Las recientes encuestas de intención de voto en Colombia revelan que en la segunda vuelta presidencial estaría el candidato de izquierda Gustavo Petro codeándose el cupo para la presidencia en el periodo de 2018-2022.
Ante la escalada en las encuestas conviene analizar el programa económico del candidato progresista que ha llamado la atención de muchos, en especial del sector productivo del país. Básicamente la propuesta de Petro pretende “una reforma generacional” en Colombia, con el fin de pasar de un modelo extractivista a uno esencialmente productivista.
Sin embargo, el fantasma que ronda la propuesta económica de la Colombia Humana de Petro es el que tiene que ver a la forma de financiación. En este sentido, el exalcalde de Bogotá ha sido enfático al señalar que el país necesita gravar grandes excedentes económicos que no van a la producción. Por ejemplo, tierra fértil no cultivada, dividendos que salen del país, actividades no necesarias de alta contaminación, entre otros.
“Nosotros proponemos transitar hacia un modelo que convierta a Colombia en potencia agraria y ambiental y permita el desarrollo integral de la industria. Es decir, proponemos todo lo contrario a lo que ha sido tanto en la Venezuela de hoy como en la Colombia de hoy”, señala el documento que lleva por nombre ‘Política Económica para la Colombia Humana’.
Energías renovables
Una de las principales propuestas de Petro es la relativa a las energías renovables. Según el candidato, Colombia puede apuntar a esta dirección y establecer un cambio en la matriz energética del país.
En opinión del economista Luis Guillermo Vélez, los costos de inversión en la infraestructura requerida por esas energías son todavía más elevados que los de las energías tradicionales y esto es particularmente significativo en el caso de Colombia.
“Prácticamente en ningún país del mundo esas energías renovables se han podido introducir en la matriz energética sin alguna clase de subsidio que en definitiva paga el ciudadano, como consumidor, en su factura de electricidad, o en impuestos, como contribuyente”, dijo.
El experto aseguró que las energías renovables no convencionales tienen que competir con la generación hidráulica, igualmente limpia y renovable y mucho menos costosa.
Recordó que en Colombia ya se han tomado decisiones de política pública con el fin de calificar el ingreso de energías renovables a la matriz energética.
“Entre ellas, se encuentra la Ley 1715 de 2014 que regula la integración de dichas energías al sistema eléctrico, el decreto 0570 de 2018 mediante el cual se dispone la creación de un mecanismo para la contratación de largo plazo de la energía producida con fuentes renovables. También está vigente la resolución 30 de 2018 que regula las actividades de autogeneración en pequeña escala, es decir, que permite la conexión al sistema eléctrico de la energía producida mediante fuentes renovables no convencionales”.
Al mismo tiempo, sostuvo que desde ahora cualquier hogar colombiano o empresa puede instalar paneles solares o turbinas eólicas en los techos de sus residencias o instalaciones productivas.
Diversificación de la canasta exportadora
A raíz de la reciente crisis económica generada por la bonanza petrolera y el mal manejo de esos réditos por parte del Gobierno de Juan Manuel Santos, el candidato de izquierda ha insistido que es urgente diversificar y dar prioridad a la canasta de productos que Colombia ofrece al resto del mundo.
“En 2003 el país mostraba una canasta exportadora diversificada. Diez productos, entre los cuales se encontraban cinco productos industriales, respondían por el 57 % de las exportaciones. Los cinco productos primarios (petróleo, café, flores, carbón y bananos) tenían una participación relativamente equilibrada. Después vino el alza en los precios del petróleo en los mercados internacionales y la producción, la inversión, las exportaciones y los ingresos fiscales de esa actividad se elevaron”.
Y agregó, “¿qué se podía hacer ante esa situación que condujo a lo que Petro llama el ‘extractivismo’? ¿prohibir la producción, la inversión y las exportaciones petroleras?”.
Vélez, manifestó que para palear este panorama la receta es sencilla: “el Gobierno, como cualquier particular, para definir su gasto debe atenerse al ingreso permanente, no al ingreso coyuntural; debe por tanto ahorrar durante los auges para poder mitigar el efecto fiscal de las depresiones”.
Igualmente señaló que en el Gobierno de Santos los ingresos petroleros alcanzaron niveles nunca imaginados, ingresos que fueron derrochados en burocracia y asistencialismo. “Dudo mucho que un gobierno encabezado por Gustavo Petro que quiere darlo todo gratis hubiera procedido de forma distinta al gobierno de Santos”.
Pensiones
El tema pensional en Colombia advierte una urgente reforma han señalado destacados economistas y analistas, pues el actual diseño pensional no permite solucionar los problemas de equidad, cobertura, sostenibilidad y solidaridad.
En esta materia, Petro propone “sacar los recursos del ahorro obligatorio para pensiones y salud del control de los dueños privados de la banca”, con el fin de que ese ahorro financie la industrialización de la banca pública con la participación de campesinos y cooperativas agroindustriales, en el caso del Banco Agrario.
Además, ha propuesto no subir la edad de pensión sino subir la producción, que a su juicio es lo que sostiene el sistema, esto lo ha llamado “pensiones justas”. La creación de una administradora pública de fondos de pensiones, está dentro de sus prioridades.
De acuerdo con el economista Freddy Castro, cuando fue alcalde en la Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá, Petro trató de crear un banco para apoyar a los “emprendedores de la economía popular”.
“En ese caso los recursos eran públicos. Ahora calcule lo que podría hacer un político, con intención de continuidad, con los más de USD $218 billones que administran los fondos de pensiones obligatorias”.
Cabe recordar que el candidato progresista ha señalado eliminar el sistema de fondo privado de pensión ya que este fracaso, “no asegura la pensión”, señala.
Castro puso el siguiente ejemplo al respecto, “imagine que usted tiene USD $50 millones en su cuenta individual, valor que sería tomado por el Estado para, tal como afirma Petro, “conducirlo a la inversión en el agro y la industria”. El problema empieza cuando un banco público, o la entidad que sea, dirigido por políticos o por una “junta administrada por campesinos”, otorga créditos con criterio político. Olvídese de las evaluaciones de riesgo previas al otorgamiento de un crédito, olvídese de la capacidad de pago, olvídese de sus USD $50 millones”.
Según el experto, es bien visto criticar al sistema financiero, hecho que genera aplausos en diferentes sectores, y, decir que les va a quitar plata, lleva a la ovación. “Sin embargo, esta es la cuota inicial para expropiar nuestro ahorro”, sentenció.