En su primera aparición en 2019, Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, criticó fuertemente la implementación de los acuerdos de paz y aseguró que la guerrilla de las FARC no debió haber entregado las armas hasta tener garantizado el acuerdo de reincorporación política, económica y social de los guerrilleros.
https://twitter.com/IvanMarquezFARC/status/1084202551019491328
Los vaivenes del exlíder de las FARC mientras se mantiene en la clandestinidad ha puesto sobre la mesa la discusión de catalogarlo como un “objetivo de alto valor” o una amenaza para el actual proceso de implementación del acuerdo de paz.
Pero antes de responder a estos interrogantes, el Gobierno de Iván Duque, a través del alto consejero para el Posconflicto, Emilio Archila, pidió a la Justicia Especial para la Paz (JEP) definir la situación en ese tribunal de Márquez, quien tiene “como obligación” participar en la implementación del acuerdo de paz y no lo está haciendo.
“La condición de ser sujeto a la justicia transicional no es gratis, él debería estar en un proceso activo de su propia reincorporación y al no hacerlo es una de las causales que hay para que lo saquen de la JEP”.
Es decir, si el exfarc es expulsado de la justicia especial pasará automáticamente a ser juzgado por la justicia ordinaria y perdería todas las garantías tanto jurídicas como políticas que ofrece el acuerdo.
Al mismo tiempo, Archila dijo que lo que está haciendo Márquez no tiene “ninguna justificación”, pues considera que hace una “invitación implícita a las armas”.
Por su parte, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, señaló que conocen el paradero exacto del exjefe guerrillero, e insistió que le siguen los pasos de cerca, “inteligencia de las Fuerzas Militares por lo general siempre sabe dónde están estas personas, siempre les hacen una vigilancia permanente”.
Públicamente el paradero del exguerrillero se desconoce desde que en agosto de 2018 abandonara la Zona de Reincorporación en Miravalle, Caquetá por motivo de protesta a la captura del también exfarc y negociador Jesús Santrich.
Cabe destacar que Márquez se convertiría en “objetivo de alto valor” si llegase a delinquir, esta era la tesis del anterior comandante del Ejército Nacional, general Ricardo Gómez Nieto.
“Márquez justifica el uso de las armas”
PanAm Post habló con Carlos Chacón director ejecutivo del Instituto Libertad y Paz sobre la reaparición del exjefe guerrillero y las implicaciones de su discurso en el proceso de paz.
A su juicio, el video pone en evidencia la forma en que las FARC utilizaron los acuerdos negociados con el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos “como un caballo de Troya para ganar legitimidad y espacio político”.
“Al menos públicamente para finales de 2010 habían perdido como resultado de varias décadas de crímenes de toda naturaleza, pero especialmente porque tras su fachada de subversivos, estaban dedicados al narcotráfico y otras actividades como organización de crimen organizado transnacional, lo que motivó que el pueblo colombiano los rechazara. Habían perdido el apoyo popular tras desenmascararse que la supuesta lucha por el pueblo no era sino un infame justificativo para secuestrar, extorsionar, asesinar, tomarse municipios con pipetas de gas, bombardear iglesias llenas de civiles, y todas los demás barbaries a las que estábamos acostumbrados ver en cualquiera de las ediciones noticiosas”, dijo Chacón.
El experto explicó que lo dicho por Márquez les permite justificar el uso de armas, y que no será de extrañar que en los próximos meses empiecen a justificar las actividades criminales de varias de las estructuras, ahora llamadas disidencias, conformadas por sus frentes armados que no se desmovilizaron o que si lo hicieron en un principio rápidamente se reincorporaron a la vida delictiva alegando que tuvieron que volver a las armas porque el Estado les incumplió.
“Y desde sus estructuras políticas y sus activistas y académicos afines, nuevamente alegarán que se trata de violencia política y que las acciones criminales de esas estructuras obedecen a las llamadas -por ellos- causas objetivas del conflicto y responsabilizando una vez más de forma abstracta al Estado colombiano. Ahora tienen espacio político, reconocimiento internacional, financiamiento estatal, y además capacidad armada”, concluyó.