El debate de hoy es crucial para la institucionalidad y la democracia de Estados Unidos, por ello es una gran noticia que el presidente Donald Trump y su contrincante demócrata, Joe Biden, se vean cara a cara ante millones de ciudadanos estadounidenses y el mundo entero.
Para los que han seguido de cerca la retórica de los dos candidatos, no hay dudas de que todos esperan que hoy Trump marque aún más diferencias orales frente a Biden, que ha demostrado constantes incoherencias y desenfoques frente a cámaras, una tendencia que no podría jugarle bien en un face to face con Trump que, además, muestra como pocos un desparpajo natural para salir de aprietos.
El moderador de esta noche, Chris Wallace, de Fox News, ha elegido los siguientes temas para debatir: economía, Corte Suprema, el coronavirus, el tema racial y la integridad de las elecciones. Pero varios temas tienen diversas aristas, así que es muy probable que la discusión se vuelque, al final de cuentas, hacia la propia estrategia de los candidatos para afrontar el debate.
Los que no querían debatir y las polémicas recientes
Si se hace memoria, varios demócratas hicieron lobby para que el debate no se realizara. Entre ellos una de sus principales figuras, Nancy Pelosi. Pues el miedo a que su candidato quedara mal parado frente a Trump podía más que el propio respeto a las tradiciones políticas-electorales. Pero el esfuerzo fue en vano, así que Biden, si quiere seguir en carrera electoral, tendrá que hacer un debate mínimamente decente contra un Trump que saltará a la yugular. En especial luego de diversas revelaciones sobre los negocios turbios de Hunter Biden con China.
Al demócrata, por su parte, el New York Times le echó una mano para atacar a Trump: los impuestos. Pero el presidente, a diferencia de su adversario, ha sido enfático en responder a la prensa sobre sus problemas de finanzas. Lo hizo hace varios años y lo volvió a hacer tras la publicación de este medio que contenía hechos inexactos entre sus acusaciones.
Al principio, la publicación del Times parecía un puñal directo al corazón de Trump, pero conforme pasaron las horas también se vio afectada, pues no mostraron pruebas de los documentos y, si en verdad los leyeron, la obtención de los mismos fue ilícita. Trump es investigado por Hacienda, eso todos lo saben, y cuando termine el proceso el presidente prometió hablar. ¿Por qué explicar esto? Para demostrar que Trump tiene argumentos para desmontar una acusación de Biden en vivo, ahora, ¿el demócrata podrá desactivar la bomba que representaría tocar el tema de los negocios de su hijo con China?
Seguridad nacional
El terreno de seguridad nacional, si bien no estará entre los temas principales, seguramente tendrá lugar y será de los más importantes durante la noche. Las finanzas de Trump vuelven a estar en el ojo demócrata, por unos 400 millones en deudas en el extranjero. Sobre esto Pelosi se preguntó en una entrevista: ¿a quién le debe?, ¿esto afecta a la seguridad nacional? Puede ser un arma de Biden. Pero del lado republicano parece haber muchos más argumentos:
- Las relaciones de la familia Biden con China no se limitan únicamente a Hunter, también hay varios familiares inmiscuidos y los negocios comenzaron, justamente, cuando Biden era una pieza clave de la administración Obama. Que Biden tenga relaciones y nexos con China, el principal enemigo actual de EE. UU., sería claramente un problema de seguridad nacional.
- La incapacidad demócrata para gobernar sus ciudades. Las protestas violentas en Estados Unidos han sido una constante durante todo el año. Diversos estudios realizados dicen que, si bien la mayoría de las manifestaciones son pacíficas, hay un número considerable de violencia una vez llega la noche; y las ciudades que sufrieron más hechos vandálicos fueron, justamente, las gobernadas por demócratas. Seguramente Trump afincará el colmillo en este punto: Biden no es capaz de dar seguridad, su partido no lo es. Además, lo más probable es que ataque la complacencia del exvicepresidente para criticar a los movimientos radicales y de izquierda que han organizado protestas violentas. Básicamente: el lema «Ley y orden» se hará escuchar.
- La política exterior, un golpe de gracia. Si en algo se ha caracterizado la administración Trump es en llevar adelante una política exterior pacificadora y poco violenta, sobre todo en Oriente Medio. Logros históricos que desnudan lo que fue una trágica postura de la administración predecesora donde Biden fue el hombre más importante para definir las estrategias diplomáticas. El Gobierno de Obama no solo fracasó en política exterior, sino que puso en peligro a EE. UU., les dio impulso a regímenes totalitarios antioccidentales (China, Irán, Cuba, Venezuela, Nicaragua); y no fortaleció las relaciones con sus aliados. Trump tranquilamente puede explotar esto como un tema de seguridad nacional y un éxito irrefutable de su gestión.
Respuesta coronavirus, salud y economía
Quizás donde más desnudo este Trump es en el tema de la COVID-19. Estados Unidos ha sido, en términos cuantitativos, uno de los países más afectados en el planeta. Pero es un tema que ha sido abordado durante todo el 2020 y el mandatario ha tenido varias respuestas para rebatir el argumento de su mala gestión: grandes cantidades de test, tasa de mortalidad menor en comparación a otros países más pequeños y el buen funcionamiento del sistema sanitario. De igual manera, Biden tiene argumentos de sobra para atacar a Trump en este ítem, pues el presidente tuvo desaciertos comunicacionales al inicio de la pandemia que, probablemente, serán recordados por el candidato demócrata.
Por otra parte, si se habla del sistema de salud americano, es muy probable que Trump tenga capacidad de contraataque al desmontar muchas promesas de Biden en sus propuestas sobre salud que conllevan a un altísimos gasto público y aumento de cargas impositivas.
Esto nos lleva al terreno económico, donde Trump, indudablemente, tiene las de ganar, pues durante toda su gestión ha roto récords en términos de empleo, crecimiento del producto interno bruto (PIB), reducción de la pobreza, mejora de las finanzas públicas, etc. Biden estará desarropado en este tema, pues sus políticas coquetean en demasía con los subsidios, el aumento del gasto público y las trabas al sector privado.
Los problemas raciales, el tema social del día
El punto más divergente entre candidatos es el tema de la raza, que también se ha venido tocando durante todo el 2020. A Trump, sistemáticamente, se lo ha acusado de racista, pero en realidad la postura del mandatario es simplemente conservadora. En términos reales, Trump puede desmontar el argumento del racismo yendo a la historia del Partido Demócrata. También de su candidato, Biden, quién es un político de larga data en Washington que ahora dice luchar contra los problemas sistémicos raciales de EE. UU., ¿pero alguna vez estuvo en la agenda de Biden y los demócratas luchar contra el racismo? Es una buena pregunta que podría hacerse Trump.
Además, el as bajo la manga de calificar al KKK como un grupo terrorista también le da fortaleza al mandatario para ganar puntos en el tema de la raza. Biden, por su parte, seguramente intentará llevar al problema de razas hacia lo que es el racismo sistémico; afianzará sus argumentos en problemas históricos-estructurales y hará promesas de que él encontrará la forma de revertirlos.
Si bien no hay muchos secretos en este ítem, el candidato que mejor salga parado aquí puede impactar positivamente en los indecisos. Trump, por ejemplo, bien podría señalar que las «razas minoritarias» han mejorado su calidad de vida desde que asumió la presidencia. Tanto asiáticos, como hispanos y negros tuvieron mejores índices de empleo, aumentaron sus ingresos y redujeron los porcentajes de pobreza. Biden tendrá que explicar cómo mejorará esto arriesgándose a un contraargumento.
La Corte Suprema y la integridad de las elecciones
Estos dos temas pueden ir de la mano, pues ambos representan la institucionalidad del país. Es aquí donde Trump tendrá que manejar y medir muy bien sus palabras y opiniones. Pues un exabrupto con los temas institucionales pueden ser un gran revés en su contra. Biden probablemente tildará al mandatario de ser un peligro para la democracia, seguramente acusará a Trump de socavar las instituciones por oficializar la candidatura Amy Coney Barrett previo a los comicios; y también esbozará que Trump no tiene intenciones de lograr una transición pacífica. En ese sentido, Trump también tiene argumentos para responder, pues son los demócratas quiénes se están preparando para desconocer los resultados y pelear las elecciones en tribunales y, constitucionalmente, Trump tiene todo el derecho de nominar a Coney Barrett.
La integridad de las elecciones probablemente girará en torno a los votos ausentes o a los votos por correo. Los republicanos advirtieron que la implementación masiva del voto por correo es susceptible a vulnerabilidades y fraudes; diversos medios, universidades y políticos demócratas desestimaron tales aseveraciones y las calificaron como «sin fundamentos». Pero últimamente se revelaron diversos escándalos sobre las papeletas por correo que pueden darle fuerza a la retórica republicana, Biden tendrá que estar fino para sacar provecho de esto, los demócratas necesitan que la votación por correo se haga de forma masiva.
Conclusiones
Si bien el tema ideológico no se tocó, no sería sorpresivo ver acusaciones de Trump hacia Biden como aliado de la izquierda radical estadounidense y del socialismo. Los antecedentes del exvicepresidente con respecto a la política exterior de Obama no lo dejan bien parado en ese sentido. Así que la atizada de Trump sería efectiva y un hecho.
El principal problema de los demócratas no son sus pocos argumentos válidos en comparación al lado republicano, sino la capacidad de su propio contendiente para salir de aprietos y contraatacar.
Por ello, más allá de lo que Trump pueda esbozar, lo clave será ver si Biden puede, al menos, hacer un debate decente. Los problemas de oratoria expuestos en la campaña, sus fallos motrices, la incapacidad de expresión sin ayudas, sumado al adversario que tiene en frente son como un coctel mortal para una candidatura que puede desplomarse en minutos.
Trump irá, seguramente, a la yugular. ¿Podrá Biden resistirlo? Lo descubriremos hoy en la noche.