Por: Jon Miltimore
Una tragedia frecuente de la historia humana se está desarrollando en Venezuela. Es imposible decir cómo concluirá o cuál será su costo humano.
Viendo los acontecimientos con la esperanza de que una resolución pacífica restaure la libertad en Venezuela, he aquí algunos datos que valen la pena tener presentes acerca de la Tierra de Gracia.
Venezuela tiene la mayor reserva de petróleo del mundo. Si bien los Estados Unidos son el mayor productor de petróleo, sus reservas representan una pequeña fracción -alrededor de un 10 por ciento- de los más de 300 mil millones de barriles de petróleo. (Fuente: UPI).
En la actualidad, la media del ingreso mensual es de $8. (Fuente: FEE (Fundación para la Educación Económica)).
En Venezuela una bolsa de dos libras de cebollas cuesta actualmente $2. (Fuente: FEE (Fundación para la Educación Económica)).
En el 2016, el precio de de la gasolina en Venezuela era de menos de un centavo de dólar por galón. (Fuente: Washington Post).
En la actualidad, aproximadamente un 90 por ciento de los venezolanos vive por debajo de la línea de pobreza. (Fuente: The Borgen Project).
En 1950, Venezuela estaba clasificada entre las diez naciones más prósperas del mundo. (Fuente: Human Progress).
En el 2018, la inflación en Venezuela superó a un millón por ciento. (Fuente: Reuters).
Proyecciones económicas muestran que la inflación en Venezuela se espera que llegue a 10 millones por ciento en el 2019. (Fuente: Miami Herald).
En 1959, el PIB per cápita de Venezuela era un 10 por ciento más elevado que el de los Estados Unidos. (Fuente: Human Progress).
Para junio del 2018, alrededor de 2.3 millones de personas habían emigrado de Venezuela, debido al colapso económico; o sea, un 13 por ciento de su población. (Fuente: The Panam Post).
Cuando Hugo Chávez llegó al poder en 1999, el PIB per cápita era un 27 por ciento más alto que el promedio de América Latina. (Fuente: Human Progress).
Las causas del sufrimiento son bien conocidas. Tal como Vernon L. Smith, premio Nobel en economía, dijo recientemente acerca del tema:
“El gobierno de Venezuela, en nombre de su pueblo y para beneficio del pueblo, incautó a las compañías petroleras grandes y malas que se apropiaban de las ganancias, pensando que cualquiera de la calle podría manejar una empresa. Empezaron a redistribuir la riqueza a los pobres, dando gratis la electricidad y por reducir la desigualdad fueron alabados por algunos (bueno, al menos por uno) de los economistas estadounidenses ganadores del Nobel.
Este pequeño e increíblemente rico país petrolero, ya no puede auto-alimentarse. Los mercados, cuyos precios coordinan e incentivan la creación de riqueza, no pueden funcionar. Los agricultores no pueden comprar semillas o fertilizantes. Las importaciones de alimentos han descendido en un 70 % y la gente no puede encontrar suficiente comida en la basura. Los factores invisible para los ojos dentro de la compleja economía de la abundancia -lo cuales, por supuesto, no aseguran que todos serán lo suficientemente productivos como para compartir en la abundancia- han colapsado totalmente”.
Smith prosigue a explicar que el sufrimiento terminaría rápidamente si los funcionarios del gobierno dejaran que las fuerzas del mercado volvieran a funcionar.
“REVIERTAN todas esas políticas, y sus efectos serían inmediatamente revertidos y la abundancia quedaría restaurada tan rápidamente como desapareció”, advirtió él.
Las palabras del premio Nóbel revelan una exasperante verdad: El sufrimiento en Venezuela no sólo es trágico. Es también absurdo y sin sentido.
Jonathan Miltimore es gerente editorial de FEE.org. Sus escritos / reportajes han aparecido en la revista TIME, The Wall Street Journal, CNN, Forbes y Fox News.