Por: Andrew Kern
“La cobertura sanitaria universal se define como la garantía de que todas las personas tengan acceso a los servicios de salud necesarios (incluidos los de prevención, promoción, tratamiento, rehabilitación y paliación) de calidad suficiente para ser eficaces, asegurando al mismo tiempo que la utilización de esos servicios no exponga al usuario a dificultades financieras”.
Organización Mundial de la Salud
La definición de la OMS describe el resultado ideal para un sistema de salud. En otras palabras, es un fin, no un medio. Sin embargo, a menudo, la atención sanitaria universal se refiere a una acción o política gubernamental, o a una forma específica de proveer atención sanitaria. Gran parte del debate sobre la asistencia sanitaria se equivoca entre el uso de “universal” como descripción de un resultado, o alternativamente, una acción gubernamental.
Muchos (si no todos) los países de los que se suele decir que tienen una atención sanitaria universal, no cumplen los criterios de la OMS. Tomemos el ejemplo de Canadá. Un documento publicado por el Instituto Fraser estimó que alrededor de 44 000 personas murieron en un período de 16 años debido a los tiempos de espera. Obviamente, si una persona muere mientras espera un tratamiento, entonces no tiene acceso a la atención que necesita.
Canadá no es una excepción. Los investigadores concluyeron que el retraso en el acceso a una cama de hospital provocó aproximadamente 5 500 muertes en el Reino Unido en el transcurso de 3 años. En un hospital de Suecia el año pasado, sólo el 20 % de los pacientes de cáncer recibieron tratamiento dentro del período de tiempo recomendado. Parece probable que aunque un sistema funcione bastante bien, todavía habrá al menos unas pocas personas que caigan por las grietas. Incluso en el sistema suizo de alto nivel que obliga a comprar un seguro de salud y proporciona subsidios para aquellos que no pueden pagar, todavía hay un 0,5 % de la población que no tiene seguro de salud. Esto no cumple con los criterios de la OMS para “toda la gente” si tenemos que interpretarlo de manera estricta.
Sin embargo, curiosamente, estos países son conocidos por tener “atención sanitaria universal”. Entonces, ¿qué está pasando? Bueno, la definición de asistencia sanitaria universal está en constante cambio. Por un lado, el sistema de salud de un país se llama universal si el gobierno promulga ciertas políticas.
Según Wikipedia:
El común denominador de todos estos programas es alguna forma de acción gubernamental dirigida a extender el acceso a la atención médica lo más ampliamente posible y establecer estándares mínimos.
Luego, una vez que se haya establecido que estos países tienen cobertura universal, un proponente puede cambiar a la definición de la OMS, que se basa en el resultado del sistema. El supuesto implícito entonces, es que las acciones gubernamentales dirigidas a un objetivo producen automáticamente ese objetivo. Pero como hemos visto en los países mencionados, las intenciones son muy diferentes de los resultados.
Además, este equívoco hace que la mayoría de las personas pasen por alto la posibilidad de un sistema no gubernamental que podría alcanzar o acercarse al noble objetivo enunciado en la definición de la OMS. El acceso asequible a la atención médica puede ser posible gracias a un mercado liberado que impulse la reducción de los precios, complementado con actividades caritativas y de ayuda mutua. Antes de la llegada de una importante intervención gubernamental en la industria de la salud de los Estados Unidos, las organizaciones de asistencia mutua ya habían puesto a disposición de la clase pobre y trabajadora una atención médica barata.
Si la atención médica universal significa acceso asequible para todos, entonces no hay razón para oponerse a ella. De hecho, es un objetivo honorable. Sin embargo, si se refiere a una política gubernamental específica, entonces está en discusión si los buenos resultados son probables, y no son en absoluto un hecho. Como mínimo, la confusión entre las dos definiciones debe terminar si se quiere que haya una discusión honesta.
Andrew Kern es fundador del sitio web “The Principled Libertarian”, con el objetivo de difundir las ideas de libertad y ayudar a definir lo que significa ser libre.