El magistrado Armando Novoa del Consejo Nacional Electoral (CNE) propuso, la semana pasada, eliminar el voto en blanco para la segunda vuelta presidencial en Colombia. El motivo de la propuesta, consideraba el magistrado, era por razones constitucionales.
A través de un documento pidió que se excluyera de la tarjeta electoral la casilla del voto en blanco para presidente y vicepresidente. Sin embargo, la propuesta del magistrado Novoa no fue escuchada por el Consejo Nacional Electoral ni la Registraduría Nacional, que desestimaron la petición.
La respuesta de la Registraduría Nacional es que la normatividad vigente no permite excluir el voto en blanco, ya que resultaría en una acción inconstitucional, pues este es una forma simbólica de protesta frente a los candidatos a elegir en el proceso democrático.
“El voto en blanco es una forma de participar en política y expresar inconformismo frente a las candidaturas de una determinada contienda electoral (…) de expresar una opinión de inconformismo con los candidatos específicos, y de solicitar que la elección sea en otros términos. Además, por regla general, con la abstención no se ejerce el derecho y se cumple el deber de votar”, se lee en la sentencia de la Corte Constitucional 221 de 2015.
De manera que esta propuesta parece venir jalonada por algunos sectores luego de conocer las elecciones de primera vuelta a la presidencia. Uno de los principales argumentos es que muchos votantes lo harán en blanco o que el voto en blanco “beneficia” a uno de los candidatos.
¿Es viable la propuesta?
Carlos Andrés Pérez, director del Centro de Análisis y Entrenamiento Político (CAEP) dijo a PanAm Post que la solicitud del magistrado Novoa no tenía consenso en el Consejo Nacional Electoral.
Además, el experto destacó que difícilmente en un país sin voto obligatorio como es el caso de Colombia, al tener un tarjetón para segunda vuelta sin casilla de voto en blanco incrementaría los votos de uno u otro candidato, porque la acción de protesta que se daría marcando el voto en blanco se reemplazaría por la abstención como otra acción de protesta.
“Tener o no casilla de voto en blanco en segunda vuelta, donde no tiene efectos más allá de la protesta, es irrelevante porque seguirían existiendo opciones válidas para demostrar inconformidad: depositar el tarjetón sin marcar o abstenerse”, dijo.
Para la internacionalista Lucia Fillippo, eliminar el voto en blanco sería eliminar una gran opción de representación democrática.
“Idealmente, las elecciones deben representar las preferencias políticas de los ciudadanos, no el descarte de ellos o el ‘menos peor’. Ahora bien, es claro que para esta segunda vuelta el país se encuentra muy polarizado y las dos opciones que existen están jugando a ser políticos ‘catch all’ que utilizan estrategias como el miedo y hacen campaña tanto de mentiras como de contraste para conseguir más votos”.
Explicó entonces que en democracia el voto en blanco es inminentemente necesario, así no tenga efectos jurídicos, “la democracia se trata de plasmar las preferencias del pueblo”, dijo.
El voto fajardista y el voto en blanco: la disputa de Duque y Petro
Luego de conocer el resultado electoral de la primera vuelta en el país, varios sectores que apalancaron un considerable número de votos manifestaron que lo harían en blanco. Pues su bandera es que tanto Duque ni Petro representan sus intereses políticos.
Sergio Fajardo, el candidato de la Coalición Colombia así lo hizo saber también. Por otra parte, se sumó el exjefe negociador del Gobierno con las FARC Humberto de la Calle, Jorge Robledo senador del Polo Democrático y el exconcejal de Bogotá Carlos Vicente de Roux. Votos con los que contaba el petrismo al considerarse una alianza alternativa al uribismo.
De acuerdo con los resultados de las votaciones de Fajardo la mayoría de sus votos fueron logrados por voto de intención y voto joven que se resiste a adoptar una postura frente a “dos extremos” como han calificado ambas candidaturas.
Según la ultima encuesta de Yanhass, el voto de Fajardo está dividido. Los fajardistas antioqueños son uribistas, razón por la que optarían por Duque en la segunda vuelta y confirman una amplia ventaja con un 52 % frente a un 34 % de Petro, y un 14 % en blanco. Mientras que los fajardistas bogotanos irían por Petro con el 54 % a favor frente a un 39 % de Duque y un 6 % en blanco.
Fajardo, con todo, optó no comprometerse por ahora, esto demuestra al político antioqueño interesado más en un programa de Gobierno que no polarice, que en subir cualquier alternativa que no sea uribista.