El expresidente de Colombia, Andrés Pastrana, arremetió contra el proceso de paz negociado entre el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC.
Para Pastrana, en diálogo con el diario El Espectador, la negociación que hizo Santos fue el peor proceso de paz para el país, pues dejó a unas FARC armadas, al tiempo que están en la política; un boom de cultivos de coca; jefes guerrilleros que huyen de la justicia, y diversas organizaciones armadas y fortalecidas a lo largo del territorio. Retos que ha tenido que enfrentar el presidente Iván Duque, dijo.
“Muchas cosas de este proceso de paz las respaldamos y yo las sigo respaldando, pero hay dos fundamentales que es donde se está viendo el fracaso”, puntualizó al momento de hablar sobre el panorama de la justicia y el narcotráfico en el país.
Entre los logros del doble mandato del expresidente Álvaro Uribe y que recibió Santos se destaca el control territorial de la mano de las instituciones militares y el avance en el monopolio legítimo del uso de la fuerza. Asimismo, se registró una reducción sustancial y operativa del accionar de guerrilleros y paramilitares, logrando la desmovilización de 34 bloques paramilitares adscritos a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en el marco de la justicia transicional de la Ley de Justicia y Paz. Entre 2003 y 2006, 31.671 de sus integrantes entregaron sus armas.
Adicional a esto, se logró una importante reducción de delitos de alto impacto. Los homicidios disminuyeron en un 38% al pasar de 28.534 casos en el 2002 a 17.717 en ella 2009 y los secuestros cayeron en un 92 por ciento, al pasar de 2.882 en 2002 a 213 en el 2009. Y se redujo también los hurtos a entidades financieras en un 65 por ciento y a vehículos automotores en un 47 por ciento.
Según el analista en temas de seguridad, Hugo Acero, el expresidente Álvaro Uribe consolidó la dirección como comandante en jefe de la Fuerza Pública con base a su misionalidad constitucional.
Pastrana defendió la zona de distensión
El reproche del expresidente conservador no es un secreto. Desde que se negoció el acuerdo de La Habana ha manifestado su malestar a tal punto de señalar que el proceso de desarme que él intentó hacer, y por el que fue tan criticado, fue menos lesivo que el negociado actualmente.
Sobre las negociaciones en la zona de distensión, o zona de despeje del Caguán, fue claro. Pese a que en 1998 se entregaron legalmente 42 000 kilómetros de territorio, en su mayoría zona selvática, a las FARC, dijo que esa extensión entregada “no es nada” parafraseando al líder guerrillero alias “Tirofijo”.
“Primero hay que hacer claridad que 42 000 kilómetros en Colombia no son nada. Como decía Tirofijo: ‘A mí no me despejaron nada, ese terreno es de nosotros’, y era verdad. La gente hace mención a la silla vacía, pero las que quedaron mal fueron las FARC porque las desenmascaramos. Yo después se lo dije a Manuel Marulanda: ‘Le voy a crear el Ejército más grande e inteligente de América Latina’, y él terminó siendo el terrorista más grande del mundo. Le dejé a Álvaro Uribe el Ejército más poderoso del continente, y por eso pudo trabajar su seguridad democrática”, dijo.
Pastrana ordenó el despeje militar de la zona a través de un Decreto expedido el 14 de octubre de 1998 sobre los municipios San Vicente del Caguán; Uribe, Macarena; Vistahermosa y Mesetas, ubicado en los departamentos de Meta y Caquetá. Y agregó que fue gracias a las buenas relaciones exteriores con Estados Unidos que se pudo lograr financiación para la construcción de la política de seguridad que construyó posteriormente el expresidente Uribe.
“Los US$7,5 billones que conseguimos con los americanos en el Plan Colombia fue lo que permitió que se desarrollara la política de seguridad democrática de Uribe”.
Fue enfático al señalar que contrario a lo que se piensa históricamente, el fortalecimiento estratégico de las FARC no se dio gracias a la zona de distensión. Según comentó, los guerrilleros “terminaron haciendo fiestas y bacanales, no entrenaban”. Además, aseguró que durante el tiempo que duró la zona de distensión (aproximadamente cuatro años) no ocurrió un secuestro y que al momento de confirmar que las FARC no estaban para negociar, ordenó la reapertura del territorio y pidió la captura de los cabecillas del secretariado de esa guerrilla.
Cabe destacar que a raíz de la fallida negociación, en febrero de 2002 Pastrana ordenó la recuperación del Caguán. La Fuerza Pública inició la retoma con fuertes bombardeos en la zona. A la fecha siguen los enfrentamientos entre el Estado colombiano y diferentes organizaciones armadas.
Pese a los datos entregados por el expresidente Pastrana en materia de acciones criminales durante la zona de distensión, para febrero de 1999, mientras continuaba vigente el Decreto, fueron secuestrados tres estadounidenses indigenistas. Precisamente, el asesinato tiempo después a manos de las FARC de los tres ciudadanos extranjeros entorpeció la negociación.
Además, según diferentes informes militares, en su momento detallaban que las FARC se fortalecieron para dicha época en la zona de distensión por la prohibición de ingreso a las autoridades, sumado a los ataques terroristas que llevó a cabo la guerrilla en municipios periféricos. Pero no todo fueron malas noticias para Pastrana, en febrero de 2001 la organización guerrillera entregó a 62 menores que tenían en su poder y en junio del mismo año entregaron a los primeros militares que tenían secuestrados.
“Pastrana negoció con FARC teniendo un Estado fallido”
PanAm Post habló con Jaime Luis Zapata, director de Risk & Forecast, sobre el proceso negociado con las FARC por el expresidente Pastrana y el negociado por el expresidente Santos.
Comparativamente, Zapata aseguró que dadas las condiciones para esa época el proceso de Pastrana fue peor, pero que tuvo muy buenas bases como el Plan Colombia que fue aprovechado posteriormente por Uribe y que sirvió para que Santos pusiera a unas FARC debilitadas militarmente a negociar.
“La negociación de Pastrana fue peor. Lo obligaron a despejar un territorio del tamaño de Suiza donde el Estado colombiano no podía acceder. Sin embargo, tiene un plus y es el Plan Colombia. Muchas de las cosas que hizo el expresidente Álvaro Uribe en materia de seguridad y defensa nacional las hizo aprovechando las bases que había dejado Pastrana”, indicó.
Al mismo tiempo, afirmó que Santos no hubiera podido llevar a cabo el proceso con las FARC si antes no hubieran sido debilitadas por la política de Seguridad Democrática de Uribe. “En este sentido, es difícil comparar históricamente el proceso de negociación de Santos y Pastrana, pese a que hay hechos notorios”.
“A Pastrana le faltó decisión, pero cabe aclarar que para dicha época Colombia era un Estado fallido, era muy difícil negociar desde una posición de fuerza como sí lo hizo Santos, entonces hay que tener en cuenta eso. Una cuestión es negociar en un Estado fallido y otra cuestión es hacerlo con un país creciendo al 5 o 6 por ciento con Uribe”, concluyó.
Pastrana, el de ‘la silla vacía’
Una histórica foto registrada en 1999 detalla a un Pastrana negociador, pero sin su par de las FARC. Para ese año, Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo”, lo dejó plantado en la mesa de negociaciones al no asistir.
@colombia_hist El 7 de enero de 1999, comenzó el proceso de paz entre el gobierno Pastrana y las Farc, fecha en que Manuel Marulanda no acudió a la apertura de la negociación en San Vicente del Caguán y dejó la silla vacía que se convirtió en un símbolo de la fallida negociación pic.twitter.com/r5sUpva5Nx
— Danny Chamorro (@dan_ichu) March 3, 2019
Sobre el recordado caso, las declaraciones del excomisionado de paz, Víctor Ricardo, sacudieron en ese entonces la famosa ‘silla vacía’ en el Gobierno Pastrana. Según el excomisionado, tanto Pastrana como él sabían que “Tirofijo” no iba a asistir durante la apertura de los diálogos de paz, lo cual fue desmentido por el expresidente conservador.
Cabe destacar que la década de los 90 en Colombia fue donde el narcotráfico tuvo un papel importante sobre todo en la política. El mismo Pastrana recordó en 2013 cómo recibió el país de su antecesor el expresidente liberal Ernesto Samper involucrado en un caso de narcotráfico.
“Los conservadores no cabemos donde hay alianzas con Samper (…) El narcotráfico le robó la Presidencia al Partido y a los colombianos en el año 1994 (…) Una alianza entre Santos y Samper es una alianza inmoral, Santos fue el principal conspirador del presidente Samper cuando el proceso 8.000 y hoy no entendemos que hay detrás de esa alianza”, señaló Pastrana a El Espectador cuando sonaban las campanas del segundo mandato que hoy tiene en apuros a Santos por una presunta financiación ilegal con dineros de Odebrecht.
Precisamente, el mismo Pastrana es uno de los más interesados en el proceso contra Santos, pues ha solicitado en varias ocasiones que se adelante un proceso por indignidad contra Santos por su relación con la corrupta multinacional brasileña.