Un artículo publicado por el portal BBC Mundo titulado “¿Por qué no hay euforia en Colombia con la entrega de armas de las FARC?” en ocasión a la dejación total de armas por el grupo guerrillero pone en duda por que los colombianos no celebran este momento histórico en el país.
En un acto protocolario en el municipio de Mesetas, em el departamento del Meta en la parte central del país, y con la dejación de las ultimas armas de las FARC ante verificadores de las naciones unidas, el grupo guerrillero dejara a un lado su accionar ilícito. Este hecho, paraliza un prontuario de guerra perpetrado por una de las guerrillas más viejas del mundo, con presencia en Colombia alrededor de cinco décadas. Sin embargo, la pregunta persiste ¿Por qué todos los colombianos no celebran este hecho?
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BBC mundo en su investigación relata :
“Hay quienes lo celebran, por supuesto, pero en el país se percibe más una mezcla de reticencia, desinterés y desconfianza, que de algarabía, entusiasmo y alivio.”
Destaca el informe que en Colombia se vive “una paz sin paz”, declara el analista político, Héctor Riveros, director del Instituto de Pensamiento Liberal. Manifiesta que el Gobierno de Juan Manuel Santos “se equivocó con la sobrepromesa de decir que lo que se estaba acordando era la paz en Colombia”.
Añade que el principal actor de violencia en el país dejo de ser las FARC desde hace mucho tiempo, cuando en realidad hay otros factores que se suman al conflicto colombiano, “como la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), las propias disidencias de las FARC o las bandas criminales con capacidad de control territorial, como el Clan del Golfo.”
Destaca el analista que hay algo más para explicar la desazón y la falta de ánimo por el acto simbólico de la dejación total de armas por parte del grupo guerrillero, “La intensidad del conflicto había bajado mucho hace ya años, y por lo tanto la gente no siente un cambio significativo en su vida, como para producir la reacción de entusiasmo que uno quisiera”.
Y agrega, “Y es cierto, incluso en el último año de las negociaciones de paz, 2016, bajó sustancialmente la violencia atribuible a las FARC. Es como si esa guerrilla, en cierto modo, hace ya tiempo hubiera dejado de ser la principal preocupación de la vida cotidiana de muchos en el país.”
Destaca que los colombianos han volcado su mirada a otros problemas que han ido escalando en los últimos años en el país. Muestra de ello, es la preocupación por demás grupos armados, la economía, la infraestructura, salud, impuestos, educación.
Menciona Riveros que en la sociedad hubo una sensación escéptica en relación al acuerdo Santos-FARC, “hubo mucha gente que me dijo que sentía al proceso de paz con las FARC como un asunto de “ellos”, de la clase política, un proyecto que les resultaba ajeno.”
El senador de izquierda, Antonio Navarro Wolff, exmilitante del grupo guerrillero Movimiento 19 de abril (M-19), explicó “la predisposición positiva de los colombianos hacia la paz se perdió tras el Caguán”. El Caguán fue el proceso de paz adelantado por el expresidente Andrés Pastrana con las FARC, negociación que resultó fallida por iniciativa del grupo guerrillero.
Los colombianos recuerdan el proceso del Caguán como un fortalecimiento del grupo guerrillero, resaltando la desconfianza.
Resalta Navarro Wolff que gran parte de los actuales diálogos con el Gobierno, las FARC cometieron un grave error, “Intentaban por la fuerza ganar espacio en la negociación, pero lo perdían en la opinión pública; sólo al final le dieron importancia”.
Subraya la politización del acuerdo “La cercanía de elecciones legislativas y presidenciales de 2018 aumenta esta polarización entre los opositores al proceso de paz y quienes lo respaldan”.
El analista Hector Riveros considera que todos estos conflictos son de naturaleza “coyuntural”, y de falta de liderazgo. “Yo creo que el tema de la terminación del conflicto con las FARC es una oportunidad sin líder”.
Resalta que quien debería liderar este proceso es el presidente Juan Manuel Santos, pero: “No tiene el reconocimiento de liderazgo necesario”, “Santos no es Mandela“.
Hace poco, la firma YanHaas Poll reveló en su última encuesta la histórica desaprobación del mandato del presidente Juan Manuel Santos, con un 12 % de aprobación. A ese nivel de desaprobación lo sigue su gabinete ministerial con tan solo el 13 % de aprobación.
Esto significa que el presidente Santos internacionalmente lo ven con buenos ojos, no obstante, en su propio país lidera un gran desprestigio.
“Si tu miras cualquier encuesta de opinión”, sigue Riveros, “lo que marca es una desconfianza y pesimismo enorme, que está condicionando el ambiente de opinión en este punto”.
“Hubo quien me sugirió hace poco que, al ser Santos tan impopular, es posible que muchos se abstengan de celebrar la paz con las FARC por evitar legitimar al presidente”, indica el investigador.
Fuente: BBC Mundo