas departamentales y centros comerciales; todos pueden operar con lo mismo.
Porque al final, lo que se está provocando, es un daño innecesario a la economía y que esta se recupere más lento de lo que debería. Y están provocando que se aglomere la gente con medidas como una sola entrada y una sola salida. Así que hay que abrir la economía al máximo posible al corto plazo con las restricciones sanitarias en todo el país.
En el mediano plazo, el gobierno tiene que controlar su gasto, dejar de intentar salvar a Pemex, de quemar dinero innecesariamente en esa empresa quebrada y rescatar lo poco que se pueda rescatar de ella. Nada más. Eso es lo que podría salvar a México de no caer en una degradación crediticia que va a seguir afectando a la economía en el muy largo plazo.