
Para el Gobierno de Colombia es cada vez es más difícil mantener un diálogo de paz con el grupo guerrillero del ELN, que ha mostrado poco compromiso y, al mismo tiempo, evidencia escasa de unidad de mando y voluntad de paz.
Después de los ataques terroristas contra la estación de Policía en la ciudad costera de Barranquilla ,y los Comandos de Acción Inmediata (CAI) en Soledad y Santa Rosa, al Sur del departamento de Bolívar, el Presidente Juan Manuel Santos decidió suspender el quinto ciclo de negociaciones en Quito, Ecuador hasta que no se demuestre más “coherencia” entre sus actos y su discurso.
Aprovechando el acuerdo con las FARC
Está claro que el ELN desde su inicio ha mantenido una fuerte posición en zonas estratégicas en el país. Ahora que ya no esta las FARC—pero sí sus disidencias—estratégicamente estos grupos beligerantes van ocupando gradualmente aquellos lugares donde se pueda acceder al control de rutas y corredores estratégicos del narcotráfico, además de la minería ilegal.
Según Ideas Para la Paz, las regiones de Chocó, Tumaco, Cauca, Buenaventura, el Bajo Cauca antioqueño, el eje Llanos Orientales-Orinoquia son ejemplos de la disputa por el control territorial, persistencia del crimen organizado, surgimiento de nuevas expresiones armadas, fortalecimiento de milicias y disidencias, entre otros. Sin embargo, cabe preguntarse si el despliegue que pueda llegar a tener el ELN es únicamente rural, luego de la creciente arremetida al interior del país.
Terrorismo urbano
Es atípico—aunque no exagerado—escuchar ataques en las ciudades. Precisamente el último ataque terrorista en la zona costera de Colombia afianza el fin de esta violencia, a través del miedo y el asesinato persuadir al Gobierno de turno y enviar el mensaje, “el enemigo no es débil”.
El adoctrinamiento es clave para cumplir las tareas dentro de los grupos terroristas; propaganda, ataque y retaliación. A diferencia de las zonas rurales en las que se enfila las toldas guerrilleras porque no hay otra opción o por constreñimiento, en las grandes ciudades se coopera por una afinidad política.
Lea más: Ola de ataques terroristas en Colombia, Santos pide acabar con mesa de diálogo con ELN
En febrero de 2017, en la cuenta en Twitter de Ranpal (Radio Nacional Patria Libre, autodefinida como radio oficial del ELN) en un comunicado se aseguraba que la autoría del atentado terrorista contra una patrulla policial del Esmad el 19 de ese mes en el barrio La Macarena de Bogotá había sido a manos de esa guerrilla. Decenas de policías preparaban el operativo de seguridad de la última corrida de la temporada taurina en la capital colombiana a realizarse en la plaza la Santamaría. En horas de la mañana se activó una explosión que dejó 26 personas heridas: 24 policías y dos civiles.
El V Congreso del ELN llevado a cabo en enero del 2015 trató su “Nueva Visión Dinámica Operacional”. El grupo guerrillero estableció una línea defensiva estratégica ante la ofensiva del Estado. El método empleado se basa más en “inteligencia, fuerza profesional especializada y la tecnología” y en la proyección de “acciones de más trascendencia”.
Para esto, el mando central adoptó el Plan Nacional Militar Urbano 2017, que comprende la creación de células urbana con el objetivo de constituir un Frente de Guerra Urbano Nacional, al menos en 10 ciudades: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Barrancabermeja, Cúcuta, Popayán y Neiva. En ese contexto, plantean crear “escuelas de suboficiales urbanos” para instruir tropas especiales, equivalentes a las “fuerzas especiales”, estrategia tomada de las FARC.
De acuerdo con las autoridades, la captura de Cristian Camilo Bellón después de haberse detonado el artefacto explosivo en la ciudad de Barranquilla es clave para identificar la articulación de las células terroristas del ELN en las ciudades. A Bellón le fue encontrado al momento de su captura un radio y planos en donde se detallarían los ataques. De acuerdo con las investigaciones, no es la primera vez que el nombre de Bellón aparece relacionado con actos terroristas. Su nombre aparecería por primera vez durante una serie de allanamiento que se realizaron en julio de 2015 en Bogotá.
Por varios meses, en diferentes sitios de la capital fueron detonados artefactos de bajo alcance que llevaban consigo algunos panfletos distintivos al Ejercito de Liberación Nacional (ELN). En ese momento se logró la captura de 13 personas, entre ellas varios estudiantes y una profesora de universidades públicas. Estas personas fueron identificados como integrantes de un grupo autodenominado Unión Camilista Revolucionaria Llamarada-Mentes libertalias (LL-ML). Se trataba de una célula que reclutaba a sus integrantes en universidades y que una vez eran admitidos recibían formación en curso de explosivos, entre otros, por parte del ELN.
El fortalecimiento de estas células terroristas se gesta a través de la presencia en universidades, especialmente públicas, en las que aparecen en auditorios a dar charlas sobre la militancia guerrillera. El modus operandi es el mismo utilizado por otras células como el Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), tanto la autodenominada Unión Camilista Revolucionaria Llamarada-Mentes libertalias y el MRP funciona bajo el esquema terrorista conocido como triadas.
Centro Andino
En 2017, el ataque terrorista al Centro Comercial Andino en la ciudad de Bogotá dejó un saldo de tres mujeres muertas y ocho personas heridas es ejemplo del escalamiento de la guerra en las urbes. Muchas hipótesis se han tejido alrededor de este lamentable ataque, sin bien existen capturados estos no han sido imputados. Sigue generando especulaciones las pruebas aportadas al proceso penal en contra de los sospechosos del atentado en el Centro Comercial Andino. Por una parte, las pruebas no son convincentes para la opinión pública y, por otro lado, la defensa tilda al proceso de ser un falso positivo judicial.
La Fiscalía en su acusación señaló que las personas capturadas hacían parte del Movimiento Revolucionario Popular (MRP) guerrilla urbana de izquierda, populista y radical ligada al ELN, que comenzó sus ataques en 2015.
Lea más: ¿Qué esconden las autoridades colombianas al no publicar vídeos del atentado en el Centro Andino?
En una entrevista para La Noche de NTN24, el exministro de Defensa sorprendió con una fuerte declaración al ratificar que detrás del atentado terrorista al Centro Comercial estaba una milicia urbana del ELN, y agregó que el Gobierno minimizó el tema para trasladar la responsabilidad a otro grupo rebelde para mantener unos diálogos sostenidos en Quito.
¿FARC y ELN, igualmente distintos?
A diferencia de las FARC, el ELN no concentra grandes estructuras armadas, sino que este opera mediante la infiltración de milicianos en la población y zonas urbanas.
Los recientes ataques del ELN buscan una aproximación y posicionamiento de esa guerrilla como una fuerza vigente en términos militares, susceptible de una negociación política. Esta modus operandi, es similar el empleado por las FARC en su momento, es frecuente identificar al inicio de negociaciones o acercamientos con el Gobierno escalamientos de violencia dispares. Este tipo de acciones también encuentran semejanza con la experiencia internacional con otros grupos rebeldes.