Cero y van dos. La semana pasada en una sesión de la Comisión de Paz la cual fue levantada por un altercado, este lunes la audiencia pública que se llevó a cabo en el Senado con víctimas del conflicto sobre las objeciones a la JEP revivió el conflicto y terminó en gritos y hasta empujones.
El rifirrafe lo protagonizó Sofía Gaviria, exsenadora del partido Liberal y fundadora dela asociación de víctimas de las FARC, y la exformula vicepresidencial de Gustavo Petro y hoy senadora, Angela Robledo.
El desencuentro fue protagonizado porque supuestamente se le dijo a Robledo que tomara atenta nota mientras se enumeraba una lista de crímenes atribuidos a exguerrilleros de FARC.
El camino de este nuevo capítulo fue abonado por Sergio Álzate, exasesor de la senadora Gaviria, quien manifestó que desde la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) se están entregando multimillonarios contratos a asociaciones de victimas vinculadas con los victimarios, por lo que exigió una equidad para todas. Esto hizo despertar el rechazo de Robledo, quien increpó a varios asistentes y solicitó casi que a a gritos solicitó a la senadora Paloma Valencia, moderadora de la audiencia respeto.
“Las armas las valoraron en $220.000 millones cop. Qué bueno, representante, que esté tomando nota de eso, porque no tomó de los secuestrados, ni del inventario de bienes ni de los listados. Qué bueno. Gracias”, indicó Alzate refiriéndose a la labor de la representante Robledo.
A renglón seguido, se registró un rechazo de los asistentes y chiflidos sobre lo que estaba ocurriendo en el Salón de la Constitución en el senado. La exigencia de Robledo de respeto fue respaldada por el senador de izquierda Iván Cepeda, que manifestó que la audiencia debía ser equilibrada en el uso de la palabra.
“A ver, senador Cepeda, esta audiencia la organicé yo y usted me avisó a última hora que venía”, expresó Paloma Valencia. Pero retomó la palabra Robledo y muy alterada pidió respeto.
“Senadora Paloma, exijo respeto a una tarea que he hecho durante ocho años. No viene alguien que dice que es víctima a decir qué hacer. A mí me respeta, señor. Yo llevo años trabajando por la paz en este Congreso de la República, con todas las víctimas, y he exigido la verdad de todos los victimarios. A mí me respeta. Yo soy una mujer de paz”, alegó Robledo, subiendo de tono con cada palabra. En ese instante el auditorio parecía más una plaza de mercado que una audiencia pública en el Congreso.
Al respecto, Gaviria en la puja por quién tomaba la vocería en la audiencia pública le manifestó que ella no había asistido para debatir sino a escuchar a las víctimas.
“Ángela María, yo no vine a un debate con usted, vine a escuchar a las víctimas. Se calma y me respeta también”, contestó la excongresista, ordenando a todos los asistentes a hacer silencio porque la audiencia era para las víctimas. “Yo también soy víctima. Nunca lo he dicho, pero lo soy. Déjeme hablar”, a lo que respondió Robledo, “no lo permito, exsenadora Sofía. Yo también fui víctima de las Farc y aprendí a respetar el dolor ajeno”.
Trabajaré para cambiar ese pais donde los crimínales desafian y calumnian a sus víctimas protegidos por nuestros impuestos, donde los corruptos difaman a la gente honesta y trabajadora, donde la justicia esta politizada y algunos medios ajustician con sus visceras
— Sofía Gaviria Correa… (@SOFIAGAVIRIAC) March 16, 2019
El ambiente continuó tenso a tal punto que ante las constantes rechiflas de algunos asistentes contra la representante Robledo, terminó por llorar y buscó el respaldo del padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad.
Minutos después ingresó la policía para calmar los ánimos, y en medio de la situación un escolta de Robledo empujó a uno de los periodistas de televisión que se encontraba en el lugar, lo que provocó mayor controversia.
Gaviria ha sido una fuerte crítica del papel de la Jurisdicción Especial para la Paz. Además, de ser una defensora de las objeciones del presidente Duque ha estado acompañando a las mujeres de la Corporación Rosa Blanca quienes vienen denunciando la violencia sexual que vivieron al interior de la guerrilla de las FARC, y que al parecer pretenden desconocer.