El presidente electo Iván Duque señaló a la Revista Time que el principal error del actual mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, durante el proceso de paz con la exguerrilla de las FARC, fue “dividir a los colombianos entre amigos y enemigos de la paz. Para mí no hay enemigos, y todos queremos la paz”, dijo.
El pasado 17 de junio, durante su primer discurso como presidente ratificó: “Hoy somos todos amigos de construir una paz y debe ser una paz que ante todo preserve ese deseo de permitirle a la base guerrillera su desmovilización, su desarme, su reinserción efectiva”.
Y agregó, “esa paz que reclama correcciones, tendrá correcciones para que las víctimas, de verdad, sean el centro del proceso y garanticemos verdad, justicia, reparación y no repetición”.
Asimismo, relata Time que Duque promete llevar a Colombia hacia adelante mediante la unión de sus divisiones pero es claro que el candidato elegido por el Centro Democrático enfrenta obstáculos enormes.
La corrupción y el aumento del desempleo, se suma a una lista de preocupaciones en un país que termina un conflicto armado con una de las principales guerrillas que llevó acabo su lucha por más de cinco décadas contra el Estado colombiano. Destaca el semanario estadounidense, que el auge de cultivos de coca está alcanzado nuevos máximos, y las actuales mafias criminales poderosas que controlan los diferentes territorios en en Colombia y en el exterior.
Además, aseguran que Duque se enfrenta a una crisis regional promovida por Nicolas Maduro en Venezuela al impulsar las políticas chavistas que han obligado a salir a miles de venezolanos hambrientos y enfermos que pasan diariamente a través de la frontera colombiana.
El presidente electo también planea trabajar con los Estados Unidos para reunir a los vecinos de la región y tomar una postura más dura contra Venezuela, donde Maduro está consolidando el poder. “Creo que nuestra diplomacia regional durante los últimos 20 años ha sido muy débil con Venezuela”, aseguró.
Duque, quien llegó al poder con la promesa de revisar el acuerdo (de paz), debe resolver esa paradoja si ha de tener éxito en su ambición de convertirse en un nuevo arquetipo de lo que puede ser un líder en América Latina, explica el semanario.
Según el mandatario el acuerdo de paz con las FARC “dejó una fractura en la sociedad colombiana. Y creo que ahora es el momento para sanar esa herida “. En este sentido, Duque explicó que toda su vida ha sido una persona que ha creído en la paz pero aseguró que la única forma de garantizar la paz en cualquier sociedad es con el Estado de derecho.
“Duque debe modificar el acuerdo de una manera que agrade a todo el mundo: los firmantes, los colombianos y la comunidad mundial”, destaca Time.
Y se ha comprometido a mantener las disposiciones que él dice están trabajando, como la reincorporación de las FARC a la vida civil.
Según Gallup, en 2017 sólo el 22% de los colombianos tenían confianza en el Gobierno. Para 2010, durante los primeros días de gestión de Santos, las diferentes encuestadoras registraban una imagen positiva del 84% del presidente.
Para corregir esto, Duque dice que va a construir una Colombia que funcione para todos.
“Quiero ser el presidente de la justicia social en Colombia. Para aumentar y mejorar la calidad de la cobertura de salud, educación, vivienda y deportes, pero al mismo tiempo, garantizar el nivel de seguridad y la justicia en todo el país, para que nadie se sienta amenazado por delincuentes. Esa es la manera de garantizar la paz”.
Time explica que si bien los días de Escobar se han ido, la droga sigue siendo una industria millonaria.
“La fabricación de cocaína, se disparó a 180.000 hectáreas el año pasado, en comparación con 48.000 hectáreas en 2012 en el inicio de las conversaciones de paz”, reseña la publicación
Números que han llamado la atención de Washington, ya que Colombia ha recibido USD $ 10 mil millones en ayuda de Estados Unidos desde 2000 para luchar contra el tráfico de drogas. Precisamente, el presidente Donald Trump había lanzado una advertencia de descertificar a Colombia como socio en la guerra contra las drogas, una medida que pondría en peligro al menos USD $ 400 millones que se han comprometido para el posconflicto en el país. En la visita de Duque a Washington, Trump le manifestó que su Gobierno debe tener en cuenta la reducción de los cultivos ilícitos “es vital para Colombia”, dijo.
Al final, dice Duque que admira en especial a un expresidente de los Estados Unidos: “Lo que admiro de Lincoln es su humildad, creatividad, amor por su personas y capacidad para construir consenso en tiempos de crisis”.